Un policía de Estados Unidos mató de 9 disparos a un hombre de 61 en silla de ruedas que había sido acusado por el empleado de un supermercado de robar una caja de herramientas. El jefe de la policía de la ciudad de Tucson, Chris Magnus, dijo estar "profundamente perturbado" por la actuación del oficial e informó que ya fue despedido.
El hecho ocurrió el lunes por la noche, luego de que un empleado de Walmart diera aviso a la policía sobre una persona en silla de ruedas, luego identificada como Richard Lee Richards, que había robado una caja de herramientas de la tienda: según la versión de la policía de Tucson, cuando el empleado le pidió a Richards una prueba de compra, este sacó un cuchillo, le dijo "aquí está tu recibo" y se retiró del lugar.
Fue entonces que intervino el oficial Ryan Remington, que no estaba en horario de servicio cuando disparó sino que estaba trabajando como vigilante del supermercado. Remington, siempre de acuerdo a la información que aportó el jefe policial, le pidió a Richards que se detenga.
El hombre, en silla de ruedas y de espaldas al policía, siguió su camino rumbo a otra tienda, ante lo cual tanto Remington como otro efectivo que participó del operativo le volvieron a pedir que se detenga. "Cuando Richards no se detuvo, el oficial Remington disparó nueve balas, impactándolo en la espalda y en el costado", informó el jefe de la policía de Tucson, Chris Magnus, quien aportó un video del momento de los disparos.
Magnus dijo estar "profundamente perturbado" por la actuación de Remington. "Su uso mortal de la fuerza en este incidente es una clara violación del departamento de policía y contradice directamente múltiples aspectos de nuestro entrenamiento", comentó este martes en una conferencia de prensa.
La alcaldesa de Tucson, Regina Romero, calificó el accionar de Remington como “inconcebible e indefendible”. "El fiscal del condado cuenta con todo mi apoyo mientras continúan con su investigación", dijo en un comunicado. “Son momentos como este los que ponen a prueba nuestra determinación de garantizar la justicia y la rendición de cuentas”, añadió.
En tanto, el abogado de Remington, Michael Storie, dijo en declaraciones al New York Times que la actitud de la víctima "no le dejó otra opción" a su cliente. También apuntó contra la rápida reacción del jefe policial y la alcaldesa y aseguró que corresponden a un apuro por emitir un juicio por motivos políticos. “Este hecho ocurrió hace aproximadamente 24 horas” y "tenemos un jefe de policía que ha despedido al oficial y al alcalde que pide su acusación. Estas son circunstancias increíbles que nunca he visto", señaló.