Desde Barcelona
“Te busco. Te estamos buscando”, dice Cristobalina, dice Javier, dice María, dice Adelina… Dicen los padres, abuelas, tíos de los más de 30 mil niños que fueron robados durante el fraquismo y después, ya en democracia, con la complicidad de hospitales y centros religiosos. Los buscan, los buscan desde hace años sin otra ayuda que la de su propia labor detectivesca y su perseverancia. Los sucesivos gobiernos de España se desentendieron del problema pero la unión ciudadana siempre pervive y en diferentes comunidades del Estado se crearon asociaciones de víctimas para luchar por la justicia, guiadas muchas veces por los pasos de “sus maestras” argentinas, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Ayer en Barcelona, la Asociación SOS Bebés Robados de Catalunya, presidida por Adelina Ruiz, junto a la Coordinadora X24 compuesta por asociaciones de Andalucía, Madrid, Navarra, Comunidad Valenciana, Cataluña y País Vasco presentaron en el Colegio de Periodistas de Cataluña una campaña ciudadana para encontrar a los bebés robados durante y después del franquismo -”Te busco. Te estamos buscando”- inédita hasta ahora en España.
Esta iniciativa es el resultado de los talleres liderados por la doctora argentina Carolina Escudero, basados en la comunicación resiliente, el empoderamiento y la filosofía Ubuntu, que significa “Soy porque nosotros somos”, de donde se recupera su lema para la campaña. Con la mirada directa a la cámara, los afectados por el robo de bebés les hablan a sus familiares sustraídos en videos que se pueden ver en el enlace https://vimeo.com/use. “Busco a mi hermano mellizo nacido el 8 de diciembre de 1974 en el Hospital Virgen del Camino de Pamplona. Empezamos la búsqueda en 2011. Nos sentimos defraudados con el Estado Español porque no se nos reconoce como víctimas y atenta contra los derechos de las personas”, explica Cristobalina Moral Burgos, de 42 años, presidenta de SOS Bebés Robados Navarra.
“Mi nombre es Javier Muñoz, de SOS Bebés Robados Gipuzkoa. Busco a un hermano nacido el 22 de septiembre de 1970 y desaparecido en el Hospital Provincial de Gipuzkoa, lo que viene a ser hoy en día Hospital Donostia. Tenemos la evidencia objetiva de su nacimiento, no así de su fallecimiento e inhumación. A día de hoy las instituciones no colaboran con nuestras búsquedas, al contrario, niegan de forma categórica la existencia de la trama de robo y compra-venta de bebés. Incluso se realizan todo tipo de acciones desde las mismas para entorpecer, ralentizar y anular el trabajo de las Asociaciones de Víctimas, para que no llegue a buen fin el esclarecimiento de la verdad por todos conocida”.
Entre 1940 y 1990, es decir pasado el franquismo, se robaron sistemáticamente bebés a lo largo y ancho de España. Se trató de una red integrada por médicos, monjas, enfermeras y curas, entre otros. Desde la Asociación SOS Bebés Robados de Catalunya se estima que hubo 30 mil bebés robados, aunque otras organizaciones sostienen que pueden llegan hasta los 300 mil. “En este país se intenta tapar toda esta historia oscura. No quieren remover la memoria y se intentan acallar nuestras voces. Exigimos justicia, reparación para que esto no vuelva a suceder nunca”, reclamó Adelina Ruiz, presidenta de SOS Bebés Robados de Catalunya durante la presentación de la campaña.
Precisamente todo lo contrario a acallar las voces y los recuerdos es lo que propuso la doctora en Psicología Social Carolina Escudero, argentina y residente en Barcelona, en los talleres de comunicación resiliente que permitieron que los familiares pusieran en palabras su dolor y su búsqueda. “Iniciamos una búsqueda que se construye a nivel individual para luego fundirse en una resiliencia comunitaria. Están comunicando sus historias desde un espacio resiliente porque, después de todo, quieren encontrar a sus hijos, hermanos, sobrinos, nietos. Estas personas han pasado por hechos muy traumáticos. Algunas de estas mujeres cuentan en los talleres que había palabras que no han repetido desde el día en que le robaron a su bebé”, explica Escudero.
La doctora argentina recuerda que el fantasma del paso del tiempo preocupa y ocupa a muchos de ellos. “Hemos trabajado a través de los talleres el contar nuestra historia pero desde un lugar de empoderamiento. Este es el comienzo de una búsqueda resiliente, comunitaria, de la que esperamos surjan más historias. Apelamos a que nuestro mensaje le llegue a aquellos que se están cuestionando su identidad. Por otra parte sigue otra labor de estos colectivos en sus demandas por la Justicia, Memoria y Reparación”, cuenta Carolina Escudero, quien agrega que la filosofía Ubuntu también fue un pilar esencial para el trabajo de grupo. Un concepto clave de Ubuntu deriva del Zulú -’umuntu, ngumuntu, ngabantu’- que significa que una persona es una persona a través de otras personas. Esta idea se expresa a través del ‘Soy porque somos’ como también podría ser ‘existo porque existes’, base del lema de la campaña lanzada ayer en Barcelona y del trabajo en red que a lo largo del país promueven quienes perdieron a sus familiares de forma impune, avalados por la indiferencia del Estado.