La semana pasada se inauguró en el museo A CASA, Museu do Objeto Brasileiro, una muestra que es un verdadero lujo. Primero y principal, porque fue orquestada por algunos de los máximos promotores y pioneros del binomio diseño y artesanía en el país vecino. Hablamos de dos Renatos: Renata Mellão, directora de una de las instituciones culturales más prestigiosas en la materia y una mujer absolutamente sensible y propulsora de estos nuevos escenarios desde hace tiempo. Y el diseñador Renato Imbroisi, del que tantas veces hemos dado cuenta en este suplemento, con siempre bellos proyectos de artesanía que mapean y cuentan todo Brasil a través de sus distintas técnicas, imaginarios y materiales y han llegado a través de su original mecánica a replicarse en Italia, Japón y Africa, ya que él dedica su vida a estos cruces y alianzas.
En esta oportunidad, la dupla se volvió a unir para producir esta exposición que reúne bordados hechos a mano por maestros artesanos y bordadoras de los 27 estados brasileños. La muestra fue ideada por Renata, quien contó con la investigación y selección de piezas y objetos hecha por parte de Renato, curador de la muestra.
El proyecto de montaje reproduce la estructura de una casa con paredes, puertas, ventanas, paneles divisorios, todos hechos en tejidos bordados. Una casa construida íntegramente de paño, aguja e hilo. Una increíble puesta que cuenta a Brasil a través del virtuosísimo trabajo con las manos en coloridos hilos que dan cuenta de fauna, flora, personajes varios, poesías y paisajes.
Entre grupos, cooperativas, asociaciones y artesanos individuales, son sesenta autores de más de doscientas piezas expuestas. Es un relevamiento inédito del bordado brasilero, una técnica llevada por los colonizadores e inmigrantes que adquirió y se incorporó a los usos y costumbres locales, al mismo tiempo semejantes y bien distintos entre sí. La iniciativa revela y reúne así desde el increíble trabajo con piedras y lentejuelas característico por ejemplo del Bumba Meu Boi maranhense y el punto ruso practicado en Primavera do Leste, en el Mato Grosso, enseñado a la comunidad por inmigrantes rusos a las bordadoras locales que utilizan los hilos de puro algodón, ya que se trata de una región de muchas plantaciones de esta fibra natural. A todo tipo de trabajos que cuentan en cada puntada comidas típicas, animales, costumbres y leyendas de la región.
“Bordado Boa Noite del pueblo de Ilha do Ferro, en Alagoas, o el laberinto de Paraíba (tradicional también de otros estados de la región Nordeste); los de punto cruz traídos por inmigrantes ucranianos y de Polonia para la región Sur de Santa Catarina y Paraná, los bordados de Río Grande do Sul, usados tradicionalmente para ornamentar los laterales de las bombachas de los gauchos seguramente parecidos a los de los argentinos. Realmente no destaco un tipo en detrimento de otros, ya que el bordado es fascinante, de una riqueza y belleza extremas que reflejan las características regionales, locales y, principalmente, de la vida e historia de cada bordadora o bordador”, suma Maria Emilia Kubrusly, autora del texto del catálogo.
“Sentí la necesidad y vocación de iluminar estas prácticas artesanales del bordado de varias partes de Brasil a través también de cursos y conferencias”, explica Renata. Organizados por ambos, la muestra suma conversatorios, conferencias, workshops y seminarios sobre el bordado y temas relacionados, como creación, moda, diseño, artesanía textil, en un momento en que la técnica vuelve a vivir un apogeo, con legiones de jóvenes que en todo el mundo se están volcando a aprenderlo.
Brasil tiene una larga tradición que patentiza todo tipo de cruces en el empleo de todo tipo de puntos pero sobre todo ricas y originales hibridaciones (allá se borda con casi todo lo que se tiene a mano, desde caucho a fibras vegetales) y con los motivos más variados, lo que hacen de esta muestra, una fiesta a los sentidos.
En la muestra hay rostros, frases, todo tipo de vegetaciones, flores, pájaros, bordados de una belleza extrema.
La iniciativa suma además una rueda de negocios con una ‘Feria Bordada’ con venta de piezas y objetos hechas por los artesanos, así como las propias piezas con las que está hecha la casa bordada que se entregaran cuando se demuela la misma en el fin del montaje por el cierre de la misma en agosto.
El museo A Casa, creado en 1997, tiene desde su origen ya hace más de veinte años, la misión de reconocer estos saberes, muchos de ellos populares, para validarlos y revalorizarlos, además de rescatar y preservar técnicas y materiales. Se suman a esta impresionante puesta Eliane Guglielme, otra reconocida gestora brasileña, en la coordinación general y producción ejecutiva y las diseñadoras Tina e Lui.
“Esta casa tejida comenzó a ser construida cuando estábamos en Alagoas con las bordadoras de Ilha do Ferro. Renato fue personalmente a los 26 estados y al Distrito Federal en encargar los bordados. Recibimos cerca de 200 trabajos. La llamo, en particular ‘la casa encantada’ por irradiar tanta gracia y afecto en un universo de formas y colores. El repertorio corresponde a las vivencias, imaginario y observación de sus autores. Las técnicas y lenguajes diversas forman parte de nuestro Brasil, único a pesar de tantas diferencias y armonioso en su colectivo. Como dice Tolstoi: ‘Si quieres ser universal, comienza por pintar tu aldea’”, remata Mellão.