El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación confirmó que los ensayos de la Fase 1 de la vacuna argentina contra el coronavirus comenzarán en enero del año próximo. La producción a gran escala, en tanto, podría iniciar a finales de 2022 o a principios de 2023.
La vacuna, denominada “ARVAC-Cecilia Grierson” en honor a la primera mujer médica del país, "terminará a fin de 2021 con los estudios preclínicos”, precisó Daniel Filmus, titular de esa cartera. Actualmente, la fórmula, que mostró ser eficaz frente al virus, se encuentra en la etapa final de los ensayos toxicológicos.
Con la finalización de esa etapa, el desarrollo de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), con participación del CONICET y el laboratorio Cassará, podrá comenzar a probarse en humanos (fase 1), dijo el ministro, quien visitó esta semana junto sus pares de Salud, Carla Vizzotti, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, los laboratorios del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad (IIB-INTECH), en la UNSAM, para conocer los avances de la vacuna de producción nacional.
Los ensayos toxicológicos se realizan en el Centro de Medicina Comparada (CMC) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). "Una vez concluidos, se enviarán a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) los protocolos del ensayo de Fase 1, a realizarse en humanos, para su validación", explicó el ministerio en un comunicado. En esa fase, se evaluará la seguridad de la vacuna en un grupo reducido de personas. Luego, en las fases 2 y 3, se probará en grupos más numerosos de voluntarios.
"Esperamos el desarrollo permita, con el aporte del Estado y la articulación con el sector privado, poder, a fines de 2022, principio de 2023, escalar la producción para tener la vacuna nacional", que está pensada para usarse como refuerzo para personas que ya tengan completo su esquema de inmunización "y también como vacuna de primovacunación".
“Estamos trabajando en un seguimiento interministerial por instrucción del presidente para avanzar lo más rápidamente en la disponibilidad de una vacuna argentina contra la covid-19 para así poder dar respuesta a las estrategias de refuerzo y además tener una herramienta que amplíe este desafío a todas las vacunas, tratamientos e innovaciones tecnológicas. En este sentido, se trata ubicar al Estado en un rol presente y rector”, manifestó, por su parte, la ministra de Salud Carla Vizzotti.
La fórmula se basa en proteínas recombinantes, una tecnología similar a la usada en la vacuna del Hepatitis B o el VPH. Entre sus ventajas se destaca una mayor estabilidad, la posibilidad de evitar sistemas de conservación que dependen de ultrafreezers, la fácil distribución en territorio nacional, y que se mostró eficaz frente a nuevas variantes de coronavirus.