Un libro-disco que entreteje poesías propias y músicas de raíz de diferentes regiones. De eso se trata Tarareando, con los pies descalzos, un nuevo trabajo en el que Verónica Parodi vuelve a proponer una encantadora colección de “rondas” que tienen, entre otras bellezas, el infrecuente mérito de convocar a la escucha y la lectura más allá de las edades. Interpretadas por artistas como Teresa Parodi, Víctor Heredia, Pedro Aznar o Ana Prada, y también destacados grupos dedicados a las infancias como el Dúo Karma y Pim Pau, entre muchos otros, las canciones de Verónica suman naturalmente variedad de oyentes-lectores, con una voz propia que enseguida atrapa por su frescura. Este martes a las 19, en el Teatro El Alambique de Villa Pueyrredón (Griveo 2350), Tarareando se presentará en un show con varios de los artistas que son parte del proyecto, y también con la reconocida escritora de literatura infantil y juvenil Norma Huidobro, que fue editora de este libro.
Se suman las interpretaciones de Martín Porto, Marian Farías Gómez, Nadia Larcher, Chiqui Ledesma, Georgina Hassan, Pablo Fraguela, Franco Luciani, Victoria Birchner, Mavi Díaz y Sara Mamani, entre otros, con la dirección musical de Emilia Parodi. Participan además Ezequiel, Lautaro, Joaquín y Lula Parodi, los sobrinos de Verónica y nietos de Teresa, todos músicos. La realización de todas las grabaciones y videos, la cuidadosa edición del libro --todo un bello objeto en sí mismo-- llevó un año y medio de trabajo, atravesado por la pandemia.
Con prólogo de Laura Devetach e ilustraciones de María Wernicke –más nombres destacados dentro del universo LIJ– el libro disco publicado por Editorial del Naranjo es la segunda parte de una obra poética y musical que comenzó con Bordando nanas. Con hilos de amor, que también contó con la participación de grandes artistas como León Gieco, Liliana Herrero, Ligia Piro, Chango Spasiuk y Cecilia Todd. Si en aquella ocasión la canción de cuna era el hilo conductor –también con colores latinoamericanos atravesándolas—ahora son esos ritmos de diferentes regiones del país los que van armando un recorrido para estas poesías de Parodi.
“Mi mamá me dijo alguna vez que mis canciones son pequeñas rondas y esa me parece una buena definición”, observa Parodi. “En una ronda las voces se suman y se multiplican, las manos se entrelazan, las miradas se cruzan, nos encontramos en un mismo pulso. La ronda es colectiva y es coral, para entrar en ella hay que llegar a un acuerdo cómplice. Así siento que son un poco mis canciones. Creo que la música que tienen estos poemas crea un vaivén entre el cuerpo, la voz, las manos y también el pulso del corazón. Hice estas canciones para invitar a dejarnos llevar, a grandes y chicos, en un canto colectivo, que también anida”, agrega.
Teresa Parodi en un chamamé, Víctor Heredia con una cuenca cuyana, Chiqui Ledesma para unas coplas y un rasguido doble, Pedro Aznar en una canción redonda –“Cuando me vaya/ cuando te falte/ te dejo este canto/ que te cante”–, el Dúo Karma en un son cubano, Sara Mamani con un bailecito, Ana Prada en un samba y la siempre sorprendente Nadia Larcher lanzando las coplas de “Ay vidita”, delinean paisajes de complicidad y afecto.
“Las canciones fueron a pareciendo solas, casi sin darme cuenta, como un deseo de transmitir, de convocar a grandes chicos en un encuentro musical y poético. En algunos casos fueron naciendo primero las poesías, que me iban dando el ritmo de la canción; en otros casos los ritmos surgían primero. Algunas se fueron enriqueciendo con la dirección musical de Emilia (Parodi), en otros casos como Pim Pau, Vuelta Canela y el Dúo Karma, grupos con los que comparto la música, ellos fueron dándole un nuevo sonido a las poesías”, asegura Verónica.
La charla discurre con el clima distendido de las canciones del disco de fondo. Con un acento que celosamente gurda los rasgos de su Corrientes natal, la poeta, compositora y pedagoga habla de “un puente de transmisión cultural”, de la búsqueda de “un encuentro” que convoque más allá de las edades, y que abreve también en la memoria identitaria.
“Creo que el encuentro en este entramado poético y musical es necesario, hoy más que nunca”, asegura al proponer esta obra imposible de clasificar “para chicos” o “para grandes”, porque hace pie en la música de raíz para abrir un territorio que va más allá de las edades. “Todos podemos cantar a las infancias, todos podemos tararear”, asegura Verónica. Y concluye que “el arte es uno solo”. “Nos conmueve, nos moviliza, nos atraviesa, nos interpela”. Por eso estas canciones están interpretadas por referentes de la música argentina y latinoamericana, y hay tanto artistas que se dedican a las infancias, como artistas que no lo hacen. “Quería tejer a todos estos artistas en esta poesía pensada para compartir”, explica.
“¿Quién no quiso andar descalzo? ¿Quién no quiere andar ‘en patas’ en algún momento?”, pregunta Laura Devetach en el prólogo de Tarareando y agrega: “Verónica Parodi nos acerca a las sensaciones y a las emociones que traen la música y las palabras húmedas por las salpicaduras de los charcos, del arroyo, del musgo. Poemas, canciones y músicas en profundo abrazo con la naturaleza juguetona, ventolera, que recibe como un regalo las huellas de los pies descalzos. Estos poemas melodiosos son cánticos para los niños, para las guaguas, que desde los ancestros fueron rodeando el mundo sin zapatos”.
La idea del arte “como trinchera, lugar de resistencia, de esperanza”, también como espacio marcado por la alegría y el juego, se resume en esta obra de Verónica Parodi, donde hay canciones y palabras hechas de agua, crecimiento, lunas, lapachos. Y "pies descalzos" es esa idea que para Verónica alude tanto a la libertad de andar en patas como a la necesidad de abrazar y sostener a todas las infancias, también “a las que andan con los pies descalzos porque carecen de calzado”, concluye.