Una joven de 20 años con espina bífida, oriunda de Reino Unido, obtuvo un fallo a su favor en Tribunal Superior de Londres luego de demandar a un médico por no haberle recetado a su madre ácido fólico mientras estaba embarazada de ella.
El juicio es único en su caso porque implica que un profesional de la salud puede ser considerado responsable por asesorar a una embarazada de forma inadecuada si luego el bebé nace con problemas de salud graves.
Evie Toombes fue diagnosticada al nacer con lipolielomeningocele, un defecto en el tubo neural de la columna que ocasionó que sus huesos no se desarrollaran adecuadamente a lo largo de la médula espinal.
Cuando creció, decidió presentar cargos contra Philips Mitchell, especialista que atendió a su mamá cuando estaba embarazada de ella, tras considerar que no la aconsejó correctamente porque no le recetó ácido fólico, una vitamina B que muchos médicos y médicas recomiendan tomar antes y durante el embarazo para evitar que el bebé nazca con problemas en el el tubo neural.
Susan Rodway, abogada de la joven, explicó a The Telegraph que Toombes presentó una denuncia por “haber nacido en un estado dañado" con el objetivo de "recuperar los millones de dólares que sean necesarios para cubrir los costos de vivir con su padecimiento".
El Dr Mitchell, por su parte, negó las acusaciones y aseguró que le "ofreció consejos razonables" a la madre de Evie, Caroline Toombes.
Caroline, en cambio, sostiene que el doctor le indicó que no era necesario tomar ácido fólico. “Me dijo que no era necesario. Me dijeron que si tenía una buena dieta no tendría que tomar ácido fólico”, recordó.
Finalmente, la jueza Rosalind Coe falló a favor de Evie Toombes y le concedió el derecho a recibir una millonaria indemnización para cubrir los gastos médicos para tratar su enfermedad. Sin embargo, la cifra será determinada en las próximas audiencias.