Leonel Gómez Barbella, el fiscal que investiga el asesinato de Lucas González, pidió que los policías de la Ciudad Juan José Nieva, Fabian López y Gabriel Isassi sean procesados con prisión preventiva por homicidio cuádruplemente agravado. "Una patota de civil, bajo el velo de supuestos policías de la Ciudad, que eligió el camino del delito", describió.
En su escrito de 21 páginas, el fiscal detalló las pruebas que logró producir en los primeros 15 días en los que tomó a su cargo la instrucción del caso.
El fiscal señaló que el comportamiento de los policías dista "diametralmente de aquel que debe primar en un miembro de una fuerza de seguridad” y que es propia de “una patota de civil, bajo el velo de supuestos policías de la Ciudad". Asimismo, sostuvo que los acusados disfrazaron la situación como "una 'persecución' originada en un mentiroso 'estado de sospecha'".
Por esos motivos, para la fiscalía los tres policías deben ser procesados como coautores de homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por el concurso premeditado de dos o más personas y abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial en el caso de Lucas y tres hechos de tentativa de homicidio con idénticos agravantes respecto de los amigos.
Finalmente, Gómez Barbarella consideró que deben permanecer en prisión debido a que por tratarse de policías "cuentan con muchos elementos a sus alcances para fugarse y facilidades para permanecer ocultos".
La palabra de los policías
Según las declaraciones indagatorias, Isassi, López y Nieva - todos integrantes de la Brigada de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad- dijeron que ese 17 de noviembre realizaban una investigación de campo en una causa por narcotráfico y que creyeron que los jóvenes podían ser delincuentes, ya que -según sus versiones- exhibieron un arma y no detuvieron la marcha de su auto.
"Resulta ser una mera excusa sin sentido, tendiente a mejorar sus complicadas situaciones procesales", consideró el fiscal al detallar que "la intervención policial ha estado marcada desde un inicio no sólo por la arbitrariedad sino también por una manifiesta ilegalidad".
"Los imputados interceptaron al vehículo de las víctimas con el rodado marca Nissan Tiida, del que descendieron armados y, pese a la corta distancia y no habiendo recibido ningún tipo de agresión por parte de las víctimas, efectuaron una cantidad significativa de disparos contra las zonas vitales de éstas", indicó el dictamen.
Los amigos de Lucas
Los amigos de Lucas y de otros dos testigos presenciales declararon ante la justicia que en ningún momento los policías se identificaron al momento de interceptar a los jóvenes que iban a bordo de un Volkswagen Suran azul.
"Los firmes y elocuentes testimonios de los jóvenes que sobrevivieron al ataque han sido contestes en cuanto a que desconocían que los encartados fueran policías, pues jamás se dieron a identificar ni mostraron, no llevaban chalecos que los mostraban como tales, ni emitieron voz de 'alto policía' ni emitieron sonidos de sirena policial", describió el fiscal Gómez Barbarella.
"Cuando salieron del auto, tres más o menos con arma en mano, no dijeron nada", dijo uno de los adolescentes.
Para sustentar el posterior encubrimiento y el odio hacia las víctimas, hecho por el que hay otros seis policías acusados, Gómez Barbella recordó que los chicos escucharon a un efectivo decir "ah, sos un villero también, a vos hay que pegarte un tiro de verdad" y luego: "¿Acá hay domo, jefe?' No. Bueno entonces nadie graba y nadie saca fotos".
Los peritajes balísticos
Gómez Barbarella recogio que los peritajes balísticos realizados por la Policía Federal Argentina (PFA) indican que los policías dispararon contra el Surán de los chicos al menos cinco veces y desde distintos puntos.
Según el estudio, un proyectil que fue extraído del respaldo del asiento del acompañante en el que iba Lucas partió del arma de Issasi, mientras que otro que dio en el guardabarros trasero izquierdo del Suran salió de la de López.
Para el fiscal, esto "demuestra que la agresión armada fue coordinada y ejecutada desde distintos puntos del vehículo".
Las filmaciones de la zona
Otra evidencia presentada por el fiscal son las imágenes aportadas por el Centro de Monitoreo Urbano analizadas por la División Homicidios de la PFA en las que "se visualiza la forma en que los niños se encuentran dentro del rodado" y luego de que Lucas baja a comprar un jugo en la esquina de las calles Luna e Iriarte los policías "pasan con el automóvil a su lado, estacionándose unos metros más adelante (...) esperando que los chicos volviesen a pasar" para luego cruzarse en su camino.
"Esta línea visual de las filmaciones estudiadas, es una parte muy importante de la prueba que conlleva a sostener que los tres habían premeditado llevar adelante lo que finalmente lograron, la muerte de uno de los jóvenes pese a que de los otros tres no llegaron a producirlas por factores que le fueran ajenos a su voluntad", sostuvo Gómez Barbarella.
Las llamadas al 911
Finalmente, Gómez Barbella transcribió mensajes al 911 enviados por los policías que, para el fiscal, demuestran cómo Isassi, López y Nieva fraguaron la escena desde un inicio para simular un enfrentamiento armado.
"Por favor comando que estén atentos que estaban armados, cuatro masculinos menores, con apariencia menores, jóvenes", dijo Issasi en una de las comunicaciones.
"Los encausados, bajo el justificativo o explicación de 'sospechosos', emboscaron a cuatro adolescentes a quienes ya desde el inicio de su seguimiento describieron como 'masculinos menores' y les propiciaron una significativa cantidad de balazos con armas de fuego que pegaron en distintas partes del automóvil (...) y terminaron con la vida de uno de ellos pretendiendo acabar también con la del resto del grupo de amigos si no era porque lograran escapar", agregó Gómez Barbella al respecto.
Luego de ello -continuó-, "pusieron en movimiento la estructura institucional de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires otorgando datos falsos, a sabiendas de lo que realmente había acontecido".