“La proliferación de colectivos hizo que se empezara a discutir qué necesitaba el sector para dejar de estar tan precarizado y darle al tango la importancia que debe tener como patrimonio cultural”, reflexiona Luciana Valle, bailarina, que habla con Página/12 en nombre de la Mesa del Tango Danza, que impulsa la creación de un Instituto Federal del Tango Argentino, que presentó este jueves al mediodía el diputado nacional Marcelo Koenig (FdT) ante el Congreso de la Nación. Este proyecto se suma al que en mayo presentó María Jimena López (también FdT), con el respaldo de otros colectivos más transversales, como la Asamblea Federal de Trabajadores del Tango o la Asociación de Compositores e Intérpretes del Tango.
En esencia, ambos proyectos proponen la creación de un instituto que fomente el género en todas las disciplinas que lo integran y en todo el país. Ambos proyectos son parecidos, aunque hay algunas diferencias. El presentado ayer por Koenig y la Mesa del Tango Danza puntualiza la convocatoria a concursos para ocupar los cargos de asesores, cuya actividad sería rentada (en el de López y la AFTT, ese cargo es ad honorem, y tampoco prevé edificio propio, para mantener los requisitos administrativos al mínimo). El de la MdTD y Koenig, además, plantea la formulación de un “Plan maestro” de cuatro años para diseñar políticas a mediano plazo para el sector, además de informes de gestión regulares.
Desde ambos espacios del tango destacan la precarización que atraviesa al sector y marcan la autogestión como marca de oficio, que comprende a todos, salvo algunos casos excepcionales. “Nosotros sabemos que la presencia de más de un proyecto es beneficioso porque muestra claramente la necesidad de esa herramienta”, confía Valle. “Los proyectos tienen más similitudes que diferencias, así que si estos llegan a la Comisión de Cultura, se discutirá, se aunará y quedará el mejor proyecto posible”, se esperanza. Por ahora, tanto el primer proyecto como este esperan su tratamiento en comisión.
“Los tiempos del debate en los colectivos no dieron para aunar la discusión en un sólo proyecto, pero desde la Mesa de Tango Danza se impulsa este proyecto que fue pensado para todo el sector”, plantea Valle, quien señala que la iniciativa espera fortalecer también actividades conexas, como los luthiers o los diseñadores de indumentaria especializada y zapatos.
En el nuevo proyecto se advierte que hasta ahora las normativas “no lograron institucionalizarse ni implementarse” y que ello deja “un vacío legislativo” para desarrollar “las acciones de fomento que históricamente se adeudan con el sector”. La Ley Nacional de Tango (Ley 24.684, de 1996), por caso, lo declaró patrimonio cultural. Pero estos mecanismos son considerados insuficientes, pues son más declarativos que herramientas concretas. “La falta de instrumentos legislativos se manifestó claramente cuando estalló la pandemia y puso en evidencia la falta de políticas culturales integrales y federales para el fomento del sector y la protección de sus trabajadores”, plantean desde la Mesa del Tango Danza. “En plena pandemia los trabajadores/as del Tango nos pusimos la camiseta y no paramos de trabajar para generar los espacios que nos permiten hoy presentar en un documento acuerdos colectivos, federales y democráticos para el bien de todo el sector”.