Mientras el Fiscal General de la República, Rodrigo Janot, acusó formalmente al golpista Michel Temer y al excandidato presidencial Aecio Neves (su cómplice en la destitución de Dilma Rousseff) de actuar conjuntamente para intentar impedir el avance de las investigaciones de la trama de corrupción que conmociona a Brasil, Joesley Batista, dueño de la empresa JBS, confesó que la compañía le paga sobornos a Temer desde 2010.
Tras la difusión de los audios en que Temer aparece comprando el silencio de su aliado Eduardo Cunha con dinero del frigorífico JBS y la destitución del propio Neves en la víspera, el máximo tribunal del país difundió los documentos con las confesiones de Batista, quien afirma que entre 2010 y 2011 le pagó una "mesada" de 100.000 reales (hoy unos 29.500 dólares) a Temer, a cambio de diversos "favores" en el Ministerio de Agricultura, y se compromete a entregar las pruebas.
Batista afirma, además, que a fines del año pasado acordó con el diputado Rodrigo Rocha, suspendido por el Tribunal Supremo y muy cercano a Temer, el pago al ya entonces mandatario de facto del 5 por ciento de comisión sobre la facturación de una empresa eléctrica del grupo, que precisaba una licencia para operar.
El testimonio de Batista ya ha sido homologado por la Corte Suprema y es probable que salpique a muchos otros políticos, tanto del arco oficialista como de la oposición.
El fiscal Janot, por su parte, denunció que Neves, "en articulación, entre otros, con el presidente Temer", intentó obstaculizar la operación 'Lava Jato'", que investiga la trama corrupta en la estatal Petrobras, a través de "medidas legislativas" y "el control del nombramiento de comisarios de policía" que conducían los procesos. "De esta forma, se ve también la posible práctica del delito de obstrucción a la Justicia", subrayó Janot.