Los relatos de los amigos y familiares de Luciano Olivera, el adolescente de 16 años asesinado por un policía bonaerense en la localidad de Miramar, coindicen en que el intento de detención de la víctima fue arbitrario, que el crimen fue a mansalva y que el accionar del policía acusado es reflejo de lo que allí ocurre todos los días: “Si te paran te pegan, si frenás te pegan, si te vas te pegan y si te agarran te pegan”, contó uno de ellos.
David, uno de los amigos de Luciano, estuvo con él minutos antes de que ocurriera el crimen y relató cómo fueron los instantes previos y posteriores. Contó que hasta la noche del jueves “estuvimos jugando a la pelota” en un lugar que se llama el “anfi”, y que luego se quedaron escuchando música.
Luego, cuando a la madrugada emprendieron el retorno a sus casas en moto, “nos cruzó la policía”, contó a Radio 10. Él y otros chicos iban adelante y Luciano atrás hasta que “escuchamos un ruido y después vimos un patrullero y fuimos a chusmear. No pensamos que era Luciano al que lo habían matado”, agregó.
Cuando llegó, vio a su amigo herido en el asfalto, al lado de su moto. Le hizo reanimación cardiopulmonar (RCP) pero los oficiales lo echaron. “Llegué lo vi al guacho y corte que me quisieron sacar. Me arrebaté, le pegué al policía y le empecé a hacer RCP a mi amigo. Me sacaron y tiraron gas pimienta”.
Otro testimonio que incrimina al policía
Alexis, un vecino de la cuadra, también brindó un relato que compromete más a Maximiliano González, el policía acusado. “Se escucharon dos disparos pero nunca una sirena ni una voz de alto”, dijo a los medios.
Él estaba con su novia y cuando escuchó esos disparos se metieron a la casa. Estaban allí atentos a lo que ocurría en la calle hasta que “al rato se acercó un policía bastante nervioso diciendo ‘qué hiciste, lo mataste, llamá a la ambulancia’”.
Por su parte, David narró que en el lugar “había como dos o tres patrulleros” y que “estaban ahí y no lo querían levantar para llevarlo al hospital”. “Lo peor es que había llegado una ambulancia y como llegó se fue. Aunque esté muerto lo tienen que levantar e intentar reanimar”, cuestionó.
Después “fuimos a buscar corriendo al papá, que es el padrastro, y cuando llegó le pegaron escopetazos de goma”, tal como lo hicieron con el resto los allegados que, a los pocos minutos de haber ocurrido el crimen, se acercaron hasta la calle 9, entre 32 y 34.
"Le arrebataron la vida a un nene"
Solange, tía de Luciano, aseguró a radio Futurock que “la policía lo quiso parar y le disparó por la espalda por no haberse detenido". No obstante, hay otra versión que indica que el adolescente fue detenido y que el disparo habría sido de frente. De todas maneras, esos detalles aún deben ser precisados por los peritos que investigan el hecho.
Lo que Solange asegura es que “la policía todavía no dio ninguna explicación a la familia” y confirmó que cuando varios parientes y amigos se acercaron, fueron repelidos por el cordón policial que había cerrado el lugar. “Mi prima está golpeada, nos tiraron con balas de goma", dijo. "Lo único que quiero es justicia por Luciano, porque le arrebataron la vida a un nene", concluyó.
David denunció que los abusos son moneda corriente en Miramar. “Aquí, los policías son todos así”, dijo y reveló los motivos por los que los jóvenes, a menudo, huyen de los patrullajes: “Si parás te pegan, si frenás te pegan, si te vas te pegan y si te agarran te pegan. A mí me quisieron recagar a palos” en varias oportunidades, aseguró.
El joven denunció que el asesinato fue un caso más de “gatillo fácil” y exigió que es hora de que haya un “basta” definitivo para esos hechos que, “como acá, hay en todos lados”.