Desde Roma
América Latina, en especial países como Argentina, Brasil y Venezuela, fueron hogares para miles de inmigrantes italianos que escapaban de las dificultades económicas ya a fines del 1800 pero también antes y después de las dos guerras mundiales. América Latina se transformó en un punto de apoyo para esas familias que allá se hicieron una vida y algunos hasta llegaron a ser empresarios de renombre. Pero las relaciones con el país de origen no se perdieron. Y la influencia cultural italiana en esos países se hizo notable. Basta mirar el caso de Argentina, a la que por ejemplo el escritor Jorge Luis Borges caracterizó como un pueblo de “italianos que hablan español”.
Con el tiempo y el crecimiento económico de Italia, los gobiernos entendieron que era importante y conveniente desarrollar relaciones bilaterales a nivel económico y político entre las dos regiones. Lo que ocurrió en estas últimas décadas en las relaciones entre Italia y América Latina, últimamente debilitadas por la pandemia, y varias propuestas para el futuro, fueron sintetizadas por el experto Donato di Santo -con más de 30 años de experiencia en el tema-, en su libro “Italia e America Latina” (Donzelli Ed.) recientemente publicado.
Donato di Santo fue un apasionado de América Latina desde que era jovencito y militante del PCI (Partido Comunista Italiano) y después del Partido Democrático de la Izquierda (PDS) luego reducido a Partido Democrático (centroizquierda). De 1989 a 2006 fue responsable de las relaciones de esos partidos con América Latina. Durante el gobierno del primer ministro Romano Prodi (2006-2008), Di Santo fue Subscretario para América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores y de 2017 a 2020 fue secretario general del Instituto Italo Latinoamericano (IILA) de Roma, la más prestigiosa institución de Italia que se ocupa de las relaciones con América Latina, fundada en 1966. En su carrera fue también coordinador de las Conferencias Italia-América Latina que se hacen en Italia cada dos años.
“El péndulo de la historia empuja periódicamente a los países a unirse de frente a los peligros percibidos como comunes. Es el caso de la pandemia que ha golpeado a los pueblos del mundo”, escribió el presidente de Italia, Sergio Mattarella, en un mensaje publicado en el libro. El presidente también destacó en este contexto la importancia del “diálogo entre Italia y América Latina”, dos regiones “caracterizadas por el intenso intercambio de población en el último siglo y medio”.
-Con todos los cambios ocurridos últimamente a nivel político y económico en todo el mundo, ¿América Latina sigue siendo importante para Italia?
-Sí, seguro, pero podría serlo mucho más. E Italia podría incluso involucrar mucho más a Europa - que hoy está prestando poca atención a América Latina- relanzando la cooperación euro-latinoamericana que está mostrando muchos límites y muchas fallas. A mi manera de ver, los países europeos recientemente visitados por el expresidente de Brasil Lula (después de la liberación de un encarcelamiento injusto e ilícito) son precisamente aquellos que podrían trabajar juntos para guiar a Europa hacia una nueva agenda con América Latina a partir de la firma del acuerdo Unión Europea-Mercosur (Nota de la redacción: firmado en 2019 pero que todavía no ha sido ratificado por los distintos Parlamentos como corresponde). Me refiero a países como Italia, España, Francia, Portugal y Alemania. Los datos comerciales han mejorado no obstante la pandemia. El intercambio Italia-América Latina por ejemplo, ha superado en 2020 los 20.000 millones de euros y está creciendo también este año con un aumento del 28% respecto a 2020. Las empresas italianas que trabajan en América Latina (más de 3.000) tienen inversiones por valor de más de 33.000 millones de euros, una cifra que supera las inversiones en China, Japón, Rusia e India en conjunto.
-Usted habla en su libro de dos instituciones que considera importantes, el IILA de Roma y la Conferencia Italia-América Latina y Caribe, ¿podrían ambas instituciones tener un rol fundamental en este período?
-Si. El IILA (Instituto Italo-latinoamericano) es la más antigua organización intergubernamental entre un país europeo y toda la región. En los últimos años, después de un período de grande crisis, ha sido revitalizado y ahora es un formidable vehículo de cooperación interregional. La Conferencia bianual Italia- América Latina y Caribe, que surgió hace 20 años, es en cambio el instrumento que el gobierno italiano puede usar para actualizar constantemente el diálogo con toda la región latinoamericana y con cada país. Este instrumento ha crecido y madurado en todos estos años y podría darse a sí mismo nuevos y más ambiciosos objetivos. Por ejemplo, cada dos años Italia podría realizar un encuentro bilateral con un país latinoamericano para relanzar su comercio, las relaciones políticas, empresariales y culturales, el turismo, etc. Italia es miembro del G7 y es una nación importante en Europa. También forma parte del G20 del que forman parte tres países latinoamericanos (Argentina, Brasil y México), la Conferencia podría servir para favorecer la colaboración con todos los demás países Latinoamericanos. Otra propuesta es crear Foros específicos ítalo-latinoamericanos, donde puedan dialogar por ejemplo los alcaldes de nuestras ciudades y provincias y los alcaldes latinoamericanos. Pero también se pueden hacer entre exponentes de los movimientos sociales, de instituciones económicas y financieras. Dos de estos foros ya existen y son muy útiles: uno entre las pequeñas y medianas empresas y el otro entre parlamentarios.
-¿Cuáles son los países de América Latina con los cuales Italia podría o debería potenciar relaciones en este período?
-Creo que Italia debería colaborar más con los países andinos, amazónicos y del Caribe sobre las emergencias del cambio climático y sobre el desarrollo de energías renovables como la geotermia de la que es rica América Latina y en la cual Italia es líder. Además, si los países latinoamericanos y del Caribe apoyaran la candidatura italiana para la Exposición Universal, dentro de 8 años se podría presentar en Roma la Expo Universal sobre “Ciudades horizontales, regeneración urbana y sociedad civil”, es decir los temas sobre los cuales se construye nuestro futuro común.
-Usted menciona en el libro numerosas ideas que podría abrir el camino para estrechar lazos entre Italia y América Latina. ¿Cuáles son las más importantes?
-Las ideas son muchas y todas de interés común. Pero brevemente señalo una importante. Frente a la fuerte presencia de China, muy interesada en la explotación de las materias primas pero poco propensa a la colaboración equitativa, construir una alianza transatlántica del siglo XXI que finalmente involucre a toda Europa, a todas las Américas -y no sólo el norte- y África, sería un auténtico cambio. Argentina y Brasil tendrían un rol importantísimo. Si queremos que los países de América Latina vuelvan a mirar hacia Europa debemos pensar con visión de futuro. E Italia puede dar su contribución.