Hace tiempo que las audiencias dejaron de ser meras receptoras de los mensajes que las pantallas emiten. Aunque la prominencia de los grandes medios como propaladores de contenidos sigue dominando el vínculo entre unos y otros, no es menos cierto que en la actualidad quienes los consumen empezaron a abandonar el rol pasivo para asumir uno mucho más activo, cuestionador de las informaciones o mensajes que circulan. En búsqueda de conocer cómo observan a los medios las audiencias, la Defensoría del Público abrió la inscripción para la cuarta y última audiencia pública del año, que tendrá como eje de discusión “Los medios y la información en pandemia”. Hasta el 30 de noviembre hay tiempo para anotarse para quienes desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires quieran participar de las jornadas que se realizarán el lunes 6 de diciembre en forma presencial y el martes 7 en modo virtual.
El último espacio anual de debate y de participación ciudadana impulsado por el organismo que conduce Miriam Lewin se dividirá en dos jornadas. La primera (lunes 6) será presencial y tendrá lugar desde las 10 en la Universidad Nacional de Quilmes, en el Salón Auditorio Nicolás Casullo de la Universidad Nacional de Quilmes (Roque Sáenz Peña 325, Bernal, Provincia de Buenos Aires). La segunda (martes 7) será virtual, tal como fueron las primeras tres audiencias del año, para permitir la participación de poblaciones que viven en el interior de la provincia. De esta manera, la región Buenos Aires se sumará a las experiencias realizadas en plena pandemia de las que participaron ciudadanos de zona Centro (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos), Noroeste (Tucumán, Salta Santiago del Estero, Jujuy y Catamarca) y Patagonia (Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Malvinas e Islas del Atlántico Sur).
“Uno de los objetos de reclamo fue la cobertura mediática de lo relacionado con géneros”, le cuenta Lewin a Página/12. “Es evidente que el activismo de los feminismos se ha apropiado de la Defensoría como herramienta, y sus reclamos tienen que ver con el abordaje en los medios de los femicidios, de los abusos sexuales, pero también con la ausencia de comunicadoras mujeres y trans, cosa que se espera resolver con la entrada en vigencia de la Ley de Equidad y cupo trans, que espera su reglamentación. Otro es el no cumplimiento del artículo 66 de la ley, en cuanto a la accesibilidad de los contenidos para personas con discapacidad. Esto se reveló de suma importancia durante la pandemia, cuando el acceso a información sobre la salud en conferencias de prensa era central. La ausencia de contenidos relevantes para cada área geográfica y no porteñocentristas fue otro reclamo omnipresente. También el adultocentrismo, la carencia de contenidos de interés para niñez y adolescentes es otro problema. Pero sobre todo, el principal problema señalado fue la falta de conectividad, el no acceso a una internet a un costo razonable y de calidad, y en algunos casos, la ausencia de señal incluso de celular en algunas zonas”, enumeró la titular del organismo.
Desde su creación, la Defensoría del Público llevó adelante un total de 26 Audiencias Públicas en distintos puntos del país, recabando las exposiciones de la ciudadanía. “Otra temática señalada fue la dificultad de la sostenibilidad de los medios comunitarios, que aportan a la pluralidad de voces en una comunicacion democrática y que han cooperado con la continuidad educativa. Muchos de ellos han debido bajar la persiana y dejar de transmitir durante la pandemia”, subrayó Lewin. Las sugerencias y observaciones de los y las oradoras son recopiladas y sistematizadas por el organismo, con el fin de trabajarlas y asociarse con el ámbito estatal y privado para encontrar soluciones a nivel nacional, provincial y municipal.
Las audiencias públicas están establecidas por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26522), la normativa que creó a la Defensoría de las Audiencias de Medios Audiovisuales, el organismo que no tiene potestad sancionadora. “Escuchar los reclamos, las ideas, las propuestas de todos los sectores de la comunicación -detalla la titular del organismo- es uno de nuestros deberes, y es el derecho de los públicos hacerse escuchar. Sirve para hacer un diagnóstico, para diseñar nuestro trabajo a partir de eso, y para derivar los reclamos a otras áreas del Estado que estén involucradas. Nada cae en saco roto. No se trata solamente de escuchar opiniones, sino de buscar soluciones. Y tampoco hablamos solamente de la pandemia, usamos ese eje porque esta epoca estuvo atravesada por el aislamiento y el distanciamiento y eso generó un contexto particular, especial para cada region y cada rango de edad”.