Honduras decidirá este domingo por la continuidad de un bipartidismo de más de 100 años del partido Nacional (oficialista) y el partido Liberal o por su primer gobierno de izquierda progresista en un contexto electoral teñido de hechos violentos con la muerte de más de 30 personas. Con el candidato nacionalista, Nasry Asfura, y el liberal, Yani Rosenthal señalados en la investigación de los Pandora Papers, la candidata del partido de izquierda Libertad y Refundación (Libre) Xiomara Castro de Zelaya, es favorita en todas las encuestas. Sin embargo, el antecedente de fraude en los comicios de 2017 que habilitaron el segundo mandato de Juan Orlando Hernández (Partido Nacional) es una de las preocupaciones de los hondureños y hondureñas (la elección de Hernández en 2017 había sido impugnada por la OEA pero avalada por Estados Unidos). En este sentido, la ONU pidió a las autoridades asegurar elecciones pacíficas, transparentes y genuinas.
Contexto electoral
Unos 5,2 millones de hondureños que forman parte del padrón electoral elegirán este domingo un nuevo presidente, 128 diputados del Congreso Nacional (unicameral), alcaldes municipales y diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen). En total alrededor de 3.000 cargos públicos. En Honduras no hay segunda vuelta a nivel presidencial por lo que el candidato con mayor cantidad de votos gana las elecciones generales.
Este domingo habrán 5.755 centros de votación y 18.293 juntas receptoras de votos, de las cuales, 20 serán para el ejercicio del voto en el exterior, donde los hondureños sólo podrán participar en la elección presidencial, distribuidas en consulados de Honduras en 14 ciudades de Estados Unidos y en 6 países centroamericanos. Los hondureños en Centro América podrán ejercer el sufragio en los consulados de Honduras en: Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Belice.
El contexto electoral estuvo signado por la violencia política. Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en el último año contabilizaron al menos 31 asesinatos por motivaciones políticas. En este sentido, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, manifestó este martes su “profunda preocupación” por la violencia política en Honduras en el marco de las elecciones. La oficina de la ONU detalla que la violencia en la campaña electoral resultó en la muerte de 29 personas, 63 casos de violencia política, 14 ataques, siete casos de amenazas y un secuestro.
Golpe y militarización del país
Con el golpe de Estado de 2009 como raíz inmediata de la actual crisis política y económica en Honduras, estos comicios se presentan como una oportunidad de romper con los dos partidos tradicionales que se han alternado en el poder desde inicios del siglo 20. Así como el fin de 12 años de gobierno del partido Nacional. El país centroamericano retrocedió en un camino de militarización y enriquecimiento de las élites dominantes, según señala Gustavo Irías, director del Centro de Estudios para la Democracia (Cespad) a la Agencia Regional de Noticias.
Desde el golpe "el Estado ha sido un botín para drenar sus recursos, evadir cargas fiscales y utilizar sus aparatos represivos en función de sus intereses. Es una élite inmensamente rica que ha construido un país con la mayor pobreza y desigualdad de toda Latinoamérica”, asegura Irías, que a su vez se refiere a la creciente remilitarización del Estado y la sociedad. “Los militares se posicionaron, nuevamente, como el actor central en la gestión pública, rol institucionalizado a través del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad”, afirma. Otro aspecto señalado por Irías es la creación en 2013 de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), “que con una periodicidad inicialmente temporal, ha terminado copando, de manera permanente, las tareas de seguridad”.
Las candidaturas
De las 14 candidaturas a la presidencia de Honduras, sólo dos tienen el respaldo de la mayor parte del electorado.Por un lado, la candidata del partido Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, con el 38 por ciento de intención de voto según la encuesta de octubre del Centro de Estudios para la Democracia. Desde la fundación de Libre en 2011, el partido que unió a la oposición hondureña tras el golpe de Estado, la formación de izquierda se posicionó como una de las favoritas en un país donde las agrupaciones tradicionales mantuvieron una hegemonía de más de un siglo.
Castro, compañera del depuesto presidente Mel Zelaya, tiene una propuesta de gobierno que apunta a la ampliación de derechos y el combate a la corrupción con la solicitud a Naciones Unidas de una Comisión Internacional contra la corrupción y la Impunidad en Honduras. Otro punto importante de su programa de gobierno es la derogación de la Ley Orgánica de las Zonas Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), que establece zonas del territorio nacional sujetas a un régimen especial que permite a los inversionistas manejar la política fiscal, de seguridad y de resolución de conflictos. "Para generar empleo y desarrollo en el país, no necesitamos vender nuestra soberanía. Vamos a generar esa esperanza que el pueblo demanda", apuntó Castro, que a su vez se propone a despenalizar el aborto por tres causales: riesgo de la vida de la madre, que el embarazo sea producto de una violación o malformación del feto. Actualmente Honduras tiene una de las legislaciones más restrictivas para las personas gestantes que buscan acceder a una interrupción del embarazo.
Del otro lado, están los candidatos tradicionales. El que va segundo en las encuestas es Nasry Asfura de la derecha oficialista, con un 22 por ciento de intención de voto, es uno de los políticos señalados en los Pandora Papers. Conocido como “Papi a la orden” por el eslogan que utilizó en sus campañas para la alcaldía de la capital. Es intendente de Tegucigalpa desde 2013 y busca el continuismo del partido Nacional. “Su candidatura representa casi 12 años de un
desgobierno para la nación y una victoria nuevamente sería desastrosa para el
país, son años de gobiernos nefastos para Honduras”, sostuvo el analista político hondureño Efraín Díaz Arrivillaga a la emisora hondureña Radio Progreso. En un lejano tercer lugar está Yani Rosenthal del PL, con un 3 por ciento de intención de voto. Rosenthal fue diputado entre 2010 y 2014. Este año terminó de cumplir una condena de 36 meses de cárcel en Estados Unidos donde fue acusado por corrupción y lavado de dinero relacionado con el tráfico de drogas.