A partir de hoy se abre una nueva etapa en el Senado de la Nación. Con la jura de los 24 nuevos senadores y senadoras, el Frente de Todos perderá la cómoda mayoría de los últimos dos años y deberá enfrentarse a un escenario de mayor incertidumbre en el que tendrá que negociar arduamente para el tratamiento de cada ley. Antes del recambio parlamentario, sin embargo, la Cámara Alta tendrá una última sesión con la vieja composición en la que el oficialismo buscará aprobar una cuarentena de DNUs firmados por Alberto Fernández, así como una serie de iniciativas presentadas por diferentes bancadas. Unas horas antes, jurarán los senadores electos en noviembre y se formalizarán las nuevas autoridades. Al igual que en Diputados, los ojos estarán puestos en la interna del bloque radical que, hasta ayer a la noche, aún disputaba la distribución de cargos.
Este jueves es el último día en el que el oficialismo contará con quórum propio en el Senado y, a modo de despedida, aprovechará la jornada con una sesión doble. En la primera, que se llevará a cabo a las 12 horas, prestarán juramento los 24 senadores que fueron electos el 14 de noviembre. En la segunda, que se realizará dos horas después, la vieja composición buscará darle tratamiento a una batería de iniciativas antes de que pierdan dictamen. Según el plan de labor parlamentaria acordada por los presidentes de todos los bloques, se tratarán 47 de los 116 decretos presidenciales dictaminados hace tres semanas en una conflictiva Comisión Bicameral de Trámite Legislativo que terminó con el interbloque de Juntos Por el Cambio levantándose y negándose a participar de la misma. Estos Decretos de Necesidad y Urgencia, firmados por Alberto Fernández en los últimos dos años, refieren a las medidas tomadas durante la emergencia por el Covid 19, como las restricciones sanitarias y los programas de asistencia al trabajo y la producción. La decisión de aprobar solo los decretos que refieren a la pandemia no fue aleatoria, sino que constituye un gesto del oficialismo a la oposición de cara al escenario de negociaciones que se abrirá a partir del 10 de diciembre.
Por otro lado, como suele ocurrir en la previa de cada recambio, se tratarán una serie de proyectos de interés para varios senadores y senadoras que abandonan sus bancas o que simplemente quieren evitar que las iniciativas pierdan dictamen ante la llegada del nuevo ciclo parlamentario. Son todos proyectos inocuos que no generarán grandes rispideces entre oficialismo y oposición, como la transferencia de inmuebles a la provincia de Entre Ríos, la declaración especial de varias fechas - como el "Día Nacional de los Derechos de Personas con Discapacidad" o el "Día Nacional del Futbolista" -, modificaciones en la ley de Trabajadores Rurales, entre otros. También se buscará aprobar una ley que establece una reparación simbólica para trabajadores detenidos desaparecidos del sector privado durante la dictadura militar (al incluir en sus legajos laborales su condición de víctimas del terrorismo de Estado).
El oficialismo buscará también aprobar sobre tablas el proyecto que busca garantizar los derechos humanos de las personas en situación de calle. La iniciativa, que ya tiene media sanción de Diputados, propone crear una coordinación interministerial que aplique políticas transversales de salud, vivienda y trabajo para la gente en situación de calle. De aprobarse hoy, se convertirá en ley.
La nueva composición
En la sesión preparatoria de las 12, jurarán los nuevos senadores y senadoras y se elegirán las autoridades de cada bloque. En el caso del FdT, que pasará de tener 41 bancas a tener 37 (dos menos que las que se necesitan para el quórum), no habrá cambios y José Mayans continuará siendo presidente del bloque. Anabel Fernández Sagasti, alfil de Cristina Fernández, seguirá siendo la vice. Durante varios días se especuló con que un grupo senadores peronistas - Edgardo Kueider (Entre Ríos), Carlos Espínola (Corrientes), Guillermo Snopek (Jujuy) y Sergio Leavy (Salta) - terminarían armando un bloque propio al interior del FdT, enojados por la falta de participación en la agenda legislativa. Mayans, finalmente, logró evitar la fractura, pero eso no significa que no será todo un desafío saber contener y manejar los descontentos internos en un escenario de mayor debilidad. De todos modos, a pesar de haber perdido la mayoría, el oficialismo se muestra confiado en que no tendrá problema en conseguir quórum en los próximos dos años. La clave estará en dos aliados que integran fuerzas provinciales: Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Misiones).
Por otro lado, el interbloque de Juntos Por el Cambio - que pasará a tener 31 senadores (34 contando aliados) - sí sufrirá modificaciones. La ruptura del bloque de la UCR en Diputados impactó de lleno en el Senado, ya que uno de los principales referentes del grupo rebelde es precisamente el senador Martín Lousteau. Al cierre de esta edición, el titular de Evolución se preparaba para sufrir un duro revés, ya que podría ser reemplazado por Carolina Losada en la vicepresidencia del Senado. Luis Naidenoff, mientras tanto, seguirá teniendo la conducción del bloque radical, pero Alfredo Cornejo lo reemplazará como presidente del interbloque. En el caso del Pro, Humberto Schiavoni continuará siendo presidente del bloque.