Maximiliano Bagnasco está parado en la esquina de Segurola y Habana. En la mano tiene un dibujo de Diego Maradona con sus hijas Dalma y Giannina. Espera con ilusión poder conocer al “Diez” y darle su arte en persona, como lo soñó. Pero no ocurrió, en cambio justo apareció la mayor de las hijas y se lo dio. Años después, la muerte de Diego lo paró en seco. Como todos, pensaba que “iba a estar para siempre”. Lo dibujó, lo pintó y lo mostró. Hoy su arte recorre el mundo, él dice que fue “la mano de Dios”.
A 11 meses del fallecimiento del “Pelusa”, el artista asegura que su arte lo hace “parte” de lo que “Maradona es hoy”. Sus pinturas y murales, hechas con aerosoles de un realismo exquisito, muestran a un Diego futbolista pero también por fuera del deporte: con un tapado de piel y una copa de champagne en la mano; con el ceño fruncido y teñido de un rubio oxigenado; en sus primeros años, con los pelos desordenados y la mirada llena de futuro.
En una entrevista con AM750, Bagnasco, de 39 años y recién llegado de un viaje a Rusia donde coloreó las calles de un pueblo con murales iluminados de Ivan Pavlov y León Tolstoi, contó qué lo inspira a recrear la imagen viva de Diego Maradona y por qué sabe que tiene “cien vidas” del “Diez” para pintar.
- Venís de un viaje a Rusia, ¿qué fuiste a hacer allá?
Fui a un festival de streetart en Solnechnodol’sk, un pueblo de Rusia. Fuimos artistas de todo el mundo y pintamos los edificios del lugar. Es un pueblito donde no hay muchas luces y de noche está todo oscuro. Pero ahora los murales están iluminados y quedó lindísimo. Una experiencia única del mundo. Me puse a investigar los personajes de allá, para poder pintar alguien de la cultura de ese lugar y pinté a Ivan Pavlov y León Tolstoi. Fue acertado. Siempre que pintamos algún mural, los artistas pasamos a formar parte, porque lo transformamos.
- Imagino que pasará algo parecido con los murales de Maradona
Lo que pasó con Diego es que siempre quise hacer un trabajo y tratar de llegar a Diego y tratar de conocerlo. Soñé literalmente que lo conocía, pero nunca pasó. Cuando yo vi la noticia de su muerte, la verdad me chocó porque se caía ese sueño que yo tenía que conocer a Diego. Porque todos en realidad pensábamos que Diego iba a estar siempre porque Diego es Argentina. El día que me enteré de la noticia lo pinté y lo compartí. Tuve repercusión y al otro día me llamaron de un programa que querían que pinte un cuadro y eso tuvo más alcance. Y después me pidieron en santuario, en Argentinos Juniors. Y bueno, ahí empezó a conocerse mi arte en el mundo y después la gente ya quería en sus casas. Su propio santuario. Pinté una pileta, después una calle entera con imágenes de Diego. Yo digo que dedico mi vida al arte pero el arte me da todo lo que tengo en esta vida. Bueno, en este caso el arte me está haciendo parte de lo que es Diego hoy en día.
- Tus obras se conocen como las “más realistas” de Maradona
Hoy la gente me toma como el que pinta a Diego oficialmente. Para mí es una felicidad porque no me hubiese gustado pintar a nadie más tanto como al Diez. Creo que no hubiese llegado a otros países. Justo mis pinturas se encontraron en un momento en el que se podían destacar. Yo digo que mi arte llegó al mundo de la mano de Dios.
- ¿Cuál es ese “Diego de hoy en día”, a casi un año de su fallecimiento?
Es el de siempre. Yo creo que siempre es genuino. el que tuvo una vida que nadie va a tener y entonces por eso pueden pasar mil cosas y Diego está siempre presente en la gente. Cuando fui a Rusia llevé una camiseta de Argentina y cuando la vieron recordaron a Diego. Es de esas personas que nos representan en el mundo.
- Pintás al Diego futbolista y también en otras situaciones…
Sí, las imágenes más comunes son de el Diez victorioso, con la pelota, joven. Pero también está el Diego fuera de la cancha. Lo he pintado rubio, un poquito más gordito. Hay algunas pinturas que he hecho que capaz la gente no lo quería ver así, pero yo digo: “Diego fue este”. Y a mí me atrapa pintarlo de diferentes maneras y en todas sus formas. Para mí también artísticamente me da un material increíble porque nunca me voy a aburrir. Tengo las cien vidas de Diego para pintar, cien looks, cien anécdotas, cantidad de imágenes, no sé, lindas o graciosas o bizarras o lo que sea. Yo digo que todavía me queda muchas imágenes de lo que quiero hacer.
- ¿Intentaste hacerle llegar alguna vez tus dibujos?
Una vez cuando era chico lo dibujé junto a sus hijas y fui a Segurola y Habana y lo llevé. Y bueno, bajó Dalma y se lo di a ella. Pero siempre dibujé a Diego y decía bueno, en algún momento quiero hacer que mi trabajo sea él. Por eso me chocó y cuando el falleció, ahí fue que me puse “también te dibujé el día que te fuiste”. Siempre tuve ese anhelo con él. Por eso fue que que ese día esa noticia me chocó, porque Diego para nosotros iba a estar siempre.
- ¿Creés que desde su muerte creció su mito? ¿Tus pinturas aportan a la leyenda?
Yo pude haber pintado algún mural que llame la atención, pero se hicieron santuarios y murales en todo el mundo. No es mi trabajo o nuestro trabajo, es lo que generó Diego.
- ¿Tenés algún otro proyecto con Maradona?
De cada cinco trabajos, tres me piden sobre Maradona. Ahora por ejemplo, que ya se puede viajar quiero hacer un Diego en alguna parte del mundo, así que estén atentos.