Página/12 en Washington
A partir de este fin de semana, comienza en Estados Unidos una serie de reuniones entre una delegación argentina y el Fondo Monetario Internacional. Una más en el camino para llegar a un acuerdo de refinanciación del préstamo que el organismo le otorgó al Gobierno de Mauricio Macri en 2018. A Washington llegaron funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central con el objetivo de avanzar en “entendimientos técnicos” con el equipo encargado del caso argentino. “Hasta ahora hemos trabajado constructivamente, pero todavía queda mucho por hacer”, dijo esta última semana la titular del organismo, Kristalina Georgieva.
El viaje sucede mientras el directorio del FMI está a punto de debatir y revisar dos cuestiones cruciales para Argentina: la política de sobretasas que aplica y la evaluación interna del préstamo stand-by otorgado durante el Gobierno de Macri. La primera es uno de los principales reclamos de Argentina en las negociaciones con el organismo: para el país, representa un costo extra de unos 900 millones de dólares al año. Hasta ahora, la propuesta argentina ya recibió el apoyo a nivel internacional de foros como el G20 y, según la agencia Télam, podría ser discutida por el FMI el próximo 13 de diciembre.
La segunda discusión, también clave, tendrá lugar una semana después. “Le pedimos al FMI que, antes de que cerremos un nuevo acuerdo, haga su evaluación de lo que fue el fallido programa stand-by, por el que se desembolsaron 44.000 millones de dólares, que se mal utilizaron en pagar deuda insostenible y en financiar salida de capitales. Necesitamos que el Fondo Monetario haga esa evaluación”, había dicho Alberto Fernández el jueves pasado, en el cierre de la Convención Industrial de la UIA. Lo consideró un “paso necesario” en el camino a un entendimiento.
Eso también lo sabe el FMI, que afirmó que "para los países donde se contempla un nuevo programa posterior, es deseable completar la evaluación ex-post antes de que el Directorio Ejecutivo lo considere", según un vocero.
La evaluación es una auditoría del organismo internacional. Un mecanismo usual en los casos de acuerdos de acceso excepcional. El préstamo de 57.000 millones de dólares aprobado en 2018, el mayor en la historia del FMI, cumple con esta condición: representa casi 11 veces la cuota de Argentina con la institución; lo usual para este tipo de línea es que tenga un tope de cuatro veces. En este caso, será también una especie de autopsia para evaluar por qué no funcionó el programa anterior.
En ese contexto, y mientras se acerca un vencimiento de 1.800 millones de dólares, el objetivo de la misión argentina será “continuar avanzando en los entendimientos técnicos en el marco de las negociaciones” con el FMI “para un programa que permita refinanciar el préstamo” que recibió el Gobierno de Macri.
Desde Argentina, los enviados del Ministerio de Economía son el secretario de Política Económica, Fernando Morra; el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; y el subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi. En tanto, de parte del BCRA viajaron el vicepresidente segundo, Jorge Carrera, y el subgerente general de Investigaciones Económicas, Germán Feldman. De la misión también participa Sergio Chodos, el representante argentino ante el directorio del organismo internacional.
Desde el lado del organismo, la conversación estará liderada por Julie Kozack y Luis Cubeddu, quienes dirigen el equipo encargado de Argentina. En las reuniones, buscarán “profundizar las discusiones técnicas hacia un programa respaldado por el FMI”, según indicó la institución. Se espera que quieran conocer más detalles sobre las proyecciones que tiene Argentina para el crecimiento y sus fuentes, gasto e inflación. Todas previsiones incluidas en el plan plurianual, para el que el Gobierno también busca el apoyo del FMI antes de su envío al Congreso.
“Hasta ahora hemos trabajado constructivamente, pero todavía queda mucho por hacer”, dijo la titular del FMI, Kristalina Georgieva, el viernes pasado. En una entrevista que le dio a Reuters, Georgieva también resaltó la “importancia de trabajar en un programa que mejore significativamente los fundamentos macroeconómicos de Argentina” y que ponga al país “en un camino seguro hacia la recuperación de esta crisis”.