“Sentimos que fue una justicia a medias. Con esta demora se sigue violentando y vulnerando nuestros derechos”, dice Alejandra Carrizo, madre de Agustina, la adolescente sobreviviente del sacerdote Juan de Dios Gutiérrez, condenado en abril por el delito de abuso sexual agravado.

En diálogo con Catamarca/12, la mujer pidió a la Corte de Justicia de Catamarca que resuelva la casación de la sentencia interpuesta por el cura hace 7 meses  y “lo meta tras las rejas, para que podamos estar en paz”.

El 30 de abril y por unanimidad, la Cámara en lo Criminal de Tercera Nominación condenó a Gutiérrez a la pena de 12 años de prisión, por el delito de abuso sexual agravado por ser ministro de culto. Sin embargo, el fallo contempló que se haría efectiva cuando la sentencia quede firme y le impuso restricciones.

El sacerdote, a través de uno de sus abogados, Marcos Gandini, casó la sentencia de primera instancia y desde entonces la sobreviviente y su familia esperan que la Corte de Justicia resuelva los cuestionamientos. En caso de resolver en contra de lo expuesto por Gutiérrez, el Código Penal habilita  que vaya preso inmediatamente. Desde la cárcel, podrá seguir apelando si es que así lo considera.

Al respecto, Carrizo dijo: “Con esta demora se sigue violentando y vulnerando el derecho a la Justicia. Siento que fue una justicia a medias”.

Si bien admitió que el hecho de que el juicio se concretara “trajo un poco de paz”, explicó que “seguimos remándola y luchando día a día para estar mejor y tratar de volver a tener la vida que nos quitaron hace 7 años. Sentimos una Justicia no completa. Creo que recién cuando se resuelva y vaya preso, sentiremos realmente que se hizo justicia. Queremos ver detrás de las rejas al depredador. Nada garantiza que  está cumpliendo los requisitos que le impusieron. Tenerlo en la cárcel nos dará la tranquilidad de estar en paz”, resaltó.

En este contexto, mencionó que vecinos del departamento Belén, lugar en donde sucedieron los ultrajes, le preguntan constantemente sobre la condena “porque lo ven en Belén. Él se vacunó (contra el covid) allá, y cuando lo vieron me empezaron a llamar. La sociedad no entiende y cree que está preso. El común de la gente no sabe cómo es el tema de la justicia y uno tiene que ponerse a explicar que casó”, refirió Carrizo.

En tanto opinó que en este tipo de sentencias por abusos sexuales agravados, “la Justicia no debería actuar así. Debería ser inmediata la cárcel. Yo he sido paciente y respetuosa, he luchado en las calles, preveíamos que podría casar y la preparamos a Agustina para eso, pero ya es mucho tiempo. Hemos sido demasiado pacientes. Tampoco vamos a permitir que nos sigan violentando, porque eso sentimos como mujeres y sobrevivientes de abuso”.

Por último, la madre explicó que en el caso del sacerdote Agustín Rosa Torino, condenado en julio  en la provincia de Salta también por un hecho de abuso sexual, “Fue preso de inmediato”. También mencionó que “A raíz del juicio en Catamarca, muchos tomaron como ejemplo el fallo, el amicus curiae que presentó Xumec en la causa contra Gutiérrez”, la asociación mendocina que defiende las vulneraciones de los Derechos Humanos, que colaboró con asesoramiento gratuito en el caso de los abusos sexuales cometidos por curas en el Instituto para niños sordos de esa provincia.

“Tratamos de seguir adelante, pero llega un momento en que te acordás que sigue libre. No queremos Justicia a medias” concluyó. 

La causa

Gutiérrez fue imputado en 2015 por el delito de abuso sexual agravado por ser ministro de culto por ser cometido en contra de una niña de 16 años.

Desde entonces, los diferentes abogados que contrató trataron de dilatar el proceso, en coincidencia con lo pedido por el obispo diocesano Luis Urbanc.

En los argumentos de la sentencia, los jueces señalaron que el sacerdote, para cometer los abusos, “gestó un vínculo en el que la niña quedó atrapada, que se prolongó en el tiempo, y que concluyó en abuso sexual con acceso carnal". Además los magistrados comprendieron que ese abuso fue cometido en un contexto de violencia de género.

Por otra parte, a la hora de cuantificar la cantidad de años que le correspondían de pena, indicaron que no se encontraron “ponderaciones positivas, por todo ello su condena amerita un quantum alejado de la pena mínima que se establece para el caso”.

Gutiérrez fue el primer sacerdote condenado por abuso en la provincia. Pero, aún restan dirimir dos casos más en la Justicia, el de los presbíteros Renato Rasgido y Moisés Pachado, ambos acusados por violar a niños.

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