La defensora provincial Jaquelina Balangione se presentó formalmente en Rosario y, tras los cuestionamientos que recibió su candidatura al cargo, aseguró: "Salí fortalecida". En ese sentido, señaló que la peleó "sola", y leyó las críticas como una "discriminación de género" por ser esposa del ministro de la Corte Suprema, Rafael Gutiérrez. Al mismo tiempo, dijo que espera que se completen media docena de cargos de defensores que "la provincia debe desde la ley original", para estar equiparados con la Fiscalía; y presentó un pedido para que haya subrogantes. También aclaró que en su gestión sostendrá las políticas de registro de torturas; adelantó que realizará una recorrida por los penales para dar cuenta de la situación; y se mostró a favor de mantener el trabajo contra la violencia institucional. Además, apuntará a fortalecer las defensorías regionales. Desde la Defensa de Rosario, Gustavo Franceschetti destacó el trabajo de la gestión anterior que logró reducir la cantidad de presos en comisarías y aseguró una continuidad (ver recuadro).
Antes de recorrer el nuevo edificio de Justicia Penal, la funcionaria, que asumió en abril y ocupará el cargo por seis años, visitó la regional Rosario ‑que tiene 43 defensores‑, donde dijo que estará dos veces por semana por ser "la más importante". Sobre el espacio físico provisorio, indicó que hay 63 personas trabajando en un edificio que "queda chico" y que analiza alquilar otro espacio temporario.
En cuanto a la organización del trabajo, expresó: "Me toca poner en orden la institución porque la recibo después de una primera gestión (a cargo de Gabriel Ganón) que, entiendo, no fue fácil porque se trataba de un espacio que acababa de nacer. Hay ciertas cuestiones por acomodar en cuanto a lo presupuestario, el plantel de personal y los cargos (80 defensores en toda Santa Fe), porque la Provincia nos está debiendo cargos de la ley. Son cuatro defensores adjuntos y uno público", puntualizó. De todos modos, dijo que "hay que cuidar que haya igualdad de armas", y recordó que el Ministerio Público de la Acusación incorporará 45 fiscales más y funcionarios, cuando a la defensa se le debe de la primera tanda, y hay unos 70 cargos vacantes. Ahora solicitamos los adeudados y estamos avanzando en una estructura para llamar a concurso los cargos que nos quedan por cubrir", detalló. También prepara un pedido a la Legislatura para crear la ley de subrogancias que permita tener un "banco de suplentes".
De todos modos, destacó: "Tenemos una Defensa Pública de lujo"; y consideró que la diferencia en cantidad de recursos con la Fiscalía es "lógica", porque son quienes reciben todos los casos. "El estándar es que cada 3 fiscales debe haber un defensor, y hoy todavía estamos cubriéndolo".
Balangione destacó que la Defensa pública "pertenece al Poder Judicial y hay una bolsa de recursos humanos única. Esto no tiene que ver con alterar la autonomía al trabajo". La diferencia en la cantidad de personal, para la funcionaria, "obedece a una postura política de la gestión anterior que no asumía la organización legal".
Consultada sobre las políticas de la Defensoría, dijo que "en lo operativo, sobre prestación de servicios, la idea es construir desde la horizontalidad. Es necesario respetar la autonomía de los defensores. Mi idea no es hacer instructivos para bajar línea de qué hay que hacer en determinados casos", se diferenció.
En cuanto a violencia institucional y el registro de torturas que se comenzó a trabajar en la gestión anterior, aseguró: "Estamos trabajando muy fuerte con el equipo de funcionarios designados de la gestión anterior; y estamos armando un programa con agenda de visitas a los establecimientos penitenciarios para relevar las situaciones y problemáticas. Lo haré personalmente. La idea es fortalecer ese equipo y darle continuidad. También queremos trabajar la etapa de ejecución de la pena con asiento en cada establecimiento penitenciario", dijo.
Sobre las impugnaciones a su postulación, fue categórica: "Hoy puedo concluir que salí fortalecida. La mayor parte de los cuestionamientos tienen que ver con una situación personal y familiar, porque estoy casada con un ministro de la Corte, y por ese lado se me corrió. Creo que es una situación típica de discriminación por género. Realmente lo sufrí como una violencia de género porque la invisibilización fue total: se exaltó la figura de quien es mi marido, y en base a que yo estaba con él no puedo existir para un cargo en el que no hay incompatibilidad y demostré idoneidad, porque salí primera en el concurso. Hubo una serie de cosas para poner en duda mi idoneidad. Yo me defendí absolutamente sola y tomé esta decisión sola porque es un lugar que me encanta. Es como la culminación de mi carrera en un lugar que me hace sentir cubierta. Dejé un cargo de comodidad para ocupar éste. La peleé sola. El consenso político creo que lo tengo logrado, porque la votación fue de 42 a 2".
Cuando se le preguntó qué sucederá en el caso de que se tenga que presentar ante la Corte, como defensora general, respondió: "Lo haré"; aunque aclaró que las presentaciones al máximo tribunal llegarán firmadas por los defensores que "son autónomos", porque no es una tarea que le pertenezca. "Cuando me anoté en este cargo, lo hablé con mi esposo. Entiendo la cuestión política; pero desempeñaré el cargo como la ley manda y según mi competencia. Me hace feliz estar acá", aseguró.