Parece que el tango de este nuevo clima político está para resistir. Para resistir las clausuras de sus espacios, para capear las malas nuevas y, también, para sostener espacios públicos desfinanciados. Uno de ellos es el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), que funciona dentro del predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que ofició de centro clandestino de detención y hoy es lugar de memoria, pese a la sintonía de los funcionarios del gobierno nacional con los represores de antaño. Así las cosas, pensar un festival de tango en un espacio como ese es, efectivamente, un acto de resistencia. La configuración del 7º Festival de Tango del ECuNHi, que se celebra hoy a partir de las 15 da cuenta de esas dificultades.

El encuentro en Av. Libertador 8151 contará con la participación de Barbara Grabinski, Jana Purita, Hernán “Cucuza” Castiello, el Quinteto Negro La Boca, Sandra Marquez, Lucrecia Merico, Esteban Morgado y Nicolás Ledesma, estos últimos gracias al apoyo de Sadaic y AADI, respectivamente. Además, durante las primeras horas del festival los guitarristas Juan Iruzubieta y Hernán Pérez oficiarán de necesario colchón en la peña de cantores en la que se invita al público al escenario. Lo que no habrá este año, al menos no formalmente, será una milonga, aunque desde la organización prometen que cerca del escenario principal habrá una pista donde quienes se animen puedan abrazarse. Una buena: a diferencia de otros años, esta vez no se suspende por lluvia. Ni la peña de cantores ni los espectáculos de los músicos. La primera será en una de las aulas del lugar, especialmente acondicionada para la ocasión y los shows se montarán en el escenario principal.

El Festival, es cierto, es un poco más chico incluso que el año pasado, que ya se había achicado. Lo reconoce Merico, coordinadora del área de música del Ecunhi y del Festival mismo. “Estamos haciendo todo nosotros, sin ningún tipo de ayuda, así que no quisimos tener pretensiones más allá de lo que podemos abarcar”, cuenta la cantante a PáginaI12, sobre la ausencia de una milonga formal en el festival o el hecho de que este año no programaran conferencias, clases, talleres u otras actividades paralelas.

“Más allá de eso, igual le imprimimos una cuestión conceptual, igual que todos los años”, destaca la cantante, quien actuará por primera vez en siete años en el Festival que ella misma organiza, pero donará su participación. “Son todos conciertos cantados, inclusive los de Morgado y Ledesma, porque estamos celebrando los cien años del tango canción”, cuenta en referencia al centenario de la grabación de Carlos Gardel de “Mi noche triste” (Samuel Castriota / Pascual Contursi). “Todos los años propusimos festivales con algún concepto, pero en general abarcábamos más porque teníamos más posibilidades materiales, ahora vamos a lo pequeño porque no queremos perder el espacio ganado como festival de tango”, plantea.

“Este año el espacio está un poco peor”, lamenta Merico. “El año pasado podíamos hacer más movidas, éramos más, este año no tenemos ningún tipo de financiamiento de nada y necesitamos la ayuda de la gente, que de repente por la situación del país tiene menos posibilidades de colaborar, hablando concretamente de la plata: no es falta de voluntad, es que no pueden”. El lugar, cuenta, se sostiene en buena medida gracias a los ingresos de las actividades que genera: la Peña los Abrazos, los encuentros para niños y los eventos convocantes. “Trabajamos prácticamente como cooperativa, pero no queremos de ningún modo que este espacio se pierda, porque un espacio cultural de tantos años, si se cierra no se va a abrir de nuevo”.