El Mundial de Qatar no empezó aún y ya hace rato viene sumando polémicas. Este miércoles agregó una nueva cuando, a raíz de las denuncias de organizaciones de Derechos Humanos sobre las leyes anti-gays del país árabe, el director del comité organizador de la Copa del Mundo, Nasser Al-Khater, afirmó que su país recibirá a los aficionados de la comunidad LGTBI+ y que permitirá su asistencia a los partidos, pero se arrogó la potestad de exigir que no haya "demostraciones públicas de afecto" porque "están mal vistas y esto se aplica a todos".
"Qatar es un país tolerante que dará la bienvenida a la comunidad LGTBI+" dijo Al-Khater durante una entrevista concedida a la CNN. De inmediato señaló que pese a que la homosexualidad no está permitida en ese país, los aficionados que pertenezcan al colectivo LGTBI+ podrán "viajar" y "asistir a los partidos".
"Vendrán a Qatar como aficionados y asistentes a un torneo de fútbol y podrán hacer lo que haría cualquier otro ser humano", expresó. De todos modos, se arrogó la potestad de prohibir escenas para el Mundial: "Las demostraciones públicas de afecto están mal vistas y esto se aplica a todos". "Qatar y los países vecinos son más modestos y conservadores. Esto es lo que pedimos a los aficionados que respeten. Estamos seguros de que lo harán. Así como respetamos las diferentes culturas, esperamos que sean respetadas", agregó Al-Khater.
No tardó demasiado en llegar la respuesta desde la perspectiva garantista de los derechos humanos. De hecho, el copresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Guillermo Torremare, afirmó en referencia a las palabras de Al-Khater que "ni las creencias religiosas ni las pautas culturales pueden ser excusa para violar derechos humanos". "La advertencia del funcionario de Qatar es violatoria de elementales derechos humanos e implica una inaceptable discriminación a las personas homosexuales", sostuvo Torremare, en referencia a las exigencias del país organizador del mundial, allí donde la homosexualidad es ilegal y se castiga con hasta tres años de prisión.
"La principal característica de los derechos humanos es que son universales, deben ser respetados en todo el mundo. Ni las creencias religiosas ni las pautas o costumbres culturales pueden ser excusa para violar derechos humanos en ningún país", se explayó Torremare, abogado magíster en Derechos Humanos.