"Es doble la emoción: además de agradecimiento, estoy muy conmovida. Con esto se hace memoria". La frase pertenece a Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora cuyo hijo, Alejandro Martín, fue uno de los 46 homenajeados por Racing este martes en Avellaneda.
"Alejandro y Jorge (su hermano mayor) eran hinchas furiosos de Racing. Les permitimos que fueran a la cancha pero con el encargado del edificio, porque eran chicos, tenían 10, 11 años", cuenta Taty, quien hizo ayer su debut en el Cilindro, a Página/12 en la previa. "Nunca había pisado la cancha de Racing- revela-. Cuando presentamos el libro con Julián Scher (Los desaparecidos de Racing), no lo hicimos adentro. Después prendieron una luz y me indicaron que desde una puerta determinada fue donde Jorge y Alejandro tiraron la famosa gallina, cuando jugaba River en Racing".
La anécdota a la que se refiere Taty está excelentemente retratada en el libro de Scher, quien cuenta cómo en un clásico de 1969 los hermanos Almeida (con 13 y 14 años) se las ingeniaron para soltar al plumífero debajo de la tribuna visitante a modo de cargada, ligándose varios monedazos que luego sirvieron para comprar la merienda. La suerte de la gallina, por el contrario, no fue tal. Una vez que ingresó a la cancha se ligó un patadón fatal del millonario Pinino Mas (hizo el gol que abrió el marcador, aunque más tarde Roberto Perfumo, su tocayo Aguirre y Marcos Cominelli ajusticiaron al ave y pusieron el 3-1 académico) y, según cuenta la leyenda, terminó en un puchero cocinado por la gran Tita Mattiussi.
"Es muy fuerte, querido, muy fuerte. Una sabe que Alejandro siempre va a estar presente, como los 30 mil, pero no está. Hubiese sido maravilloso que sea otro el motivo de este gesto tan estupendo", reflexiona y conmueve una de las heroínas de la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia, quien también reconoció el avance en la materia que se está dando en el deporte.
"Se están comprometiendo mucho. Hace poco estuvimos en Huracán (restituyó carnets a ocho socios detenidos-desaparecidos)... Es una buena señal, porque la memoria tiene que estar presente, por diferentes lugares y motivos. Está bien que el fútbol se esté comprometiendo con nuestros queridos 30 mil. Por este lado, se ha hecho justicia", explica.
Alejandro fue secuestrado por la Triple A la noche del 17 de junio de 1975 -hace justamente 46 años- con apenas 20 de edad. "Mañana no trabajo porque tengo parcial (había comenzado la carrera de Medicina en la UBA). Esperame, mamá, que ya vengo", fue lo último que le dijo a Taty, quien tiempo después encontró una serie de poesías de su hijo. Alejandro se había sumado al ERP y, consciente de la locura que transitaba (y transitaría) el país, le dedicó a su madre uno de ellos.
"Si la muerte / me sorprende / lejos de tu vientre / porque para vos / los tres seguimos en él / si e sorprende / lejos de tus caricias / que tanto me hacen falta / si la muerte me abrazara fuerte / como recompensa / por haber querido la libertad / y tus abrazos entonces / solo envuelvan recuerdos / llantos y consejos / que no quise seguir / quisiera decirte mamá / que parte de lo que fui / lo vas a encontrar / en mis compañeros".