“Estoy nervioso”, le decía el Cholo Montironi a Lucía Rodríguez y Federico Fritschi, conductores de la noche de premiación de Rosario Edita, el martes en el Galpón de la Música. Era el último tramo de la ceremonia y se anunciaba que el disco del bandoneonista –Rodolfo “Cholo” Montironi. Con la participación especial de Martín Tessa (Melopea Discos)–, se llevaba la distinción más importante, Disco del Año, tras hacer lo propio en la categoría Mejor Disco de Tango. Una ovación, con aplausos de músicas y músicos de géneros diversos, coincidentes en la celebración ya clásica –la número 4– de los premios a la producción discográfica que impulsan la Municipalidad de Rosario, a través de la Secretaría de Cultura y Educación, y el programa radial La Canción del País de Radio Universidad Rosario. La ceremonia fue transmitida en directo por el canal de YouTube de Radio Universidad y por Radio UNR.
Montironi estuvo conmovido, agradeció –“estoy más nervioso que cuando grabé con la Royal Filarmónica de Londres”– y agregó una confesión más: el sábado cumple 91 años. Martín Tessa subrayó su afecto por el músico en todo momento, un gesto que suma a lo que de por sí ya significa el propio disco, un proyecto amoroso que Tessa impulsó con denuedo. El premio es también para él, aun cuando decidiera, con justo criterio, dejar el sitial al maestro.
La noche del martes fue precisa, era lo que justo necesitaban estos premios y sus protagonistas, reunidos por fin en un clima de alegría. No se trata de premiar sino de reconocer, como bien dijeron Rodríguez y Fritschi desde el escenario –los dos en una sintonía a destacar, porque supieron imprimir un ritmo adecuado, con comentarios idóneos–, y eso es algo que (re)valida a la escena musical de la ciudad, afectada por la pandemia y sin embargo protagonista insoslayable: fueron ellos y ellas –como destacaron Fritschi y Rodríguez– quienes enviaron salvavidas en forma de canciones durante estos días de encierro. Habrá que situar aquí las palabras de Dante Taparelli, Secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad, entrevistado en la premiación: “La música tiene que transformarse en lo que debe ser: una industria. Son un orgullo. Y debo impulsar esa industria. No me explico cómo Cosquín tiene Cosquín Rock y nosotros no tenemos Rosario Rock o el Festival Internacional de Tango. Apostemos a eso. Los que lo tienen que lograr son los productores y en una mesa redonda; pongámonos de acuerdo por una ciudad mejor, que sea de los músicos”. Y recordó la que es una espina que ojalá, alguna vez, se convierta en lo que debe ser: “somos una ciudad que apostó al Puerto de la Música, el último diseño del gran arquitecto Oscar Niemeyer”.
Las emociones estuvieron a flor de piel. Si con Cholo Montironi la noche cerraba espléndida, lo mismo hizo en su apertura, con el reconocimiento como Mejor Disco de Jazz a Allá Lejos y Hace Tiempo (BlueArt Records) de Rubén “Chivo” González, otro maestro de la música de la ciudad: “El primer premio que tuve fue en la Escuela Pestalozzi, en la década del ‘50 en el club de ortografía, no tenía errores porque leía muchas historietas; el segundo fue en el 2003, músico de jazz por la Fundación MusiMedios; y ahora éste, que me pone muy feliz. Pero el verdadero dueño de este disco es Luciano Ruggieri, fue él quien me dijo: ‘la semana que viene grabamos’”. Otro momento emotivo sucedió cuando Bernardo “Perry” Maison, gestor de lo que hoy es una realidad a partir de su programa La Canción del País, señalaba que “en algún momento empezamos a charlar con Ariel Gianuzzi, del Galpón 11, y salió la idea del premio. Al día de hoy es un trabajo de equipo. Y somos muy conscientes que estamos trabajando con bombas de sentido, en donde cada artista deposita mucho, no sólo plata, horas de trabajo y sacrificio, sino también deseos, miedos, alegrías, proyecciones. Cuando hicimos la selección del disco del año, fueron dos horas de charlas y de pensar acerca de la música de la ciudad”; allí su relato trocó en alguna lágrima. Y está bien que sea así, porque es el trabajo compartido, colectivo, el que hace posible que se concrete lo que ahora es un reconocimiento fundamental hacia la escena musical de Rosario.
Entre las ganadoras y ganadores, algunos comentarios a destacar: “Éste es un premio al chamamé, a quienes tejen esta cultura que también es rosarina, porque somos parte del litoral” (Homero Chiavarino, Mejor disco Folklore por Kuarahy); “No sé qué hubiese sido de mí de no haber hecho este disco” (Nahuel Marquet, Mejor Cantautor/a por Marquet); “Hacía años que no sacábamos un disco y justo se dio en 2020, en pandemia” (Aguas Tónicas, Mejor Disco Rock Alternativo por Disco Gris); “Somos una familia y nos cuesta un montón, somos laburantes, él es plomero, yo jardinero, él labura en un club; todo esto es una caricia al alma y un impulso más para seguir” (Los Peñaloza, Mejor Disco Cumbia/Tropical por Suburbio Session); “Venimos con los compañeros de la terna –todos arriba del escenario– para representar lo que es el hip hop, estar todos juntos y hacerlo entre todos” (Calíope, Mejor Disco Hip Hop/Rap/Trap por Chainz); y como corresponde, el tablero lo pateó Violación Auditiva, Mejor Disco Punk por El Peor Capítulo de la Serie: “Nuestro género forma parte de la contracultura más que de la cultura; agradecemos el premio y también agradeceríamos que nos dejen tocar en distintos lugares, que no los cierren, para que no se corte la movida de la contracultura, que es muy importante para la ciudad también”.
Las ganadoras y ganadores se completan con Valle (Mejor Disco Rock/Blues por Coyote), Edelvais (Mejor Disco Metal/Hard Rock por Ahora te Creo), Carmela & Ambrosia (Mejor Disco Fusión por Después te Explico), Manu Piró (Mejor Disco Pop/Pop Experimental/Synth Pop por Amar en Bucle), Muñecas (Mejor Disco Indie Pop/Pop Rock por Festival de Sombras), y Pastachuli (Mejor Disco Electrónica/Experimental por Petricor).