Alrededor de 600 empleados de Google, un grupo minoritario de la empresa, redactaron una carta a modo de protesta en contra la política de vacunación obligatoria, gestionada por la empresa y exigida por el Gobierno estadounidense.

"Creemos que la disposición de Sundar Pichai --directo ejecutivo de Google-- es un error por ser coercitiva y por dañar el principio de inclusión, característica de la compañía", publicó la cadena CNBC, citando documentos internos de la compañía.

“La medida sienta las bases para un trato desigual entre los empleados de Google en función de sus creencias. Las implicaciones son escalofriantes. Además, debido a su presencia como líder de la industria, Google influenciará en otras empresas del mundo", dice el documento.

"Una decisión personal"

En uno de los apartados, llamado "Respeto para el usuario", los autores escribieron: "La medida expone públicamente y de manera avergonzante una decisión que debería ser personal y privada. Es imposible justificar el hecho de no volver a la oficina por otro motivo que no sea revelar no estar vacunado". 

"Los 'Googlers' sentimos que nunca más podremos expresarnos con libertad en relación con políticas de salud y otros temas sensibles. Esto da como resultado una homogeneización del discurso y exacerba el 'eco' ideológico que la gente observa tanto fuera como puertas adentro", reclaman.

Ellos argumentan que la empresa no tiene por qué estar al tanto del historial médico y la salud de sus empleados. "La vacunación no es una excepción", aclaran en el escrito. Unos de los temores manifestados se funda en que supuestamente podría ser "un precedente para futuras intervenciones en la intimidad". 

Vacunación obligatoria: una política nacional

La Сasa Blanca decretó previamente que el Departamento de Trabajo de Estados Unidos exigiera a todas las empresas con sede en el país-- con un personal superior a 100 personas-- la vacunación de sus empleados contra la Covid-19. 

Como consecuencia, Google le pidió a sus más de 150.000 trabajadores que completaran un formulario dentro del sistema interno de la compañía para informar su estado actual de vacunación y si planean ir a la oficina presencialmente.

Establecieron como requisito que todos los empleados que trabajen directa o indirectamente con contratos vinculados al Gobierno debían estar vacunados, aún si trabajasen desde sus casas.

"La vacunación es la llave que permite un regreso seguro a la presencialidad y evita un potencial brote de contagios en nuestros grupos", explicó a CNBC el vicepresidente de seguridad de Google, Chris Rackow, quien también aclaró que estaban aplicando medidas de cuidado desde antes del mandato presidencial.

Según Rackow, los empleados pueden negarse a la vacunación por razones religiosas o por circunstancias médicas pero el permiso para no vacunarse se otorga de manera individual.

Exigen vacunación optativa

La protesta a la gerencia de la empresa pide que retracten la obligatoriedad de la vacuna y elaboren una política "más inclusiva". Instan, por otro lado, a que nadie cambie su decisión de no vacunarse. 

Si bien en proporción la cantidad de opositores a la medida es menor, Google teme no poder cumplir con algunos trabajos debido a que planeaban tener a sus empleados a comienzos de enero.

La vacunación es un conflicto no solo para Google sino para las empresas estadounidenses en general. El virus Covid-19 lleva 772,570 muertes en los Estados Unidos, según el registro de Johns Hopkins. 

La administración de Biden está luchando por persuadir a los más de 60 millones de estadounidenses que siguen sin su primera dosis a pesar de los resultados positivos del plan de inmunización por vacunación.