La crisis política de Brasil generó un verdadero cimbronazo económico en ese país y tuvo efecto réplica en la Argentina, su principal socio comercial. El presidente Michael Temer fue grabado avalando un soborno y la difusión de esta información provocó una corrida en los mercados. El Bovespa, que es la plaza bursátil brasileña, marcó una baja de casi 9 por ciento, mientras que el real registró una devaluación de alrededor de 8 por ciento. El derrumbe fue tan marcado que a media mañana las autoridades del mercado decidieron suspender la cotización tanto de la bolsa como de la plaza cambiaria para intentar evitar la volatilidad. En la Bolsa local hubo una baja de 2,95 por ciento y el dólar escaló hasta los 16,27 pesos, con un alza de 36 centavos, la mayor suba desde el Brexit.
Uno de los empresarios más rico de Brasil, Joesley Batistas, dueño del gigante de la carne JBS, trabajó de espía para la justicia brasileña. Le hizo una cámara oculta al presidente Temer en la que consiguió declaraciones que lo comprometen (ver página 3). Batistas se encuentra investigado por casos de corrupción y decidió trabajar para la justicia, en una negociación en la que habría incluido no ir a la carcel a cambio de pagar una multa de 225 millones de reales, una cifra que equivale a casi 60 millones de dólares.
El episodio brasileño es de novela y, tras hacerse público, causó un golpe en el precio de la mayoría de las acciones que cotizan en el Bovespa. Una de las más afectadas fue Petrobras, que marcó una baja de 16,9 por ciento. Otras firmas que cerraron la jornada con importantes caídas fueron Gerdau (-17 por ciento) y Usiminia (-16 por ciento). Estas caídas en Brasil ponen un freno al negocio financiero de los últimos 12 meses que, al igual que ocurrió en Argentina, había implicado una ganancia extraordinaria en la bolsa, con aumentos en promedio de 40 por ciento. La economía brasileña, al margen del movimiento de las acciones, sigue arrojando indicadores desalentadores. El nivel de desempleo y subempleo, según datos que se conocieron ayer, alcanzó a 26,5 millones de personas y se ubicó en el 24,1 por ciento de la población activa.
La Argentina se encuentra vulnerable a movimientos especulativos del mundo. Ayer hubo una muestra clara de la volatidad que genera el esquema de desregulación impulsado por el Banco Central. La autoridad monetaria perdió 226 millones de dólares en reservas internacionales, al tiempo que el dólar marcó su mayor aumento en meses, al cerrar en 16,27 pesos. La suba de la cotización del tipo de cambio oficial superó incluso el valor del dólar paralelo, el cual finalizó la jornada en 16,20 pesos.
La entidad a cargo de Federico Sturzenegger no interveno en la plaza cambiaria, cuando en las últimas jornadas venía comprando a ritmos de 100 millones de dólares diarios. El ruido de Brasil generó preocupación en el Gobierno y hubo intercambio de pronósticos entre los principales funcionarios del equipo económico. La devaluación de Brasil sube la presión sobre cuál debería ser el valor del peso.
La bolsa argentina registró un efecto réplica de las caídas en el Bovespa. Anotó un descenso de casi 3 por ciento, en donde las acciones dedicadas al negocio del petróleo, la energía y las finanzas marcaron las mayores bajas. Central Puerto marcó un descensó de 2,4 por ciento, al tiempo que Central Costanera cayó 2,4 por ciento. En los bancos se anotaron mermas de 1,4 por ciento del Grupo Financiero Galicia, de 1,8 por ciento en el Banco Francés y de 3,1 por ceinto en el Banco Macro. Otras empresas con bajas fueron Sociedad Comercial del Plata (-4,2 por ciento), Holcim (-3,5 por ciento) y PDVsur (-3,4 por ciento).
Los bonos también registraron el impacto de la volatilidad regional. El Discount en dólares marcó una baja de 1,1 por ciento, al tiempo que el Bonar 2024 marcó una merma de 0,7 por ciento y el Bonar 2046 cayó 1,5 por ciento. Estas caídas en el precio de los títulos vuelve a elevar la tasa de interés que paga Argentina para emitir deuda. Ante el ruido financiero de ayer la provincia de Buenos Aires decidió suspender una colocación de deuda sin informar nueva fecha (ver aparte).
Gran parte de la política económica del Gobierno se sostiene en el endeudamiento, para cubrir los desequilibrios macroeconómicos y permitir financiar la importante fuga de capitales a través del ahorro, el turismo y el giro de utilidades. Los episodios de incertidumbre regional como el de Brasil impactan en esta estrategia, al encarecer el costo de los préstamos y generar una mayor salida de divisas hacia mercados de menor riesgo. Los operadores de la city afirman que la crisis brasileña tiene recorrido y que en los próximos días podrían haber nuevos sobresaltos. Michael Temer afirmó que no va a renunciar a la presidencia pero en los mercados descuentan su salida, aunque la duda es si será en cuestión de horas, días o semanas.