Vanina Correa jugó los Mundiales 2003, 2007 y 2019, participó en los Sudamericanos 2003 y 2006, en los Panamericanos 2003, 2007 y 2019, en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y en la Copa América 2018. Esa trayectoria, que incluye los primeros puntos en un Mundial en 2019, la Medalla de plata en los Panamericanos del mismo año y la Sudamericana en 2006 la convirtieron en una de las máximas figuras del seleccionado femenino de fútbol. De ahí, el reconocimiento de sus pares, que este año la eligieron por unanimidad como vicepresidenta de la Confederación Argentina de Deportes en representación de los y las atletas. “Todos los deportistas padecemos en cuanto a los recursos y ahora estoy conociendo un poco más sobre historias de deportes que no son olímpicos y tienen menos recursos aún. La idea es estar con ellos, acompañar y ayudar desde el lugar que me toca para que siga el crecimiento de todos los deportes”, dice la santafesina de 38 años, que desde los 20 defiende el arco de la celeste y blanca.
–En julio el DT German Portanova tomó el mando de la Selección, se hicieron dos giras, por Brasil y por México, y estos amistosos con Ecuador son la tercera experiencia y la última del 2021. ¿Qué balance hacés?
–Son rivales duros los que enfrentamos, sabíamos cómo podían llegar a ser los partidos pero se trata de tener nuestra idea de juego y empezar a implementarla; esa es la idea de Germán y nosotras estamos todas de acuerdo en llevarla adelante. Siempre es arriesgar un poquito más y lleva también a que tengas el marcador en contra. Es aprendizaje, Germán arrancó hace poquito. Es acoplarnos a él, él a nosotras y estamos todos tirando para el mismo lado, nuestra prioridad es la Copa América del año que viene.
–Como referenta y capitana, ¿qué te pasa cuando Portanova plantea la reconstrucción del grupo después del Mundial?
–Lo hablamos siempre con Germán. Es empezar a formar un grupo y, como dije antes, apuntar a la Copa América. Se están acoplando muchas chicas, otras venimos de antes y él apunta a eso… a acomodarnos a todas, formar un buen grupo y obviamente irán llegando más jugadoras porque él necesita ver a todas.
–¿Qué esperás de la última fecha FIFA del año?
–La idea es sumar minutos, en lo personal y a nivel equipo. Formar el equipo en una idea de juego diferente a la que veníamos jugando. Acomodar líneas; son todas Selecciones diferentes pero nuestra idea es jugar siempre de la misma manera, ir a buscar el partido y creo que la fecha FIFA está para aprender, intentar acomodarnos al nuevo sistema y tratar de hacerlo de la mejor manera.
–¿En qué lugar posicionás a Argentina pensando en la Copa América?
–Nuestra idea es salir campeonas de la Copa, para eso estamos trabajando. Estamos acomodando, entrenando y haciendo todo lo posible para llegar diez puntos y salir campeonas. La realidad es que Brasil siempre está un pasito arriba nuestro pero vamos a pelear desde arriba, complicársela a cualquier rival y clasificar directo al Mundial.
La primera transferencia oficial de San Lorenzo de Almagro este 2021 fue nada menos que la de su arquera histórica. Tras su paso por el Espanyol de Barcelona, Vanina Correa volvió a vestirse de azulgrana para su noveno ciclo en la Liga argentina. Su experiencia europea había sido dura: jugando con el elenco de Cataluña que descendió al Reto Iberdrola (Segunda División), Vanina sufrió una fractura de peroné que requirió de una extensa recuperación. Superado ese trance, los amistosos de la Selección y el retorno al club de Boedo marcaron también su vuelta a la alta competencia. Dirigidas por Nicolás Basualdo, Las Santitas llegaron a semifinales del Clausura y disputaron la fase de grupos de la segunda Copa Libertadores en la carrera de Vanina (la primera fue en 2010, cuando consiguió el tercer puesto con Boca).
–Durante tu primera estadía en España, llegó la lesión y te sacó un poco de ritmo. ¿Creés que fue una buena decisión volver o te hubieses quedado una temporada más?
–Justo cuando me tocaba agarrar el arco otra vez, me toca lo injusto de la fractura del peroné y volver a remarla… pero no, no me arrepiento. Volví, más que nada, por mis mellis, que estaban en Argentina. Me costaba tenerlos lejos, ya había pasado casi seis meses sin verlos y tomé la decisión de volverme. La verdad, la experiencia es diferente, es otra la calidad de vida y, si hubiese tenido la posibilidad de tener a los mellis allá conmigo, me hubiese quedado.
–Esta fue tu segunda Libertadores, ¿con qué Copa te encontraste?
–Diferente. Es otro juego, se fue mejorando en todos los aspectos, es una Copa Libertadores diferente a la que me tocó en 2010 con Boca. Incluso la organización, también te puedo decir que es cansador porque jugábamos cada 48 horas, ¿qué equipo resiste jugar tan seguido? Cambió todo, también es lindo el nivel profesional en el que están todos los equipos, no se sacan tanta diferencia entre uno y otro. Son momentos lindos del fútbol y creo que va a seguir creciendo.
–¿Y cómo ves al fútbol femenino argentino? ¿Estamos en el piso, en la mitad...?
–Es un piso. Nos agarró la pandemia y eso hace que todo vuelva un poco hacia atrás. Los clubes económicamente sufrieron, los hinchas no van a las canchas, no hay ingresos, algunos sponsors se han ido. Esto hace que, al no tener recursos, el fútbol femenino quede ahí… es un piso pero hay que empezar a crecer más. A algunos clubes les cuesta por falta de estructura; necesitamos tener una liga bien formada donde todos los clubes tengan lo necesario para estar bien.
–¿Hay que ajustar el nivel del torneo local?
–Sí, el torneo es diferente si lo comparás con una Copa Libertadores. Hay que equiparar una falta de crecimiento que tuvimos nosotras durante años porque en Argentina el fútbol es profesional hace poco. Creo que todo va cambiando, el torneo se va haciendo más competitivo y muchos mejoraron un montón. De acá a dos años más o menos, Argentina va a tener la posibilidad de ganar una Libertadores. Ahora el poderío sigue siendo brasileño, ellas compiten un montón, son físicamente superiores y lo nuestro es acotar eso. Estar un poquito a la par de ellas y trabajar, es cuestión de trabajo. Desde Inferiores hasta Primera.
–Cuando clasificamos al Mundial de Francia 2019 te tatuaste una Torre Eiffel. ¿Tenés algo pensado para el antebrazo que te queda libre?
–Será otra promesa en la Copa América, si llegamos a clasificar, algo relacionado al Mundial.
*Romina Sacher