El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, recibió a directivos de la Cámara de Empresas Estadounidenses (AMCHAM), en un encuentro solicitado por la entidad que preside Alejandro Díaz y en el que sorprendió la propuesta del sector empresario. Según contaron a Página I12 fuentes del sector empresario, se pidió allí que la canasta de precios fijos que el Gobierno negocia para el 2022, baje en cantidad de productos y en calidad, quedando sólo en los bienes muy básicos.
En el encuentro, los empresarios aseguraron que era conveniente sacar productos que no son de primera necesidad, a lo que recibieron la negativa de Feletti, que si bien se comprometió a seguir dialogando en la mesa, aclaró que la idea del Gobierno es que haya una canasta diversa y representativa. Dijo además que será una canasta de "consenso", algo que el funcionario ya mencionó en público cuando anunció que se pensaba en seguir con un congelamiento de precios con "sintonía fina" el año próximo.
La AMCHAM nuclea a varios gigantes del consumo masivo y es una entidad que suele moverse fuerte con el lobby en diferentes frentes. En este caso, es el primer hito que le marca al Gobierno que la negociación de precios del 2022 no será un terreno sencillo, como ya no lo venía siendo. En carpeta, la secretaría de Comercio tiene planeadas una serie de reuniones con otras entidades del supermercadismo y los proveedores la semana entrante. Seguramente, uno de los primeros encuentros sea con la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal), que fue la entidad que mayor resistencia interpuso al primer congelamiento, el de 1400 productos. Eso motivó la decisión oficial de sacar la norma por Resolución.
Este diario publicó hace unas semanas una charla con el titular de Copal, Daniel Funes de Rioja, quien sobre el tema del acuerdo que se viene admitió que están dispuestos a negociar pero se negó a firmar un congelamiento sin actualizaciones. En el Gobierno no ven que las actualizaciones de márgenes importantes sean posibles en este contexto.
Hasta, las posibilidades que se barajan van en línea con una canasta de entre 1000 y 1200 productores pero sin ceder más volúmen ni calidad. El Gobierno ya les pidió a la empresas proveedoras que incluyan un buen número de productos de primeras y segundas marcas, que son los anzuelos clave para atraer público y visibilizar la existencia de esa alternativa de consumo. Por ahora, los supermercados apoyan y la resistencia sigue del lado de los fabricantes de alimentos, bebidas y productos de limpieza.