La NASA lanzó este martes por la noche una misión para estrellar deliberadamente una nave espacial contra un asteroide en el marco de un ensayo para estar "preparados" en caso de que la humanidad necesite un día impedir que una roca espacial gigante choque con la Tierra.
Puede sonar a ciencia ficción, pero el DART (Double Asteroid Redirection Test) es un experimento real. Retransmitido en directo por la televisión de la NASA, el aparato despegó a las 22 locales del martes, las 3 de la madrugada en Argentina, a bordo de un cohete SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.
Su objetivo es Dimorphos, una "luna" de unos 160 metros de ancho, que rodea a un asteroide mucho mayor llamado Didymos (780 metros de diámetro). Juntos, forman un sistema que orbita en torno del Sol.
"Asteroide Dimorphos, ¡vamos a por ti!", tuiteó la NASA después del lanzamiento. Más tarde indicó que el DART se había separado con éxito de la segunda parte del cohete.
"Hemos recibido nuestras primeras señales de #DARTMission, que continuará desplegando sus paneles solares en las próximas horas y se preparará para su viaje de ida y vuelta de 10 meses al asteroide", agregó la agencia espacial.
El impacto debería producirse en el otoño boreal de 2022, cuando el par de rocas se encuentren a 11 millones de kilómetros de la Tierra, el punto más cercano al que pueden llegar.
"Lo que estamos tratando de aprender es cómo desviar una amenaza", dijo el principal científico de la NASA, Thomas Zuburchen, sobre el proyecto de 330 millones de dólares y el primero de este tipo.
Asimismo, los especialistas aclararon que este experimento no supone ninguna amenaza para nuestro planeta. Incluso explicaron que hay asteroides que pertenecen a una clase de cuerpos conocidos como Objetos Cercanos a la Tierra y pueden acercarse a menos de 50 millones de kilómetros.
La atención de la Oficina de Coordinación de la Defensa Planetaria de la NASA está puesta sobre los cuerpos que tienen un tamaño superior a los 140 metros, puesto que éstos tienen el potencial de arrasar ciudades o regiones enteras con una energía varias veces superior a la de las bombas nucleares normales.
Hasta el momento, se conocen 10.000 asteroides cercanos a la Tierra de un tamaño de 140 metros o más, pero ninguno tiene una posibilidad significativa de impactar en los próximos 100 años. Sin embargo, se estima que hasta la fecha sólo se ha encontrado un 40 por ciento de esos cuerpos.
El impacto
La sonda DART (dardo), que es una caja con el volumen de una heladera grande y paneles solares del tamaño de una limusina a cada lado, se estrellará contra Dimorphos a algo más de 24.000 kilómetros por hora, lo que provocará un pequeño cambio en el movimiento del asteroide.
Su órbita nunca se cruza con nuestro planeta, lo que proporciona una forma segura de medir el efecto del impacto, que está previsto que se produzca entre el 26 de septiembre y el 1 de octubre de 2022.
Existe cierta incertidumbre sobre la cantidad de energía que se transferirá con el impacto, ya que se desconoce la composición interna y la porosidad de la pequeña luna. Cuantos más desechos se generen, más empuje recibirá Dimorphos.
"Cada vez que vamos a un asteroide, nos encontramos cosas que no esperábamos", dijo Rivkin.
La nave espacial DART también contiene sofisticados instrumentos de navegación y obtención de imágenes, entre ellos el CubeSat de la Agencia Espacial Italiana, que observará el choque y sus efectos posteriores.
La trayectoria de Didymos también podría verse ligeramente afectada, pero no alteraría significativamente su curso ni pondría en peligro a la Tierra, según los científicos.