El fiscal tucumano Carlos Albaca "se dedicó a perseguir a las víctimas” en lugar de investigar para hallar a los responsables del crimen de Paulina Lebbos, dijo su padre, Alberto, al declarar en el juicio que se sigue a Albaca como acusado de haber cometido irregularidades durante la instrucción del caso. El fiscal, que estuvo a cargo de la investigación del crimen de Paulina desde abril de 2006, comenzó a ser enjuiciado el martes pasado por la sala III de la Cámara Penal por los delitos de "incumplimiento de deberes de funcionario público y encubrimiento agravado”.
"Albaca se dedicó a perseguir a las víctimas, en su mente perversa llegó a caracterizar a Paulina como una loquita sexual. Solo le falto decir que la asesinaron porque usaba polleras cortas", dijo Alberto Lebbos, frente a los jueces Fernanda Bähler, Wendy Kassar y Raúl Cardozzo. El padre de la joven recordó que, inicialmente, confiaba en el fiscal, pero que Albaca, cuando le fue asignada la causa en la que dictó secreto de sumario y lo mantuvo siete años, "lo primero que hizo fue llamarnos nuevamente a declarar a mi familia y a mí”.
Lebbos contó que, en esa ocasión, Albaca "se me arrima y me pregunta: ¿por qué usted acusa a los hijos de José Alperovich? (actual senador nacional en uso de licencia y exgobernador de Tucumán). Me atribuía algo que nunca había dicho”. "Acto seguido, en vez de ponerse a investigar, me quita el rol de querellante" para dárselo a César Soto, pareja de Paulina y uno de los principales sospechosos del crimen según la familia de la joven. Lebbos litigó cinco meses para recuperar la querella, pero el secreto de sumario por orden del fiscal se mantuvo hasta 2013.
"Nosotros veíamos que pasaban los años y este hombre (Albaca) mantenía el secretismo, planteaba hipótesis que no investigaba", continúo Lebbos. "Recién en 2013 ordenó las pericias de los cabellos que se encontraron sobre los restos de Paulina ya que sabían que lo investigaban", advirtió, y explicó que eso habría colaborado en que se perdiera material importante para detectar perfiles genéticos, añadió.
Lebbos acusó a Albaca de integrar la "banda delictiva integrada por exjefe de policía Hugo Sánchez, el exsecretario de Seguridad Eduardo Di Lella, el exsubjefe de policía Nicolás Barrera, el exsubjefe de la Regional Norte Rubén Brito”, todos ellos funcionarios del gobierno provincial en el mandato de Alperovich, y que en 2018 resultaron condenados por el encubrimiento del crimen de Paulina.
"No había ninguna razón legal para que el crimen no sea esclarecido", declaró a su turno Bernardo Lobo Bugeau, quien en 2013, como abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, y por pedido de Lebbos, realizó un informe sobre la actuación de Albaca en la causa hasta ese momento. "Entiendo que causas de otro tipo impidieron llegar a la verdad, tal vez la excesiva politización del caso. Mi sensación es que (Albaca) nunca tuvo autoestima investigativa”, añadió el ex funcionario, que en su informe había dado cuenta de que el fiscal incurrió en "numerosas fallas y entorpecimientos en la investigación", entre los que describió pruebas técnicas y estudios científicos no practicados, sospechosos no indagados y pistas ignoradas.
El crimen de Paulina ocurrió el 26 de febrero de 2006, cuando la joven salió de un boliche al que había ido a bailar con su amiga Virginia Mercado. Recién en febrero de 2020 el Ministerio Público Fiscal (MPF) resolvió investigar a Soto y Sergio Kaleñuk, hijo de un exsecretario de Alperovich.