“Una eternidad”. Así describe Miguel Arias al trayecto de 57 kilómetros que separa a Tapebicuá del hospital de Paso de los Libres, en Corrientes. En la noche del pasado 26 de agosto el diputado provincial debió recorrer esa distancia tirado en la caja de un patrullero, con un proyectil alojado en su columna vertebral. Horas antes, Arias había hecho el mismo camino, en sentido inverso, para participar del cierre de campaña del Frente de Todos en la elección provincial. El legislador formó parte de una caravana militante, dio un discurso de pie en el escenario y, cuando escuchaba a la candidata a viceintendenta de Tapebicuá, recibió un balazo de una persona que al día de hoy, tres meses después del disparo, se desconoce su identidad. “Yo creo que el atentado va a quedar impune”, relató a Página/12.
De manera amable, Arias atiende el llamado de este diario, aunque a los pocos minutos de la conversación se lo nota molesto por el "nulo avance" de la investigación que tienen a cargo Noelia Lena y Facundo Sotelo, fiscales de la localidad de Paso de los Libres. "Estoy evaluando pedir sus apartamientos", notificó al explicar que la investigación "está en punto muerto" ya que en el contenido de la causa "no hay ni siquiera una sospecha acerca de quién fue la persona que disparó en el acto de cierre de campaña".
El legislador provincial recuerda que durante varias semanas se mostró respetuoso del accionar de los funcionarios -"prácticamente no di notas", aclara- pero cree que a más de 90 días de ser alcanzado por una bala de plomo, se llegó "a un punto de no retorno". "Todo este tiempo que pasó ya no lo podemos recuperar", añadió.
Caminos opuestos
"Los datos preliminares del orificio de entrada nos llevan a presumir que el disparo fue efectuado a corta distancia, por ende fue proveniente del público presente en el predio". Con esa premisa, expuesta en distintas entrevistas, el fiscal Sotelo centró su investigación acerca del intento de homicidio en el entorno de Arias y los otros dirigentes del Frente de Todos.
Al acto, realizado en la casa de los abuelos de Carlos Braseiro, candidato a intendente por el bloque opositor provincial, habían concurrido menos de sesenta personas, la mayoría familiares. Inclusive, casi la mitad de los asistentes eran niños y niñas que correteaban por el predio.
La hipótesis del fuego amigo motivó a los investigadores a realizar indagatorias a amigos y compañeros de militancia del legislador y pedir que se secuestraran sus celulares.
"No había ningún elemento en la causa que pudiese dirigir la investigación con más énfasis hacia mi entorno. Me molestó bastante que decidieran allanar a mis amigos pero dije 'debe ser parte de la investigación, y está bien que así sea'", comentó Arias.
Todos los teléfonos fueron ya devueltos a sus dueños y no arrojaron ninguna información. Para el abogado que asumió la querella, Rodrigo Nenda, la hipótesis de fuego amigo se desarticula por puro sentido común: "Un proyectil calibre 22 revienta y se escucha, pero nadie vio ni escuchó nada", dijo en una entrevista con El Cohete a la Luna, semanas atrás.
"Estamos hablando de un complot de más de 50 personas que se pusieron de acuerdo para encubrir a quien disparó. Es difícil de creer y más sabiendo que las personas que estaban en el acto eran, en su mayoría, conocidos y familiares de los candidatos", agregó Nenda.
Lo que los fiscales Sotelo y Lena descartan, para Arias fue el móvil del ataque: un atentado político. "Estoy convencido que el tiro no era para mí -explica el diputado provincial-, en parte porque yo no era candidato y cuando estuve más expuesto en el escenario, es decir, al momento de dar mi discurso, allí no pasó nada". "Por eso entiendo que habrá sido un tiro al conjunto de dirigentes que estábamos en el acto", reflexionó el legislador del Frente de Todos.
La ministra nacional de Seguridad de aquel entonces, Sabina Frederic, catalogó de "violencia política" al ataque contra el Frente de Todos y horas después del disparo a Arias envió a Corrientes al comando especializado en investigación criminal de la Policía Federal.
El propósito era trabajar codo a codo con la fiscalía provincial, aunque los caminos elegidos fueron bien distintos: mientras los agentes federales recogían testimonios de vecinos de Tapebicuá -entre ellos, el de una mujer que declaró ver a un hombre con una carabina en el predio aledaño al del acto-, los fiscales se centraron en el entorno del legislador, en especial, con sus cercanos de Paso de los Libres.
La distancia entre ambas investigaciones se alejó al punto que -como relató un director de Seguridad de Nación a Página/12- los efectivos de la PFA se enteraron de algunos allanamientos decididos por los fiscales por crónicas de los diarios locales.
Odisea de un cierre de campaña
Cuando uno escribe "tapebicuá" en el buscador de Google, el algoritmo de la plataforma exhibe una clara lógica de este pueblo fundado en 1912: la primera opción que figura es la de la Forestadora Tapebicuá y, en segunda instancia, la pagina web de este municipio que solo cuenta con 996 inscriptos al padrón electoral.
La desforestación es la principal -y casi única- actividad económica en el distrito, en el que día tras día, diferentes máquinas cargan miles troncos de pinos y eucaliptos. En tanto, la información oficial no se exhibe en la web, ya que por más que se cliquee F5 durante varias horas, no se puede acceder al sitio.
La memoria de Miguel Arias no falla al recordar el último día de la campaña electoral en el que se definía el cargo de gobernador y la renovación de Diputados y Senadores provinciales.
Según describe el legislador, una hilera de autos llegó por la Ruta Nacional 14 desde Paso de los Libres, realizó una caravana en el pueblo -que incluyó hasta un saludo con los candidatos de la alianza Eco+Vamos Juntos- y luego desembarcó en el escenario armado para el acto de campaña.
"Yo fui el primer orador, luego tomé asiento y en el momento que estaba haciendo uso de la palabra la candidata a viceintendente, yo siento una sensación rara, porque no fue auditiva sino que fue algo así como un cambio de presión en el abdomen, como si algo hubiese explotado dentro de mí", relató Arias.
Una bala impactó en el cuerpo del diputado y el caos se generalizó. Gritos, pedidos de auxilio y una clara recomendación: que Arias quedara acostado en el escenario, para evitar que perdiera más sangre. La única ambulancia del pueblo estaba -y está- cerrada con candado en la salita de primeros auxilios. La decisión fue trasladar a Arias en una 4x4 de la Policía y llegar lo más rápido posible a Paso de los Libres.
"El dolor abdominal iba en aumento, hasta hacerse insoportable, y yo venía tensionado por el dolor -comenta Arias-. No estaba preocupado por mi vida, solo quería llegar a algún lado para que me calmaran el dolor".
El dirigente atacado pasó por el quirófano del hospital San José, una cirugía logró estabilizarlo, y de ahí fue trasladado en ambulancia al aeropuerto de Yapeyú y en un avión sanitario -dispuesto por el gobernador- al Hospital Escuela General San Martín, en la capital provincial.
"En el centro médico me internaron en la sala de terapia intensiva. Estuve seis días ahí y al séptimo me pasaron a una sala común", describió Arias. Al octavo día pidió volver a su casa en Paso de los Libres. Dos meses después había retomado la actividad legislativa.
"La vuelta a la Legislatura fue muy emotiva. No solo por las palabras que cada uno de los diputados dirigió hacia mí, sino también por el acompañamiento de mis padres en los momentos previos a la sesión y el agradecimiento que pude hacer a todos los que habían tenido que ver con mi recuperación", describió.
"Vacío de información"
Aquella noche del 26 de agosto y durante todo el día siguiente, Arias fue tendencia nacional. El ataque fue relatado en los noticieros de televisión, a la vez que en los portales y redes sociales baleado-en-el-c">se respondía a la pregunta de quién era el diputado baleado en Corrientes, con perfiles que daban cuenta de su trabajo como veterinario, su paso por el Senasa y su función como secretario de Asuntos Municipales en Paso de los Libres.
Hoy, tres meses después, el nombre del legislador no figura en el radar mediático. “Hay un vacío de información”, explica Arias. “Lo mismo pasa con el gobierno provincial. Nadie me volvió a llamar, no se habla más”, agrega el diputado, en relación al poco interés del gobernador Gustavo Valdés en conocer cómo sigue la investigación judicial.
El interés por el ataque también pareció olvidarse durante las elecciones provinciales. Menos de 72 horas después de que Arias fuera baleado, Corrientes reeligió al radical Gustavo Valdés por más del 70 por ciento de los votos. Pero no solo eso: tanto en Paso de los Libres como en Tapebicuá la alianza Eco-Vamos Juntos también resultó victoriosa para los cargos de intendente y la renovación del Concejo Deliberante.
"Se amedrentó a la sociedad. Creí que el hecho de que estuviera internado en terapia intensiva pesaría en la elección de nuestros candidatos en las localidades cercanas. Sin embargo pasó todo lo contrario. Es más, los fiscales de mesa que nuestra fuerza política había convocado renunciaron, al contrario de lo que uno podría pensar tras el atentado", agregó el diputado a este diario.
"Ahora solo queda esperar", dice Arias. No solo tendrá que aguardar nuevos estudios médicos, para saber si efectivamente le deben extraer la bala que tiene alojada en su columna, sino también confiar en que la Justicia decida investigar seriamente el ataque como un atentado político.
"Veremos qué pasa", concluye la entrevista, con la voz entrecortada.