“La Feria no se rindió”, dijo Ariel Granica, presidente de la Fundación el Libro (FEL) en el CCK, durante el tan esperado lanzamiento de la 46º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que será inaugurada por el escritor Guillermo Saccomanno y se realizará del jueves 28 de abril al lunes 16 de mayo de 2022.
La ciudad invitada seguirá siendo La Habana, como estaba previsto antes de la pandemia. En la sala Argentina estaban los ministros de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, y el de la Ciudad, Enrique Avogadro; el director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain; la presidenta de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), María del Carmen Bianchi, y la coordinadora del Plan Nacional de Lecturas, Natalia Porta López.
Después de dos años sin feria en el predio de La Rural, se empezó a saborear este reencuentro tan necesario para los editores, libreros, autores y lectores.
No fue un déjà vu ni una broma cuando Granica afirmó que esta presentación ya se había hecho en 2019, en un año especialmente difícil para el sector del libro. “La macroeconomía volaba por los aires, las ventas andaban por los subsuelos”, recordó el actual presidente de la FEL sobre aquella presentación realizada en otro escenario, la sala Borges de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, con María Teresa Carbano como presidenta de la FEL.
Cuando llegó 2020, “un año que no vamos a olvidar, un año que será recordado por generaciones, un año que la vida cambió”, reconoció Granica, la feria, que nunca antes se había postergado, que resistió las peores coyunturas del país, se suspendió por dos ediciones.
“Somos un sector que espera un apoyo sostenido que sitúe al libro en el lugar que le corresponde, un sector editorial relevante y presente en el mundo hace a un país -planteó Granica-. Los países centrales invierten en el libro y la lectura desde hace años, esas acciones tienen efectos: al inicio de la salida de la pandemia se ha verificado un incremento notable en el consumo de libros en relación a los datos prepandemia. Eso en nuestro país aún no sucede”.
El presidente de la FEL celebró el regreso del Plan Nacional de Lecturas, coordinado por Natalia Porta López, con la compra de más de 2 millones de ejemplares que llegaron a más de 46 mil escuelas en todo el país; y volvió a reclamar porque las librerías fueron excluidas del beneficio de exención del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Granica anunció que el Banco Nación, presidido por Eduardo Hecker, será el nuevo sponsor principal de la Feria, un acuerdo que permitirá la realización de un gran número de actividades.
Ezequiel Martínez, director general de la FEL desde octubre, comentó que hace unos días leyó que en su raíz latina la palabra editor deriva de edere, que en una de sus acepciones significa dar a luz. “Hoy nos reunimos para anunciar que vamos a dar a luz la postergada edición 46 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. El proceso de gestación será menor al acostumbrado. Para seguir con la metáfora, podríamos decir que estamos ante un parto prematuro. El tiempo que nos queda es poco, pero las ganas y las energías son muchas”, precisó Martínez y aclaró que están recorriendo editoriales, embajadas y diferentes organismos de cooperación internacional para poder contar con la visita de las personalidades más relevantes del libro y la cultura.
Después de las palabras de Martínez, llegó uno de los momentos más emotivos de la presentación, cuando Víctor Heredia cantó ese himno que habla de resistir y de resurgir, “Como la cigarra”, de María Elena Walsh: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí, resucitando”...
Enrique Avogadro admitió que es muy difícil imaginar la cultura de la ciudad sin la Feria del Libro. “El sector editorial nunca bajó los brazos, a pesar de las restricciones”, destacó el ministro y recordó que en el Pase Cultural --tarjeta destinada a los estudiantes de escuelas públicas porteñas de 16 a 19 años, que cuenta con un saldo de 4000 pesos para gastar en cine, teatro, música y libros— lo que más compran los jóvenes son libros.
Tristán Bauer, que se definió como “un enamorado de la literatura”, subrayó que el programa Más Cultura Joven –que había sido suspendido por la jueza María Servini antes de las elecciones legislativas— otorga 5000 pesos a jóvenes de 18 a 24 años de sectores vulnerables para consumos culturales. “La cultura también es sanadora”, aseguró Bauer.
Guillermo Saccomanno, autor de novelas fundamentales como El buen dolor, El oficinista y Cámara Gesell, entre otras, confiesa que hablar en la próxima feria lo pone en tensión como escritor.
“La palabra feria no dice otra cosa que mercado –advierte Saccomanno a Página/12-. Nadie se puede hacer el distraído con lo que está pasando en el país, y no es atribuible solo a la pandemia. Tenemos estadísticas que son alarmantes, como el cuarenta por ciento de pobreza. ¿Cómo puede acceder al libro alguien que está bajo ese 40 por ciento? ¿Un chico con hambre puede asimilar conocimientos? ¿Un chico con hambre está en condiciones de aprender a leer?”, se pregunta Saccomanno y menciona como modelo de escritor al británico John Berger y al argentino Andrés Rivera.
“Estas situaciones me afligen porque me obligan a replantearme para quién escribo, dónde escribo y en qué contexto. No puedo mirar a los costados y hacerme el distraído con la pobreza y el hambre”, advirtió Saccomanno.