Graciela Príncipe es el nombre del corredor violeta que conforman más de 25 organizaciones de Empalme Graneros. En el marco del día Internacional de la Eliminación de la Violencia a la Mujer, el viernes se realizó el bautismo con una multitudinaria caminata desde pasaje Mburucuyá 965 bis hasta la escuela 456 Carlos Pellegrini, donde Graciela trabajaba como asistente del comedor. El 6 de enero de 2016 fue asesinada por Ricardo Ratto. Ayer, sus familiares hablaron en un acto que desbordó emoción. "Participamos todas las organizaciones que conforman el corredor. La idea es que estén todas señalizadas con una leyenda para que las mujeres las ubiquen como lugares para recurrir", explicó Paula Etchart, trabajadora social del centro de salud Juana Azurduy.
"Esta institución forma parte del corredor Graciela Príncipe, acá podés pedir ayuda porque trabajamos contra la violencia hacia las mujeres", es la inscripción que, acompañada de una mariposa violeta, tendrán más de 25 lugares de Empalme: comedores, merenderos, La Poderosa, bibliotecas, vecinales, centros de salud, clubes, entre otras. La red de organizaciones comenzó a armarse en 2018 y el año pasado tuvo su primera acción pública. Las compañeras de Graciela, en la escuela Pellegrini, propusieron el nombre. Ayer, la mamá de la mujer asesinada en 2016, les hijes y la nieta formaron parte del acto. Les alumnes pudieron ponerle cara al femicidio: allí estaba alguien que dejó una huella en la escuela, donde también en estos días -tras una vandalización- se pintó un mural que la recuerda.
La caminata congregó a unas 350 personas que marcharon por las calles principales, como Juan José Paso, pero también por pasillos y callecitas del barrio. No eran desconocidas, eran las mismas vecinas organizadas. "Me asombró mucho la cantidad que éramos, porque yo sabía que somos un montón de organizaciones, pero no me imaginé que íbamos a ser tantas. Eran cuadras y cuadras. Y después, fue emocionante el acompañamiento de las mujeres desde sus casas: salían, nos aplaudían, nos ofrecían agua, cantaban, algunas se sumaban. Sentí que nadie estaba indiferente a la temática", dijo Etchart.
Fernanda Romero, que integra la comisión directiva de la vecinal Empalme Graneros hace 25 años, también se entusiasmó por la convocatoria. "Es un logro en nuestro barrio, de una gran madurez política, que se hayan vencido barreras y prejuicios para lograr esta unidad. Fue multitudinario, con muchísimas instituciones, con mucho compromiso social", enfatizó Romero.
Para la vecinalista, el tema de la violencia contra las mujeres "cuesta". "Una cree que está todo sabido, pero aún hablándolo, cuesta. Tenemos una biblioteca en el primer piso, la Mariano Moreno y hemos adquirido mucho material para que la gente pueda venir a buscar", contó sobre la tarea en su organización. En la actividad del viernes a la mañana, el foco estuvo puesto en generar alertas, en hablar para que no se llegue tarde.
Por su parte, la directora de la escuela 456, Claudia Rodríguez, consideró que "lo más emocionante" fue la presencia territorial de esta red. "Quisiera subrayar el valor de la unidad, más allá de las diferencias", plantea. "Cuando nos metíamos por los pasillos, las callecitas, había comedores, merenderos, las chicas de La Poderosa, que siempre nos ayudan mucho. Me emocionaba ver eso y también que las familias nos vieran unidas en una causa común", dijo la docente, que trabaja hace 25 años en la escuela. "Soy directora hace unos meses, pero fue la anterior, Rosa María Schlamelcher la que inició todo esto", agregó.
En tanto, para Etchart, "el desafío es sostenerlo y también ir creciendo. El año pasado esto era un objetivo, y después, con la pandemia, los esfuerzos del centro de salud tuvieron que dirigirse a eso. Si bien nunca se negó la atención a una mujer. Ahora lo retomamos, después del paréntesis de los momentos más duros de la pandemia. El desafío es sostenerlo y expandirlo, que no quede solo en Empalme Graneros".