Sigilosa, veloz, inteligente y hábil, el Águila Coronada (Buteogallus Coronatus), es una de las más grandes de su especie. Sin embargo, pese a sus cualidades, y a situarse en lo más alto de la cadena alimentaria, está considera en Argentina como una de las aves en peligro de extinción. La progresiva pérdida de su hábitat, la ausencia de presas y la actividad de los cazadores son sus principales amenazas. “Según estudios, en el país quedan menos de 1000 individuos”, contó a Catamarca/12 el biólogo Roberto Salinas.

El águila coronada es la más grande de su especie, puede pesar hasta 3,5 kilogramos y medir de ala a ala casi 1,8 metros. Como ocurre con la mayoría de las especies de aves rapaces, la hembra tiene un mayor tamaño con respecto al macho. Sus garras y picos son muy fuertes.

Se le dice “coronada” por su llamativo copete o penacho compuesto por un grupo de entre tres y cuatro plumas que se ubican en la parte posterior de su cabeza. Otra característica particular es su canto, un silbido fuerte y prolongado por lo que, en algunos lugares del país se la llama águila silbona o se la nombra como el águila que “llora” en el monte.

Su reproducción es lenta. “Para esto, junto a su pareja, construyen un nido que puede medir hasta dos metros. Lo hacen con ramas grandes y ahí colocan un solo huevo cada promedio de dos años”, dice el biólogo.

Como ave rapaz es carnívora. “Su dieta, según estudios que se hicieron en Catamarca está compuesta principalmente por quirquinchos y zorrinos. También puede comer algunas serpientes”, explica Salinas. Cuando no puede encontrar alimentos come insectos, comadrejas y otros reptiles.

En Catamarca, esta ave majestuosa vive en las zonas áridas o semiáridas, como los departamentos Belén, Andalgalá, Pomán, Capayán, Fray Mamerto Esquiú y La Paz. En el país se distribuye desde las provincias del norte hasta La Pampa. “En 2018 se buscó que el Congreso de la Nación la declare Monumento Nacional Natural, para activar mecanismos de protección”, cuenta Salinas.

Es que, pese a su belleza y características, “quedan  menos de 1000 individuos y por esta razón se la considera en peligro de extinción. Los incendios y desmontes son una de las principales amenazas porque ellas buscan árboles altos para vigilar y también para hacer sus nidos. Ante la falta de estos árboles, muchas veces buscan hacer sus nidos en la punta de los postes de tendido eléctricos y se han reconocido varios casos de muerte por electrocución”.

Además, son cazadas por el hombre por varias razones, la primera es la desinformación, ya que creen que estas águilas matan a las aves de corral. También y porque para poder cazar sus presas pueden permanecer quietas varias horas, se las usa como “tiro al blanco”. Con respecto a este tipo de amenaza, Salinas recordó que en 2017 desde la Secretaría de Ambiente de la provincia, se recibió un ejemplar al que le habían disparado en el fémur. Para cuidarlo y sanarlo lo trasladaron a Buenos Aires, en donde hay un centro especializado en cuidados del Cóndor andino. Allí se curó y pudo ser liberada dos años después.

Por otra parte, el constante desmonte de las zonas donde ellas cazan, ha originado que sus presas favoritas desaparezcan, y de esta manera no pueden alimentarse de forma adecuada.

Una de las maneras más terribles de extinguirlas es la captura para mascota. “Las tienen encadenadas, presas, privándolas de su vuelo y de su naturaleza, alimentándolas ellos mismos, sin comprender el daño que hacen”, concluye Salinas.

Protección

En Catamarca no existen programas de conservación para el águila coronada como sí los hay en provincias como La Pampa o Mendoza. El intento de declararla monumento natural nacional en el Congreso a través de un proyecto presentado en la Cámara de Diputados, perdió estado parlamentario.

Los monumentos naturales son aquellas áreas o especies vivas de animales o plantas a las cuales se les brinda protección absoluta debido a su interés estético, valor histórico o científico, rareza o vulnerabilidad. 

Argentina tiene sólo 4 especies de animales que son considerados monumentos naturales nacionales; la ballena franca austral, el yaguareté, el huemul y la taruca. De estas cuatro especies, sólo el huemul presenta una categoría de conservación de “peligro de extinción” como la que presenta el águila coronada, mientras que las restantes se encuentran ubicadas en categorías de menor riesgo.