Con la llegada de la pandemia, la desigualdad en torno al acceso a las nuevas tecnologías mediadas por Internet, se acrecentó, lo que evidenció que su presencia en las comunidades originarias del país, era casi nula. Es por eso que desde el proyecto Niyat, financiado por la Unión Europea, se está trabajando en el fortalecimiento de 24 comunidades originarias, sobre todo, en líderes mujeres de Formosa, Chaco y Salta.

La iniciativa busca principalmente acompañar la apropiación estratégica de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) por parte de las comunidades y sumar al trabajo que se hace en pos de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB), a través de la creación de comunidades de aprendizajes. Es por eso que el objetivo principal es consolidar la participación protagónica de las actoras del territorio en la política pública.

Salta/12 dialogó con diferentes protagonistas, quienes coincidieron en la necesidad de una continua formación en la temática, no sólo con el propósito de ampliar la educación, sino para acceder a un nuevo escenario laboral. Al menos, así lo manifestó Irma Saravia de la comunidad wichí Los Ranchitos, en Rivadavia Banda Norte. 

"Necesito trabajar este proyecto para que lo pueda trabajar luego con las mujeres de mi comunidad", aseguró Saravia. Los Ranchitos está a unos 8 kilómetros del pueblo de Los Blancos, por lo que se les hace muy difícil conectarse a Internet debido a que la conexión resulta intermitente por la escasa señal telefónica que llega, ya que la posibilidad de navegar en la web, se da a través del uso de datos. 

Aún así, consideró que el aprendizaje de las herramientas para navegar es fundamental porque es un conocimiento que no había llegado hasta el momento a las comunidades indígenas. "Sabemos que poder conectarnos nos servirá para vender nuestros proyectos", como las artesanías que fabrican las mujeres del lugar. "Toda la información que nos llega es útil", agregó Saravia, quien asistió a los encuentros presenciales. 

En ese sentido, su participación en el proyecto también resultó una reparación histórica hacia las mujeres que la antecedieron. Precisó que busca cambiar lo que su madre y abuelas "no han podido tener". "Busco la forma donde las mujeres de mi comunidad podamos fortalecer nuestras ideas porque nos encanta trabajar", expresó. 

Por su parte, Martina Saravia, profesora wichí de nivel inicial, afirmó que la formación en las TICs no estaba presente en el territorio, por lo que consideró importante el proyecto dado que "hay muchas cosas para nosotros que son nuevas". "Es necesario adentrarnos en las nuevas cosas porque nos favorece", subrayó. 

La docente, recibida en mayo de este año, resultó ser la primera indígena en graduarse en la zona del Chaco Salteño, y ahora resta que pueda ejercer. Indicó que estos aprendizajes son de mucha utilidad para fortalecer su formación profesional, sobre todo, por la posibilidad de seguir trabajando la interculturalidad. "Es un desafío, pero sé que suma para plantear mejores cosas para nosotros los wichís y para nuestros niños", indicó.

"Una lo ve para nuestras futuras docentes y sabemos que es una gran posibilidad", precisó, dando a conocer que todo su aprendizaje se está llevando adelante a través de un teléfono celular ya que no cuenta con una computadora personal. 

Fue el Área Género, Sociedad y Políticas de FLACSO, que diseñó e implementó un plan para el fortalecimiento de las competencias en el uso de las TIC de las distintas comunidades. Por lo que se apuntó a que las referentas sean formadoras y facilitadoras en la incorporación de las tecnologías para el acceso a derechos, sean servicios esenciales, educación, comercialización, entre otros. 

Mientras que Jacobo Argamonte, docente bilingüe y presidente de la comunidad wichí de Santa Rosa en Rivadavia Banda Sur, contó que en los diferentes encuentros de los que participó, pudo aprender a manejar la herramienta del Drive y enseñar el uso del correo electrónico a sus pares, por ejemplo. Además trasladó ese conocimiento a las infancias y adolescencias, como ser, en la redacción de un documento en Word. 

Para Argamonte, la pandemia posibilitó ese tipo de aprendizajes porque "quizás no hubiéramos sabido cómo era el manejo de las nuevas tecnologías", como las reuniones virtuales a través de Zoom. Uno de los beneficios directos que han encontrado es lograr el pedido y entrega de la copia fiel del relevamiento que se realizó en la comundiad, como lo dispone la Ley 26.160, de Emergencia Territorial Indígena. 

El cacique contó además que la conectividad en el lugar por momentos anda bien, pero llegó a esperar hasta 8 días para enviar un documento porque se cortó la señal telefónica. Al igual que muchas comunidades, no poseen Wifi, y cuentan únicamente con el uso del paquete de datos que proporcionan las empresas telefónicas a los móviles.

"Con las capacitaciones que tuve, ya tomé mucho interés y ahora estoy replicando a mis hermanos, pero sabía que si lo hacía tenía que aprender bien", se sinceró. La comunidad de Santa Rosa, tiene alrededor de 400 familias, mientras que en toda la zona de Rivadavia Banda Sur, hay cerca de mil familias. 

Argamonte, también está cursando la Diplomatura en Interpretación y Traducción Intercultural Wichí Castellano para el Acceso a la Justicia, que surgió como respuesta a las demandas y necesidades planteadas por miembros de comunidades del Pueblo Wichí. Por lo pronto, espera conseguir alguna computadora para facilitar el aprendizaje.

Trabajo sostenido 

El proyecto Niyat, es coordinado por la Fundación Gran Chaco, la Red de Comunidades Rurales, el área de género de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), la Cooperativa de Mujeres (COMAR), Slow Food y el Ministerio de Desarrollo Social de Nación. 

La presidenta de Fundación Gran Chaco, Fabiana Menna, contó a Salta/12 que el desembarco del proyecto respondió al trabajo que vienen sosteniendo desde hace muchos años con las comunidades indígenas, en particular, con las mujeres. Y por ello, aseguró que las comunidades no son un sector homogéneo, por lo tanto es preciso articular con cada espacio para recién generar un espacio común. 

"Estos espacios (por el proyecto) apuntan a fortalecer a un sujeto que pueda dialogar con otros actores e introducirse en la discusión para el diseño de las políticas públicas desde el territorio", expresó Menna. Ya que reconoció que muchos programas estatales son difíciles de llevar adelante porque están mal diseñados. "Entonces la idea es poder diseñar las políticas en conjunto", entendiendo que la sumatoria de herramientas, como el uso de las TICs, facilita ese trayecto. 

Mientras que en las comunidades de aprendizaje se intercambiaron buenas prácticas educativas, experiencias, desafíos, materiales y oportunidades, conformando una red de trabajo que benefició alrededor de 600 niñas, niños y jóvenes, tanto dentro como fuera del sistema educativo. 

En este sentido, la Red Comunidades Rurales facilitó procesos para que, a través de intercambios virtuales por plataformas como Zoom y WhatsApp, educadoras y educadores del Gran Chaco construyan colaborativamente un espacio de aprendizaje común. 

Luego de la realización de talleres participativos en las tres provincias se acordaron los siguientes ejes de trabajo: Procesos educativos en contextos de diversidad cultural y plurilingüismo; generación, elaboración y difusión de materiales didácticos desde la perspectiva local; trabajo en red y apropiación de las TIC; y articulación e incidencia en sector público, privado y de cooperación internacional. 

Y como resumió Mayra Belen Cuellar, docente de primaria en Los Baldes, departamento Rivadavia: “La interculturalidad es de suma importancia para que la educación fluya y se enriquezcan más los saberes de nuestras niñas y niños que con gran esfuerzo llegan a nuestras escuelas con mil sueños y metas por cumplir”.