El Diego. Pelusa. El 10. Pibe de oro. Cebollita. Barrilete cósmico. D10S. Resultan innumerables los apodos que de inmediato remiten a Diego Armando Maradona. Esta semana se escuchará una y otra vez hablar en todas las formas sobre él, sus goles, declaraciones, hazañas y miserias, en vísperas de cumplirse el primer aniversario de su desaparición física. Pero ningún homenaje tendrá la particularidad de Diego íntimo: sueño sagrado, el ciclo que desde esta noche y durante cuatro días consecutivos emitirá Canal 9, a las 23, con la conducción de Gonzalo Bonadeo. Sin pretensión integral, la serie pondrá al aire nada más y nada menos que el material de archivo que el canal tiene sobre Maradona, especialmente a partir de las numerosas entrevistas que Diego le concedió a Enrique Moltoni, periodista deportivo del viejo Nuevediario.

Conjugar Maradona e intimidad bien puede ser un oxímoron. No hubo otra figura pública más mediática que Diego, desde aquellos sus sueños con “jugar en primera y salir campeón” que quedaron inmortalizados en la entrevista cuando apenas era un Cebollita hasta el perturbador esfuerzo que hizo en su cumpleaños número 60, obligándolo a ir a la cancha de Gimnasia para regocijo de las cámaras cuando apenas podía mantenerse en pie. Sin embargo, Diego íntimo: sueño sagrado pondrá al aire imágenes menos conocidas de Maradona, en entrevistas que el deportista le concedió a Moltoni en la intimidad de su hogar durante una década.

“No se trata de un documental ni pretende ser una versión definitiva de nada: es como si fuera un grabaciones encontradas de Diego”, aclara Bonadeo a Página/12. “No queremos decir nada particular con este material, ni que Diego fue peor ni mejor. Soy consciente de que Diego es uno de los grandes divisores de agua que tenemos en Argentina. Inclusive, a veces Diego divide aguas hasta dentro de uno mismo. No queremos influir en un pensamiento sobre lo que fue Diego, sino simplemente disfrutar de esa situación de intimidad captada por las cámaras. De alguna manera, siempre hay Maradonas por descubrir y encontrar. Vamos a hablar del Diego hombre, del padre, del hijo, del novio, del esposo… Y, claro, hay una variedad de matices que van surgiendo todos los días sobre Diego que no están reflejados en este ciclo. La estructura y el desarrollo del especial está atado a las cosas que se encontraron de todo ese material raro”, explica el periodista.

-¿Hay todavía material inédito de Maradona? ¿Se puede conocer algo nuevo de quien vivió en los medios?

-Siempre aparece algo inédito de Diego. Es un laburo que empezó a hacer la gente del canal hace un tiempo, que está digitalizando el archivo y en ese proceso se encontró con muchísimas horas de material de Diego, del cual alguno se habrá visto, otro se vio poco, otro no se vio nunca y está en crudo… Mayormente tiene que ver con el vínculo de siempre que tuvo Enrique Moltoni con Diego. Diego siempre tuvo a sus fetiches periodísticos, mucha gente con la que hizo infinidad de notas desde que tenía 16 años. Moltoni fue uno de ellos. El tema de lo inédito va en cada uno, porque habrá gente que sólo habrá visto algunos videos la vez que se emitieron originalmente y después nunca más… El recorrido arranca desde la previa del Mundial de México '86 hasta el Mundial del '94.

-¿Cómo ordenaron y seleccionaron el material?

-Hay un orden cronológico pero no es a lo largo del ciclo sino dentro de cada programa. No es que el primer programa va del ‘85 al’ 87, el segundo del ‘88 al ‘90 y así. Hay una lógica que está sujeta a la aparición del material en el archivo. El material incluye el tiempo en el que Maradona estuvo suspendido por doping y se refugió en el balneario Marisol, en Oriente. O imágenes de cuando estuvo en el campo de Antonio Alegre, en El Sosiego, en 25 de mayo, cuando hasta por razones terapeúticas Diego necesitaba hacer algo y armaba partidos de fútbol hasta conmigo (risas). Cuando estuvo en el balneario Marisol, imaginatelo que debe haber sido para esa gente haber tenido a Maradona y familia en el momento en que estaba por desembarcar en Newell's… ¡Y el tipo fue a pescar a Marisol! O se lo ve andando a caballo en la estancia de Alegre, donde cuenta que estaba cumpliendo un sueño porque desde chiquito fantaseaba con tener un caballo. Maradona tuvo muchos amores y desamores, idas y vueltas, pero cada vez que se entregaba era una nota muy fácil. Maradona era, en ese sentido, muy transgresor. La mayor parte de los protagonistas no te abren las puertas de su casa y te meten en su dormitorio ni de casualidad. Eso para Diego era moneda corriente.

La digitalización del archivo de Canal 9 reveló una enorme cantidad de material del 10.

-¿Cómo va a estar representado en el ciclo el Diego jugador?

-Hay muchas imágenes de Diego en entrenamientos, que son menos vistas. Y también el ciclo va a contar con pastillas sobre jugadas que Diego hizo más de una vez. Esto surge a partir del segundo gol a los ingleses, donde Diego contó que en esa corrida se acordó de una jugada similar que había hecho meses antes en Wembley y que se le había ido cerca del palo, y que Lalo le dijo que debía haber eludido al arquero, cosa que se acuerda cuando estaba en esa corrida en México. Nos pusimos a pensar si no habría más jugadas de ese tipo, Diego repitiéndose. Encontramos penales, pero es más habitual. También tiros libres. O el famoso gol al Real Madrid, aquél que hace pasar de largo al arquero y después al defensor: 3 años antes en el último partido de la Copa de oro cuando contra Racing hace una jugada igual pero en lugar de dejar pasar al defensor le pega y éste la saca al corner. O el gol a Bélgica, ese slalom de derecha a izquierda: 3 meses después se lo hizo a Grecia. Así hay muchos: un gol a San Lorenzo que se la pica a Cousillas que se lo hace al Valladolid un año después… Y el más jugoso es que Maradona ya había hecho “la mano de Dios”, en un partido muy especial, pero esta vez el árbitro la vio. La magia de Diego estaba en cómo llevaba la pelota atada al pie en velocidad y no se la podía sacar nadie y quedaba ver cómo terminaba la jugada. Esto lo remarco porque Diego siempre dio la sensación de ser inspiración pura, talento, creatividad y magia, pero evidentemente buena parte de todo eso le repercutía en la cabeza y se proponía hacer lo que ya había hecho antes.

-¿Tenía una espontaneidad que después pulía?

-No estamos hablando de un jugador de PlayStation, de una movida mecánica. Para nada. Pero no creamos que era pura inspiración. El tipo era conocimiento del juego y comprensión de sus propias posibilidades y de cómo actuaban los rivales.

-¿Qué creés que representa Maradona para los argentinos?

-Los días posteriores a la muerte de Diego todos tomamos una real dimensión de lo que significó Diego para el planeta. Fue conmovedor lo que pasó en cualquier lugar del mundo. Nos dimos cuenta que nuestra apreciación sobre Maradona no era exagerada por nuestra cercanía con él. El mundo estaba atado a su partida. Las manifestaciones de afecto y admiración fueron descomunales, girando alrededor del Diego jugador. Otra impresión fue la que alguna vez afirmó Fernando Signorini, el preparador físico que ama a Maradona, que dijo “yo con Diego voy a todos lados, con Maradona ni a la esquina”. Hay un doble personaje alrededor de Maradona. Hay muchas generaciones de argentinos, y sobre todo mujeres, sensibles a los movimientos feministas, que tienen una sensibilidad muy particular respecto de Diego. Y tiene lógica, sobre todo porque conocieron a Diego después del fútbol. Yo admito que hay cosas en la forma de pensar de Diego que no las entendí y hay otras que reivindico plenamente. No me quedo solamente con que fue el más maravilloso jugador de fútbol. Diego tenía un compromiso de alto valor. Alguna vez me dijo que se hacía cargo de su cagada, de su adicción a la cocaína, pero que no se la tiraran solo a él porque si no le íbamos a hacer un gran daño a los pibes que no podían salir de esto. Diego fue usado por el poder, pasó del pasaporte diplomático al ser el más villano de los villanos.

-No es indiferente para nadie.

-Yo no quiero que piensen mejor o peor de mí el día que me muera, pero por otro lado siento que se sigue haciendo un desguace de Maradona por sus afectos, en un tiempo mediático con cuestiones jurídicas, por temas de sucesión, herencia y derechos… como que no va a tener paz. Y también las cosas que siguen apareciendo sobre la vida de Diego que son innegables y no las puedo hilvanar. Todo eso componen un personaje muy particular, muy singular, que nos atraviesa absolutamente a todos. Se simplifica diciendo que Diego representa lo mejor y lo peor de nosotros. Pero yo no sé si es tan así. Me cuesta encontrar en diferentes rubros sociales el lado brillante de Maradona. En algunos lugares no los encuentro. En la función pública, por ejemplo. Me cuesta un montón. Ojalá hubiéramos tenido alguna vez un Maradona allí. Eso no lo redime. Cada uno tiene derecho en sentir y de creer profundamente qué es lo qué representa Diego en su vida. Algunos estamos más condicionados, por dos factores: ser futboleros y por haber tenido cercanías con él.

-¿Por qué creés que se debe homenajear a Maradona?

-No soy fanático de esos tributos. Soy más fanático del reconocimiento constante. Se que el fútbol argentino cree que la mejor manera de honrar a Diego es gritar “Maradoooo, Maradooooo…” a los 10 minutos de cada partido. A Diego le tributaría regalándole un mejor fútbol, que la gente esté en la cancha, que puedan ir neutrales de verdad, que haya una mejor dirigencia, eliminar los promedios y que se vayan al descenso los que sacaron menos puntos… que el placer de ir a la cancha no sea solamente cuando tu equipo gana sino ver si aparece algún jugador parecido a Maradona del '86… La única fuente de placer del 98% de la gente que va a la cancha es que tu equipo tenga un resultado favorable. No hay otra fuente de placer. Como si nos hubieran quitado el placer por el fútbol en estado natural, de eso que representaba Maradona cada vez que pisaba una cancha.