Rodajes en pandemia, niños conflictivos, jóvenes en la puerta de la adultez: elementos constitutivos del trío de largometrajes que acaba de sumarse a la Competencia Internacional del Festival de Cine de Mar del Plata. Tres títulos que aportan esfuerzos argentinos, mexicanos y portugueses al crisol de razas cinematográficas de la principal sección competitiva del encuentro. Del portugués Miguel Gomes, esta vez codirigiendo junto a la debutante Maureen Fazendeiro, llega Diários de Otsoga, que comparte en su título, aunque leída al revés, la misma época del año de Aquel querido mes de agosto (2008), el título que hizo recorrer los mil y un festivales al director de Tabú, posiblemente su creación más reconocida. Pero este agosto (disculpas, “otsoga”) no es igual a aquel otro: la pandemia obligó al equipo de rodaje a seguir estrictos protocolos y a reflexionar sobre ello en la pantalla. Nada de eso es aparente al comienzo, durante el día 22 de filmación; es sólo a partir de la decimotercera jornada que las marcas de la realidad en la ficción (o de una segunda ficción que recubre a la primera) comienzan a hacerse evidentes.

Rodada en un bellísimo 35mm que permite que la paleta de colores naturales y artificiales exploten en la pantalla (¡esos rosas!), en lo que parece un hotel o una casa de veraneo fuera de la gran ciudad, la/s historia/s tienen una cronología estrictamente inversa que ofrece/n un ejemplo acabado del cine entendido como espacio de libertad, en oposición al encierro obligado de las cuarentenas y el uso del barbijo como barrera para las escenas donde los actores deben besarse. A medida que los días avanzan, en sentido contrario al natural (¿en qué orden se habrán filmado las escenas?), el mismo Gomes aparece en cuadro junto a su equipo y al trío de intérpretes, un tanto preocupados por la falta de consistencia narrativa de lo que se está rodando. ¿Qué es lo importante en Diários de Otsoga? Cada espectador puede jugar a descubrirlo, aunque aquí lo lúdico no quita lo lúcido y el proyecto no es de ninguna manera caprichoso. Hay más de una escena para el recuerdo, pero el paseo en cámara lenta sobre un tractor, la construcción de una casa para las mariposas y un baño de inmersión compartido se destacan sin demasiado esfuerzo, grabándose en la memoria.

El otro Tom, de Rodrigo Plá.

Parte del segundo pelotón de películas de la competencia, promediando los diez días de festival, El otro Tom, que debutó en el Festival de Venecia y acaba de ganar el premio mayor en el de Huelva, llega desde tierras mexicanas, pero está hablada en gran medida en idioma inglés. Es que el dúo de personajes centrales, una madre “soltera” y su pequeño hijo con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, viven en los Estados Unidos, a pesar de compartir origen del otro lado de la frontera. La vida no es fácil para Elena, que debe trabajar dobles y hasta triples turnos para poder parar la olla y asistir al colegio de su hijo cada vez que es llamada por las temibles actitudes de Tommy, lo cual ocurre bastante seguido. Al pequeño le cuesta concentrarse y los arranques de ira son recurrentes. Es el momento de recurrir a la asistencia psiquiátrica, aunque más tarde Elena saldrá a los gritos del lugar profiriendo la sentencia “esto no es una clínica, es una farmacia”.

Dirigida por el uruguayo radicado en México Rodrigo Plá (La zona, Desierto adentro) y la hasta ahora guionista Laura Santullo, El otro Tom es la primera película de la competencia marplatense en adherir a las reglas del drama realista, aunque si algo no hace la dupla de directores es pegar debajo de la cintura o apelar al llanto teledirigido, más allá de los dolores que recorren el cuerpo y la mente de Elena y su niño de 9 años. Medicado con pastillas que logran bajar el nivel de intensidad y violencia de su carácter pero lo dejan algo atontado y sin poder dormir por las noches, el “nuevo” Tom podrá ser un poco más manejable que el viejo, pero no por ello es menos problemático. En su primer papel cinematográfico, Julia Chávez logra construir en pantalla un personaje complejo y contradictorio, aunque si la mujer dista de ser la mejor madre del mundo, tampoco es la peor. El tránsito geográfico del último tercio adhiere a las reglas de la road movie minimalista y es también un viaje de descubrimiento, un posible punto de partida para el comienzo del resto de la vida de Elena y Tom.

Álbum para la juventud, de Malena Solarz.

Debut en solitario de Malena Solarz, codirectora junto a Nicolás Zukerfeld de El invierno llega después del otoño y Una película hecha de, Álbum para la juventud se propone como otro relato de juventud en una competencia que reúne varios títulos con protagonistas que atraviesan la niñez o la adolescencia, aunque no estén destinados necesariamente a ese público. En el film de Solarz, las influencias indirectas del cine de Matías Piñeiro y el de Alejo Moguillansky se dejan ver entre los pliegues, pero en líneas generales la realizadora opta por un estilo mucho más naturalista. El centro de la órbita narrativa está dado por Sol (Ariel Rausch) y Pedro (Santiago Canepari), dos compañeros del secundario que se enfrentan al necesario paso post egreso de la escuela. Sol practica piano, recupera viejos ensayos de infancia e intenta componer una canción; Pedro pasa los días en la casa de los padres, que andan de vacaciones en otro país, y escribe casi en secreto el boceto de una obra, mientras asiste tímidamente a un taller de escritura teatral coordinado por un profesor con el rostro de Walter Jakob. Los mejores momentos de Álbum… deben buscarse en ciertas descripciones y apuntes secundarios, como la relación entre Pedro, su hermano y la pareja de este último (Laura Paredes), pero la película, como si fuera un bosquejo sin forma final, nunca termina de darle peso específico a sus ambiciones de reconstruir el final de una época y el comienzo de otra.

El otro Tom se exhibe el miércoles a las 15 y 21 horas en Teatro Auditorium y el jueves a las 17.15 horas en Cinema Los Gallegos 1.

Álbum para la juventud se exhibe el miércoles a las 20.15 en Cinema Los Gallegos 1.

Todas las películas estarán disponibles online en el sitio web https://www.mardelplatafilmfest.com a partir de las 21 horas del primer día de su exhibición presencial y durante 72 horas.