La ciudad de Buenos Aires tendrá desde diciembre una nueva sala de conciertos. En un contexto complejo para la escena cultural, la buena noticia tiene que ver con la apertura de Café Berlín, una experiencia surgida en Madrid hace treinta años que ahora tendrá su sede en territorio porteño. "El desafío es crear un espacio cultural y que sea la casa del músico. Un espacio íntimo donde la gente pueda disfrutar de un concierto”, cuenta Luca Frasca, uno de los productores y programadores del espacio. A partir del miércoles 1° de diciembre, en la sala ubicada en Villa Devoto (Av. San Martín 6656), se presentarán artistas como Dante Spinetta, Julieta Venegas, Ana Prada + Manu Sija, Hilda Lizarazu, Liliana Herrero, Litto Nebbia, Gillespi, Andy Chango, La Bruja Salguero, Pitufo Lombardo, Andrés Beeuwsaert + Nadia Larcher y Nahuel Briones, entre muchos otros.
“El lugar está enfocado a la cultura, no solo a cortar tickets. Lo promocionamos como la casa del músico, donde pueda ir a tomarse una copa, se sienta que está en su lugar y se lo mime”, resalta Frasca, también músico. “Está todo al servicio para que sea fácil y cómodo para el músico. Hay un piano de cola y todos los equipos son de primera línea. Y sobre todo la idea es programar a gente más conocida y darle lugar también a artistas no tan conocidos, pero que tienen un gran nivel musical y que tal vez no tienen lugar para tocar en la escena”.
La sala cuenta con un aforo para 150 personas y un espacio gastronómico cuya especialidad son las tapas artesanales y la degustación de vinos. A las 17 abrirá sus puertas con una banda de jazz y a la noche tendrán lugar los conciertos. La programación es ecléctica y variada. Según los organizadores, el criterio de selección se rige por la calidad musical, no por el éxito de taquilla o por la “cantidad de seguidores” en redes. En este sentido, pueden convivir artistas folklóricos como Nadia Larcher o artistas más pop como Julieta Venegas. O algunos que provienen del rock, como Nahuel Briones; o ligados al hip hop y la música urbana, como Dante. "A nosotros nos interesa la música y no nos importa el estilo, siempre y cuando tenga calidad. Es un lugar que apuesta a la cultura y a la buena música. Por eso intentamos cuidar mucho la programación”, resalta Frasca. “Que no sea un lugar más, sino que cobre una identidad”, se entusiasma.
"Curiosamente, el proyecto nace en la pandemia. Porque hasta la pandemia el Berlín se había vuelto una de las salas de conciertos más prestigiosas de España y de Europa. A mi hermano se le ocurrió ampliarlo y poner una sede en Miami y otra en Buenos Aires”, cuenta Frasca sobre la génesis del proyecto, que tiene su origen en Madrid. “Sin perder sus señas de identidad –como ha sucedido históricamente, la sala sigue acogiendo a artistas de jazz y de flamenco de primera fila mundial–, el Berlín ha conseguido abrirse también a otros estilos como el pop, el blues, el funk, el swing, el soul, el folk o la canción, con la calidad musical y artística como condición única e indispensable”, cuentan en un comunicado de prensa.
El Café Berlín de Madrid es un lugar emblemático y forma parte de la “memoria musical, sentimental y noctámbula” de esa ciudad. Entonces, entiende Frasca, "es un lugar que tiene prestigio desde Europa, no es como abrir un espacio nuevo”. “Es un capricho bohemio, porque de negocio no tiene nada. Pero no quita que le pueda ir bien en Buenos Aires y se pueda mantener”, se sincera.