En plena negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y luego de tomar medidas cambiarias para evitar una mayor fuga de dólares por el turismo, el país empezará a recibir en el corto plazo una nada despreciable inyección de divisas del agro. Luego de un noviembre y diciembre altos históricamente pero moderados en comparación con los últimos números, habrá los primeros meses del 2022 un fuerte ingreso de más de 4000 millones de dólares, apalancados sobre todo por el cultivo de moda en el mundo: el trigo.
La tonelada de ese cultivo cotiza hoy por sobre los 315 dólares, un alza muy fuerte en relación a los 200 dólares habituales. Según confiaron a Página I12 fuentes del sector, ya están entrando unos 3000 camiones diarios con trigo a los puertos, lo que se empezará a verse en números de liquidación de exportaciones en los próximos quince días.
La cuenta que hace el sector y la que tiene sobre la mesa el Gobierno es que entre enero y febrero, sumando maíz, trigo y lo que queda de cebada, ingresarán unos 4500 millones de dólares. Ese volúmen no alcanza para relajar restricciones cambiarias pero sí para apalancar reservas en el último tramo de las negociaciones con el organismo que conduce Kristalina Georgieva.
Ese período empezará a reflejar el ingreso de dólares más fuerte, luego de que en noviembre se espera que ingrese un total de 1900 millones y casi el mismo número en diciembre. El problema con el trigo, en tanto, es un beneficio y un problema: el Gobierno trabaja sobre la idea de desacoplar precios locales de los internacionales, y el super trigo en Chicago condiciona mucho los valores internos de muchos bienes. Ergo, el beneficio de sus ingresos por exportaciones puede, además, ser el perjuicio para los niveles de inflación internos. Este factor está contemplado por el Gobierno, que evalúa cómo seguir.
Aún con el empujón de esats divisas, en la Casa Rosada afirman que la situación cambiaria debe seguir siendo observada y con los controles ya implementados en plena vigencia. Sobre todo porque restan los tramos finales de la negociación con el Fondo Monetario y porque, además, la brecha entre tipos de cambio se mantiene en algunos casos al 100 por ciento.
En ese contexto, en el Gobierno aseguran que se empezará a trabajar para achicar la brecha del dólar oficial y el paralelo, un síntoma que ya empezó a verse por estos días con la micro correcciones técnicamente conocidas como "crawling peg", pequeños saltos diarios. Estas movidas se profundizarán más hacia fines de año, con mayor intensidad y en ritmo con la inflación.