Un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional del Sur (UNS) participa de la campaña de extracción de restos óseos de un antiguo perezoso terrestre gigante, en el sur de la provincia de Buenos Aires, junto con personal técnico del Centro de Registro de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (CrePAP) e integrantes del Museo Municipal de Coronel Pringles.

Tras ser interrumpida por la pandemia de coronavirus durante 2020, los investigadores y técnicos retomarán las tareas para dar con los huesos de este perezoso terrestre, que data entre 8.500 a 25.000 años de antigüedad. La campaña la llevan adelante en un camino vecinal, a la altura del paraje La Paloma, a unos 9 kilómetros de Coronel Pringles.

Según explicó a Télam el paleontólogo y coordinador del Observatorio de Patrimonio Arqueológico Sierras y Lagunas, que depende del CRePAP, Cristian Oliva, este perezoso fue uno de los gigantes que habitaron en el sur bonaerense, un territorio cuyo paisaje estaba dominado por largas llanuras y un clima seco, similar a lo que ocurre en la actualidad.

"El ejemplar representa un perezoso terrestre extinto de gran porte y robustez (escelidoterio), emparentado con las actuales especies arborícolas, que son mucho más pequeñas y gráciles", explicó a Télam Oliva.

El paleontólogo también explicó que el ejemplar "forma parte de la denominada megafauna de fines del Pleistoceno y comienzos del Holoceno, 130.000 a 8.500 años antes del presente".

“Si bien no se ha efectuado una datación absoluta del ejemplar, por medio del método de radiocarbono (14C) es muy probable que su antigüedad no supere los 25.000", agregó Oliva, al tiempo que detalló que “esta especie, que es pariente cercano del megaterio, del cual aparecieron huellas en Pehuen Co, tendría entre 3,5 y 4 metros de largo, con una masa corporal de entre 800 y 2.000 kilos”.

Oliva también apuntó que, si bien en la actualidad "los perezosos de la familia de los folívoros, filófagos y/o tardígrados incluyen un escaso número de especies arborícolas ciertamente gráciles y de reducido tamaño, restringidas a las selvas húmedas de Centro y Sudamérica (perezosos de dos y de tres dedos), estos animales fueron en el pasado geológico uno de los grupos más numerosos y diversificados de mamíferos placentarios del continente americano, con más de cincuenta géneros extinguidos conocidos".

"Entre las incontables formas fósiles existentes, los denominados perezosos terrestres quizás sean el grupo más amplio y heterogéneo, diferenciándose de sus parientes modernos especialmente por estar adaptados a la vida en tierra firme, así como por su mayor tamaño, robustez y corpulencia", remarcó.

El coordinador del Observatorio de Patrimonio Arqueológico Sierras y Lagunas resaltó que los escelidoterios de la Familia "Mylodontidae, Subfamilia Scelidotheriinae constituyen una de las tantas ramas evolutivas dentro de este vasto linaje durante el Pleistoceno superior y el Holoceno inferior".

"En nuestra región se hallan representados por dos especies cuadrúpedas, de hábitos herbívoros, que pese a su eminente gigantismo se encuentran entre los menores perezosos de la época: Scelidotherium leptocephalum y Scelidodon tarijensis", puntualizó Oliva a la agencia de noticia y añadió que son “bastantes similares en apariencia y conformación general, pero de tallas y masas dispares".