Ayer se conmemoró el Día de la Memoria Trans, que fue elegido internacionalmente para honrar a las personas trans, no binarias y de género no conforme que fueron asesinadas por prejuicio. Salta no se quedó afuera, la comisión organizadora de la Marcha del Orgullo, que se realizará el próximo 29, decidió hacer una sentada en la vereda de la Comisaría Segunda de la Policía, denunciando que ese lugar es un centro de detención en donde las mujeres son violentadas cotidianamente.
Entre sus reclamos, no se olvidaron de seguir exigiendo la derogación de los artículos 114 y 115 del Código Contravencional de Salta, que son los que les permiten a las fuerzas de seguridad actuar contre ese colectivo.
La convocatoria se eligió como cierre de una semana de actividades, charlas y conversatorios sobre la temática, en donde las organizaciones que representan al sector abordaron las calles y espacios públicos para visibilizarse, y también asistieron a hospitales como el Del Milagro para acompañar a las personas que viven con el virus de VIH.
La concentración se realizó desde las 19 en Pellegrini y Pasaje Gauna, donde se ubica la Segunda, “pedimos la derogación del artículo 114, que es el que permite a la Policía degradar, violar, maltratar, golpear y apresar a las compañeras de la colectividad Trans y a muchas jóvenes”, dijo a Salta/12 la presidenta de la organización Memorias Diversas, Nicole Erazo.
La activista explicó que esa vigilia fue consensuada por la comisión organizadora, que está compuesta por más de 17 organizaciones sociales, movimientos y partidos políticos de la ciudad, y también por la Campaña Feminista que nuclea unas 25 organizaciones más. Y destacó que decidieron “pedir en colectivo y en conjunto que se acabe esta violencia hacia la comunidad LGBTIQ+”.
Añadió que a cualquier hora del día y solo por circular, las fuerzas de seguridad las apresan bajo el argumento que les dan esos dos artículos de vieja data del Código Contravencional y que en más de una ocasión se intentaron modificar sin éxito desde la Legislatura. Erazo aseguró que en estos meses esa persecución se recrudeció sin motivos, “es una cacería hacia las identidades de género de la diversidad”, afirmó.
Relató que principalmente quienes más sufren “son las compañeras trabajadoras sexuales, que son golpeadas y degradadas por una situación que no eligieron y que hoy por hoy, debido a la crisis económica y a la falta de inclusión laboral, es la única salida que les queda”.
Erazo recordó asimismo que el 20 de noviembre fue elegido justamente para homenajear “a todas las compañeras que fueron asesinadas o gravemente lesionadas solamente por su condición”, como la histórica Pelusa Liendro, que fue la primera que comenzó a visibilizar su sector.
“Todos los días tememos por nuestras vidas, pensamos bien si salimos o no, por la persecución y el maltrato que aún recibimos, porque eso es lo que hacen, meternos miedo”, acotó.
Con respecto a la asunción de Abel Cornejo como ministro de Seguridad, la referenta dijo no tener muchas expectativas de cambio, pero contó que en breve pedirán una audiencia para transmitirle personalmente todos estos pedidos, “estamos esperando unos días a que se acomode en el cargo”.
También apuntó contra los legisladores salteños por no tener la voluntad política de modificar el Código, “taparon todo esto con la consigna del Cupo Laboral Trans, como si con eso, que además no se está cumpliendo, se fuera a acabar la prostitución”. “Nadie se puso los pantalones para implementar el cupo, en ningún sector del Estado, entonces tenemos una Ley, pero que no se implementa, no quieren que estemos en las esquinas pero tampoco en ningún ámbito laboral”, añadió.
Erazo afirmó que muchas de esas mujeres que deben salir a la calle para alimentarse están capacitadas para realizar otros oficios “o siguen capacitándose esperanzadas en que algún día las llamen, pero no hay verdadera voluntad política para que eso ocurra”.
Por último, resaltó que en la vigilia también pidieron por el cese de persecución hacia otros sectores de la ciudad también vulnerados, como los trabajadores del arte callejero, manteros y vendedores ambulantes.
Los artículos que pide derogar el colectivo trans desde hace más de dos décadas son el 114, que sanciona con arresto o multa a “las personas que demandaren u ofrecieren servicios de carácter sexual por dinero u otra retribución en la vía pública o espacio público”, y el 115, que estipula sanciones para quien en espacios públicos o privados de acceso público, “despliegue conductas o acciones, físicas o verbales, con connotación sexual, en contra de cualquier persona, que de manera directa o indirecta afecte o perturbe su vida, dignidad, libertad, integridad física o psicológica o la libre circulación creando en ellas intimidación, hostilidad, degradación, humillación o un ambiente ofensivo, siempre y cuando el hecho no configure delito”.
Este último artículo, le permite a la policía arrestar a una persona trans por el simple motivo de circular en la calle, considerando que está perturbando la vida de terceros.