Paula Pareto, doble medallista olímpica en judo y que anunció su retiro de la actividad en Tokio, "es una fuente de inspiración para las generaciones venideras y deja un legado más allá del deporte", afirmó Laura Martinel, su entrenadora desde 2012 a 2021, quien adelantó que la Peque "va a estar en esferas de toma de decisiones".
"Argentina tiene conciencia de lo que significó y significa Paula. Fue distinguida y reconocida en todo el país. Es un personaje público, la gente la reconoce vaya a donde vaya y no solo la reconoce, la ama", afirmó Martinel en una entrevista con la agencia Télam.
Martinel, séptima en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 en la categoría 66 kilos, actual protesorera del Comité Olímpico Argentino (COA) y ganadora de la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de La Habana, fue la entrenadora de Daniela Krukower (-63kg.) cuando logró la presea de oro en el Mundial de Osaka 2003, Japón, y trabajó luego con Pareto desde 2012 hasta su retiro.
Pareto obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y la de oro en los de Río de Janeiro 2016; fue ganadora de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México, 2011; plata en los de Toronto, Canadá, 2015; y conquistó el Mundial 2015 que se disputó en la ciudad de Astaná, Kazajistán, al derrotar a la japonesa Haruna Asami en la final. Además, la "Peque" logró la medalla de bronce en el Mundial de Bakú, Azerbaiján, 2018 y la presea de plata en el de Chelyabinsk, Rusia, 2014.
-¿Qué legado dejó Pareto para el deporte nacional y puntualmente para el judo argentino?
- Creo que no solamente deja un legado para el deporte. Claramente Paula es una fuente de inspiración para las generaciones venideras. Les deja que sus sueños pueden realizarse, siempre y cuando se esfuercen para alcanzarlos, los logros vienen como premio de los esfuerzos realizados para concretarlos. Solo (y ni más ni menos) deben estar dispuestos y dispuestas a hacer sacrificios, a manejarse con disciplina y a hacer todo con mucha pasión para alcanzar lo que anhelan. A los y las deportistas en particular, les deja con su ejemplo, que se pueden forjar un futuro mientras compiten en alto rendimiento, que sí se puede estudiar una carrera universitaria, la que quieran, y ser campeones y campeonas. Al judo le deja haber dado a luz a una de las mejores deportistas del mundo reconocida no solamente por la Federación Internacional de Judo sino también por el Comité Olímpico Internacional.
-¿Advertís que seguirá ligada a los seleccionados nacionales?
-¡No solo lo advierto, la vamos a obligar! Fuera de broma, ella quiere seguir conectada con la selección y creo que es muy importante que lo haga.
-¿El deporte argentino puede darse el lujo de no contarla en alguna esfera de decisiones?
-El deporte argentino no tiene margen para darse lujos. Sin dudas va a estar en esferas de toma de decisiones.
-¿Cómo entrenadora, qué te dejó trabajar tantos años juntas? Independientemente de los logros, que son valiosos, ¿qué valores rescatas de tu trabajo juntas?
-Si bien nos conocíamos desde que ella empezó a integrar el seleccionado, yo trabajaba con Daniela Krukower fundamentalmente (desde el 2000 al 2009, año en que se retiró). Fue en octubre 2012 que empezamos a trabajar juntas. En nuestro trabajo juntas destaco un cúmulo de valores que le dieron cuerpo a nuestro vínculo como la confianza, el compromiso, el darlo todo, la concentración en los objetivos, la mentalidad ganadora, el fair play y el respeto. Ambas aportamos esos valores. Siempre fue un ida y vuelta, algo mutuo. En algunas relaciones coach-atleta no siempre estos valores son bidireccionales. Creo firmemente que los y las entrenadoras, no sólo podemos exigir a los y las atletas, los y las coaches también debemos exigirnos a nosotros mismos. Lo más genuino es que aportemos todo.
-¿Una deportista como Pareto te empujó límites como entrenadora?
-El trabajo que hicimos juntas se trató de superar los límites de ambas. Paula me empujó los límites a mí y yo se los empujé a Paula porque las dos buscábamos lo mismo: la excelencia.
-¿El vacío que deja será difícil de llenar?
-No siento que deja un vacío, creo que deja un lleno total. Sí, es verdad que no habrá otra Paula, pero dejó un camino marcado para que otros y otras deportistas sigan el camino al éxito, no sólo deportivo, sino también en sus vidas y como personas de bien.
-¿Qué futuro avizorás para el judo nacional? ¿Qué ves en el "semillero"?
-Hay un grupo de jóvenes que tienen un buen futuro competitivo, entre las mujeres, se destaca Keisy Perafán (25 años) en la categoría de Paula justamente, que ya tiene dos medallas panamericanas (plata y bronce) y este año luchó por medalla en el Campeonato Mundial Senior (quinto puesto). Por el lado de los varones tenemos a un muy joven talentoso, Agustín Gil (20 años), que dio logros importantes en su categoría de edad, como ser Subcampeón Mundial Sub-18 en 2017, Campeón Panamericano Sub-18 2017 y Campeón Sudamericano Sub-21 2021 entre otros.
-¿Seguirás en el seleccionado? ¿Cuál es tu futuro?
-Soy head coach en la Confederación Argentina de Judo y sigo trabajando en eso con mucho empeño. De hecho, no tuve aún unos días de descanso después de Tokio. También soy consciente que cerré un ciclo y voy a darme espacio para repensar desde qué otros lugares puedo aportar mi experiencia.