desde Washington

En Washington, una delegación argentina ya se reúne con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) para continuar las negociaciones que permitan refinanciar la deuda contraída por el gobierno de Mauricio Macri en 2018. El contenido de los encuentros, que se maneja bajo absoluta discreción, es sobre todo “técnico”. Es decir, números. Los que tienen y proyectan en el Ministerio de Economía y el Banco Central y los que le interesan a la institución con sede en la capital estadounidense.

La misión, compuesta por miembros del Palacio de Hacienda y el BCRA, llegó desde Argentina este domingo y se reunirá a lo largo de esta semana. De los encuentros participan, de parte del Ministerio de Economía, el secretario de Política Económica, Fernando Morra, el secretario de Hacienda, Raúl Rigo y el subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi. En representación de la entidad monetaria, están su vicepresidente segundo, Jorge Carrera, y el subgerente de Investigaciones Económicas, Germán Feldman. Los acompaña también el director argentino por el Cono Sur ante el directorio del FMI, Sergio Chodos.

Las reuniones marcan uno de los tramos más importantes y detallados de la negociación: los objetivos que se propone el Gobierno en materia de proyecciones para su plan plurianual y los números que respaldará el FMI para llegar a un acuerdo. Nunca está de más aclarar: el organismo multilateral no se caracteriza por ser amigo del exceso de gasto y del déficit.

La búsqueda de un “entendimiento técnico”, como lo denominó el Palacio de Hacienda al anunciar el viaje de la misión, es también el primer paso de un cronograma apretado entre la urgencia de los próximos vencimientos y las negociaciones políticas que preceden a la refinanciación.

El Gobierno, que todavía tiene que mandar su plan económico plurianual al Congreso, busca alcanzar un amplio apoyo para lograr su aprobación. Y el FMI ha dicho que espera que cualquier programa tenga también respaldo interno en Argentina. Sin embargo, no se espera que se decida algo sobre el acuerdo en las reuniones de esta semana, dado que el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del BCRA, Miguel Pesce, quedaron en Buenos Aires.

Lo que sí se sabe, sobre todo desde el lado del FMI, es que en los próximos días el organismo va a tratar otras cuestiones centrales en la negociación. Por un lado, se espera que en la semana del 13 de diciembre, el directorio de la institución debata uno de los principales reclamos de Argentina, la política de sobretasas. No es un tema menor: estos sobrecargos le suman al país casi 1000 millones de dólares anuales y una baja es crucial para que se pueda hacer frente a los próximos pagos.

La segunda cuestión que el FMI tratará también este mes es su propia evaluación expost del crédito otorgado al Gobierno de Macri por 57.000 millones de dólares en total, de los cuales unos 44.000 millones llegaron a ser transferidos. La auditoría mostrará por qué falló el acuerdo stand-by que el organismo cerró en su momento con la gestión anterior. Es, internamente, un paso previo a cualquier nuevo programa con un país, pero también es un reclamo político de Argentina. Un “paso necesario”, lo denominó la semana pasada el presidente Alberto Fernández. “Le pedimos al FMI que, antes de que cerremos un nuevo acuerdo, haga su evaluación de lo que fue el fallido programa stand-by, por el que se desembolsaron 44.000 millones de dólares, que se mal utilizaron en pagar deuda insostenible y en financiar salida de capitales. Necesitamos que el Fondo Monetario haga esa evaluación”, había dicho en su discurso en el cierre de la conferencia de la Unión Industrial Argentina.

Las reuniones entre la delegación que llegó desde Buenos Aires y el equipo del FMI encargado del caso argentino continuarán durante esta semana. En representación del organismo multilateral, el diálogo está encabezado por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de la Misión Argentina.

Actualmente, Argentina busca acordar un programa de facilidades extendidas, en contraste con el programa anterior, que suponía vencimientos concentrados en los próximos años. Un nuevo acuerdo, en palabras de Fernández, permitirá “refinanciar los abultadísimos vencimientos de deuda, para los próximos tres años, a los que se había comprometido” el gobierno de Macri en 2018.