El 30 por ciento de las trabajadoras y trabajadores declaró haber denunciado alguna situación de violencia laboral, ya sea experimentada por ellos o por terceros. Los sindicatos fueron los mediadores mayormente nombrados por parte de quienes realizaron denuncias.

Entre quienes no realizaron la denuncia, el 27 por ciento indicó que no creyó que el acto de denuncia sirviera de algo y casi el 20 por ciento declaró que no le pareció relevante realizarla. Otras menciones son las que refieren al miedo a perder el trabajo (15 por ciento) y al desconocimiento de a quién recurrir para realizar la denuncia (13 por ciento).

Según la encuesta, al preguntar por cuáles se consideraban que eran las acciones prioritarias que los sindicatos debían impulsar, los encuestados destacaron la importancia de formar equipos específicos/interdisciplinarios (31,6 por ciento), seguida de la necesidad de elaborar procedimientos y protocolos para atender las situaciones de violencia (30,3 por ciento), y un escalón más abajo sobre la necesidad de desarrollar y profundizar acciones de capacitación y sensibilización sobre la cuestión (25,4 por ciento).