Desde Roma
En una semana marcada por la dramática muerte en el Canal de la Mancha de al menos 27 migrantes, incluyendo una mujer embarazada y varios niños, que trataban de llegar de Francia a Inglaterra en una barcaza, el presidente francés Emmanuel Macron fue recibido este viernes por el Papa Francisco en el Vaticano. Fue luego de firmar con el primer ministro italiano Mario Draghi un acuerdo bilateral de cooperación que los dos mandatarios definieron como “histórico”.
Con el Pontífice, que lo recibió extrañamente durante una hora y no treinta minutos como estaba previsto, Macron trató distintos puntos de común interés, como los “desafíos globales y las crisis regionales que amenazan desestabilizar al resto del mundo”, dijo un comunicado del Eliseo, sede del gobierno francés. Sobre la pandemia y la covid, ambos coincidieron en la necesidad de permitir “vacunas para todos”. También se abordó el tema del clima, después de la reunión internacional de Glasgow. Respecto a las crisis regionales, hablaron en particular del Líbano y de la situación en la frontera entre Polonia y Bielorusia, sosteniendo la importancia de las ayudas humanitarias para esa gente. Pero también hablaron de América Latina, Venezuela en particular y de África, Etiopía especialmente, concluyó el comunicado agregando también que se trataron temas relativos a la Unión Europea.
Pero el tema migrantes, por lo visto, que a Francisco importa particularmente, no estuvo entre los temas tratados. Francia está pasando por un difícil momento en esa cuestión y tal vez por razones diplomáticas el Papa prefirió no abordarlo. Las relaciones entre Francia y el Reino Unido están muy tensas desde que el primer ministro británico inglés Boris Johnson en un tweet escribió que Francia se debería llevar de vuelta los migrantes que llegan a Inglaterra para así detener las migraciones. Acto seguido, el ministro del Interior francés anuló la invitación que había hecho a su colega inglés para participar el domingo en Calais de una reunión de ministros europeos sobre este tema. Pero el viernes el gobierno inglés pidió que esa invitación fuera reenviada.
Después de ver al Papa, Macron fue recibido por el cardenal secretario de estado, número dos del Vaticano, Pietro Parolin. La Santa Sede difundió un comunicado luego de este encuentro pero no sobre la reunión con el Papa, precisando que se “destacaron las buenas relaciones bilaterales existentes” y se trataron algunas cuestiones de carácter internacional, entre ellas la protección del ambiente a la luz de los resultados del reciente Cop26. También se intercambiaron puntos de vista sobre las perspectivas de la próxima presidencia francesa de la Unión Europea, sobre el compromiso de Francia en el Líbano, en Medio Oriente y en África”.
Conversando con varios periodistas el jueves por la noche en Roma, Macron explicó sobre el tema migrantes que “Debemos acogerlos, tenemos interés en acogerlos porque ciertos sectores de la economía no funcionarían sin ellos. Pero al mismo tiempo no podemos recibir a todo el mundo, no es sostenible para el equilibro de nuestro país”, dijo al diario católico La Croix. “El Papa ve los desequilibrios que provocan las crisis migratorias. El siente muy bien que enteros pueblos son golpeados por eso. Pero si no protegemos nuestra integridad nacional, arriesgamos volver a nacionalismos muy duros. Pero cada uno en su lugar. El Papa no tiene fronteras para defender”, agregó.
Las fotos difundidas sobre el encuentro de Macron con el Papa dieron idea de que fue afectuoso, con los dos mandatarios sonrientes e intercambiando regalos. Macron y Francisco se habían visto en el Vaticano en 2018 y hace algunos meses habían mantenido una larga charla telefónica.
Algunos se preguntan por qué el Papa recibió a Macron cuando generalmente prefiere no recibir a mandatarios de un país que está por ir a elecciones, en este caso en abril próximo. Además hay otro elemento: que Francia asumirá la presidencia de turno de la Unión Europea a partir del primero de enero. Según algunas versiones de periódicos franceses, Macrón quería ver al papa Francisco para pedirle que interviniera a principios del 2022 en sedes europeas, a fin de relanzar el rol de Europa en el mundo, papel que se ha visto debilitado en los últimos años, en parte por la falta de acuerdos consistentes en materia de migrantes, en parte por otras diferencias entre los países y por la covid.
Tratado del Quirinale
Fue una jornada llena de actividades para el presidente francés que si bien llegó a Roma el jueves y mantuvo una reunión con el primer ministro Draghi de más de dos horas, la mayor parte de sus actividades se concentraron el viernes. Por la mañana firmó con Draghi y ante la presencia del presidente de la República, Sergio Mattarella, un acuerdo de cooperación bilateral llamado “Tratado del Quirinale” y firmado en el Palacio de la Presidencia de la República llamado precisamente Quirinale.
Este tratado había sido anunciado ya en 2017 pero, un poco por la covid y por otros problemas, recién ahora pudo concretarse, aunque falta todavía la aprobación definitiva del Parlamento.
Se trata de un acuerdo para fortalecer la cooperación económica -industrial y digital- entre los dos países, pero también la coordinación de ambas naciones a nivel europeo y extranjero, en materia de seguridad y defensa, espacio, política migratoria, justicia y asuntos internos, educación, desarrollo social, investigación, jóvenes y cultura en general. La idea es reforzar también la Unión Europea y el compromiso común en el Mediterráneo y en África.
“Hemos dado espacio a nuevas formas de cooperación en ámbito energético y tecnológico, en la investigación y la innovación (...) Tenemos que aprender la disciplina de la amistad. Es importante consultarse y actuar juntos”, dijo Draghi en la rueda de prensa realizada luego de la firma del Tratado. Destacó asimismo que este Tratado “marca un momento histórico en la relaciones entre Italia y Francia. Desde hoy estamos más cerca”. Y para poder consultarse tal vez de modo más sencillo, han establecido que una vez cada trimestre un ministro italiano podrá participar de la reunión del consejo de ministros de Francia y a la inversa. “Queremos favorecer y acelerar el proceso de integración europea”, agregó Draghi subrayando además que Italia y Francia son aliados “en los grandes desafíos mundiales, desde la gestión de la pandemia a la lucha contra el cambio climático”. Por otra parte agregó que “para que Europa pueda protegerse mejor, es necesario crear una verdadera defensa europea que será complementaria de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”, añadió
“Este tratado histórico ratifica la amistad profunda” entre Italia y Francia, dijo Macron en la rueda de prensa. “Los dos países han vivido momentos difíciles” y en los dos hay fuerzas políticas que “querrían que las cosas entre nosotros anduvieran mal”. “Pero esta amistad viene de muy lejos”, enfatizó.
“Italia y Francia juntas para una Europa más fuerte”, dijo por su parte el presidente Mattarella que saludó afectuosamente al presidente Macron y a Draghi luego de la firma. Mientras se saludaban, pasaban por el cielo de Roma los aviones de las llamadas “Frecce Tricolori” de Italia y de la “Patrouille de France”, dos equipos de la aviación de cada país cuya función fue emanar franjas de humo con los colores de las banderas de Italia y de Francia mientras se escuchaban los dos himnos nacionales.