La violencia brutal a la que fue sometida Guadalupe Medina en una edificación abandonada de villa Banana, cuando tenía apenas 12 años, comenzó a exponerse ayer en juicio oral. El único acusado por el femicidio cometido en mayo de 2016 es Sergio Saravia, de 30 años, quien enfrenta pedidos de prisión perpetua por parte de la querella y la Fiscalía. "Estamos aquí para juzgar la máxima expresión de la violencia machista. Guadalupe fue violada y ahorcada hasta la muerte por un hombre que la usó como un objeto", expresaron los querellantes Jorge Haurigot y Valentín Hereñú, del Centro de Asistencia Judicial (CAJ), quienes llevaron perspectiva de género al caso y pidieron pena por el delito de femicidio, incorporado al Código Penal en 2012. En tanto, el fiscal Alejandro Ferlazzo aclaró que por instrucción de la Fiscal Regional -ante un planteo que hizo la querella en 2020 sobre la visión de género-, encuadró el hecho bajo esa figura penal; pero subsidiariamente (y con la misma pena) planteó el delito de abuso seguido de muerte. 

Saravia fue imputado más de dos años después del hecho, cuando la abogada Martina Guirado, que en ese entonces era parte del CAJ, tomó como querellante el caso de una comerciante de villa Banana, víctima de un abuso sexual en enero de 2017. Guirado también representaba a la familia de Guadalupe en su causa. Tras la condena en juicio abreviado por el que le dieron 9 años y medio de prisión a Saravia, por el hecho de 2017, la profesional advirtió que había varias similitudes en la mecánica del hecho -también ahorcó a aquella víctima, que terminó desmayada-, la zona y su apodo. Cuando se solicitó el cotejo del perfil genético, en el caso de la niña, el resultado fue positivo contra Saravia. 

"Traemos a juicio un nuevo hecho aberrante cometido por Saravia, apodado Vizcacha. Un abuso sexual igual al que ya lo tiene condenado. Las diferencias tienen que ver con que aquí la víctima es una niña de 12 años, que en el ataque encontró la muerte. Fue por asfixia, es decir que la mató con sus propias manos", dijo el fiscal. Además, les contó a los jueces que "Guadalupe nació en un entorno vulnerable, en un ámbito lleno de carencias, no solo materiales". Y aseguró que "esa situación de vulnerabilidad fue la que le permitió a Saravia cometer el hecho", en una edificación de ladrillo hueco y piso de tierra, sin techo ni aberturas. 

Los querellantes llevaron la perspectiva de género. "Guadalupe, hija de Lidia y Gabriel, vivía en un barrio empobrecido, donde las condiciones de vulnerabilidad marcan la vida de las personas, en especial, la de niñas, niños y adolescentes. El 25 de mayo de 2016 su cuerpo fue encontrado en una casilla abandonada, semidesnudo y con múltiples signos de abuso sexual", dijeron los querellantes que hablaron de "connotación sexista evidente" en el accionar del acusado, por lo que apuntaron a la figura de femicidio. Además, pidieron al tribunal que tenga perspectiva de género y de niñez. 

La defensa intentó apartar del foco al imputado y recordó que hubo otros implicados en la causa, que fueron desvinculados tras la imputación a Saravia. También cuestionó que los acusadores no resolvieran una sola figura penal. 

Ese incidente comenzó el año pasado, cuando la causa se elevó a juicio y primeramente el fiscal apuntó al delito de abuso seguido de muerte. Para la querella está claro que se trata de un femicidio y consideró que es el enfoque que debía darse jurídicamente, para dar cuenta de la mirada de género, por lo que presentó un planteo de disidencia ante la fiscal regional María Eugenia Iribarren, quien les dio la razón e instruyó para que se acusara por esa figura, también desde la Fiscalía. Ahora, el fiscal apuntó a esa tipificación, pero mantuvo el planteó anterior de manera subsidiaria; lo que deberá ser parte del análisis del tribunal.

Ayer comenzaron también los testimonios. Una vecina describió que se levantó temprano para ir a trabajar y escuchó que en la edificación, ubicada en el pasillo donde vive, ladraban perros. No se animó a entrar y llamó al 911. Así fue encontrado el cuerpo de la niña. El médico forense que hizo la autopsia dio cuenta de las violencias ejercidas durante sus últimos minutos de vida de la niña y habló de "sufrimiento". 

Los jueces Nicolás Vico Gimena, Ismael Manfrín y Rodolfo Zvala, escucharán hoy el testimonio de Lidia, la mamá de Guadalupe. Hoy es 25 de noviembre, Día Internacional de lucha por la eliminación de la violencia machista, y una vez más retumbará en las calles el grito de "Vivas y libres nos queremos".