Mauricio Macri no ceja en su intento por correr al juez Martín Bava de la investigación por el espionaje a los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan. El expresidente presentó este viernes un nuevo recurso ante la Cámara Federal de Casación para intentar separar del expediente al magistrado que este miércoles lo procesó por haber ordenado las tareas ilegales que se hicieron desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sobre el colectivo de parientes que buscaban saber qué había pasado con el submarino hundido en noviembre de 2017. Macri alberga la esperanza de que la Casación le conceda la razón y, de esa forma, anular su procesamiento.
Macri intentó dos veces recusar a Bava para evitar que lo indagara o que dictara su procesamiento. En ambas oportunidades, el expresidente se encontró con un escollo: la Cámara Federal de Mar del Plata. Más allá de algunos consejos, ese tribunal de apelaciones siempre respaldó la actuación de Bava. Ahora busca que la suerte le cambie en la Cámara Federal de Casación Penal.
La Sala II del máximo tribunal penal del país, que integran Alejandro Slokar, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, es la que deberá resolver los planteos del defensor de Macri, Pablo Lanusse. En la Casación ya estaba el recurso que presentó Lanusse porque no prosperó su primera recusación contra Bava. Este viernes, el juez que subroga en Dolores elevó el segundo petitorio --de más de 100 páginas--.
La primera recusación contra Bava se presentó el 20 de octubre. Ese día, Macri debía presentarse en Dolores. En lugar de hacerlo, prefirió hacer un planteo para intentar correr al juez que buscaba indagarlo desde el 1 de octubre. Una semana después, los camaristas marplatenses Alejandro Tazza y Eduardo Jiménez rechazaron la recusación del magistrado.
El 28 de octubre, Macri se apersonó por primera vez ante Bava, pero no declaró. ¿Qué pasó? Su abogado advirtió que no había sido relevado del deber de guardar secreto en cuestiones de inteligencia que tienen quienes manejan información que podría afectar la seguridad nacional. Después de una breve discusión entre el juez, el fiscal Juan Pablo Curi y Lanusse, la audiencia se suspendió. A los pocos minutos, Bava le pidió al presidente Alberto Fernández que levantara el secreto para poder tomarle declaración indagatoria a Macri. Así lo hizo y el juez volvió a llamarlo para el 3 de noviembre.
Después de la audiencia fallida del 28 de octubre, Macri presentó una nueva recusación contra Bava. Básicamente lo acusó de estar “enceguecido” por realizar a toda costa la indagatoria a sabiendas de que no estaba el permiso que el defensor de Macri reclamaba. Según Lanusse, Bava admitió que fue un error del juzgado no contar con el levantamiento, pero, en una resolución posterior, adujo que él entendía que no era necesario contar con la autorización para indagarlo. En ese tenor, el abogado de Macri dice que el juez no es veraz y que su actuación está “evidentemente sospechada --cuanto menos-- de injerencia de factores e intereses externos y de intereses políticos”.
Los dichos del abogado de Macri van en sintonía con lo que él mismo dijo el 3 de noviembre cuando finalmente se pudo llevar adelante la indagatoria. Macri no habló ni hizo revelación alguna sobre cuestiones sensibles para la seguridad nacional, solo chicaneó al juez: le dijo que no quería demorarlo para que pudiera procesarlo antes de las elecciones del 14 de noviembre. Eso no sucedió. El juez lo procesó casi un mes después de la declaración.
Mientras tanto, el 18 de noviembre, Tazza y Jiménez volvieron a desestimar los argumentos de Lanusse y ratificaron a Bava al frente del expediente. En la presentación que hizo este viernes, el abogado de Macri sostiene que la resolución de la Cámara Federal de Mar del Plata es “dogmática, fragmentada y autocontradictoria” y les pide a los casadores que la anulen o que directamente ellos separen a Bava de la causa.
Macri ya está procesado. Bava entiende que él ordenó el espionaje sobre los familiares, realizado por los agentes de la base Mar del Plata de la AFI desde diciembre de 2017 hasta finales de 2018. Para el juez, las tareas de inteligencia ilegal se hicieron para que Macri estuviera al tanto de los reclamos de los familiares y poder obrar en consecuencia.
¿Por qué entonces la defensa del expresidente insiste con la recusación? Porque, en caso de que la Casación le dijera que Bava debe ser corrido, va a pedir que anulen todo lo que hizo el juez desde el 28 de octubre. Es decir, la indagatoria del 3 de noviembre, las declaraciones testimoniales que pidió Macri y no salieron como quería, el procesamiento, el embargo por 100 millones de pesos y la prohibición de salir del país.
Macri apuesta a que los jueces que habitan en los tribunales de Comodoro Py alivien su situación. Si no prospera la recusación de Bava, tiene otro plan: que declaren que la investigación debe sustanciarse en los tribunales federales porteños porque la sede del gobierno nacional que encabezaba Macri estaba en la Ciudad de Buenos Aires. Días atrás, el presidente de la Cámara Federal porteña, Martín Irurzun, le ordenó al juez Ariel Lijo que defina si la investigación sobre el ARA San Juan debe seguir en Dolores o debe viajar a Comodoro Py, como reclama Macri. Por ahora no hay definición ni de Lijo ni de la Cámara Federal de Mar del Plata, pero el líder del PRO sabe que su suerte siempre será más promisoria en la mole de cemento de Retiro.