El puente entre la Rosario de las finanzas y las inversiones, y la Rosario del narcotráfico y el crimen organizado volvió a quedar en evidencia con la condena a dos ejecutivos de una cueva financiera del microcentro, al comprobarse de manera definitiva que al traficante Marcelo "Coto" Medrano le cambiaron una importante suma de pesos por dólares blue sin tener ellos autorización del Banco Central para esa operación, ni éste actividad lícita declarada como para justificar una transacción de esa envergadura. Encima, le vendieron los dólares el mismo día en que a Medrano lo mataron a balazos en Granadero Baigorria, el 10 de setiembre de 2020. La doble cara del negocio financiero volvió a mostrar la hilacha, como ya lo hizo este año con la caída del prestamista Yalil Azum y del ex titular de Terminal Puerto Rosario, Gustavo Shanahan, ambos con vínculos con el narcotráfico.

La cueva en cuestión es Cofyrco SA, y sus directores que acordaron declararse culpables de lavado de activos a cambio de un juicio abreviado y una condena en suspenso son Fernando Vercesi y Guido Garay. Al margen de este acuerdo, también están imputados otros partícipes de esa financiera, y todavía sujetos a investigación penal: Patricio Carey, Hernán Zapata y Teodoro Fracassi.

El juez Gustavo Pérez Urrechu avaló el acuerdo al que arribaron los abogados de Vercesi y de Garay con el fiscal de la Unidad de Delitos Económicos, Sebastián Narvaja. Para ambos ejecutivos les pende sobre sí una pena de ejecución condicional de tres años de prisión. Es decir, seguirán en libertad si no se mandan otra como este delito u otras reglas de conducta a la que se obligaron. También tendrán que cumplir 400 horas de servicio comunitario cada uno, a selección del Patronato de Liberados, y pagar una multa de 35.552 dólares cada uno. Esta cifra resulta de duplicar el monto de moneda estadounidense que de manera ilegal le cambiaron a Medrano aquel día fatídico. 

Vercesi (39 años) y Garay (30) quedaron así condenados como autores de lavado de activos de origen ilícito, pero también por tenencia ilegal de 174 documentos nacionales de identidad ajenos, que habían sido denunciados como extraviados, la mayoría en discotecas como Sr. Ming, Ming River House, Soho y Asia Rosario. La pesquisa de Narvaja y equipo se tomó el trabajo de entrevistar a cada uno y una de los dueños de esos DNI, todos jóvenes. 

Vale acotar que Ming River House es el boliche adonde el 20 de febrero de 2020 fue a bailar Carlos "Bocacha" Arellano, cuyo cadáver apareció luego en el río Paraná. Por ese crimen hay dos patovicas y dos policías imputados.

Esa colección de 174 DNI que atesoraban en la sede de Cofyrco (Corrientes 832, 2° piso, oficina 24) servía para comprar dólares a precio oficial y simular esas transacciones con esas identidades sin consentimiento. 

Los dólares obtenidos de esa manera, a $90 según cotización de aquellos días de setiembre, eran vendidos a $130 en el mercado blue. Pero a Coto Medrano le cobraban 2 pesos más por dólar. Algo parecido hacía Shanahan con el narco peruano Julio Rodríguez Granthon, cuando cayó preso en octubre pasado, con 34 millones de pesos en efectivo en su oficina de España y Rioja. 

Pero Medrano, en los 45 años que vivió, nunca declaró una actividad económica para explicar su medio de vida. Sí, en cambio, constan en la Justicia una docena de causas por amenazas, lesiones, abuso de armas, una causa por narcotráfico, cuatro condenas de prisión cumplidas, y el intento de hacerse jefe de la barrabrava de Newell's en 2016, tras la detención del Panadero Ochoa. Un año en el que hubo tres asesinatos al hilo de hinchas que también querían hacerse capos de la tribuna leprosa.

Aquel 10 de setiembre de 2020, a la 1 del mediodía, en la oficina de Corrientes y Córdoba, Medrano cambió $2.350.000 por U$S17.776. Esa misma noche, junto a su pareja y su hija, frenó frente a la YPF lindera con el Policlínico Eva Perón, de Baigorria, y bajó de la Ford Eco Sport para comprar caramelos. Sus asesinos lo venían siguiendo. Cuando volvía al vehículo, un hombre le gritó "Alto, policía". Medrano alcanzó a correr hasta la otra esquina. El pistolero lo bajó a tiros, y lo remató con otros más a quemarropa. Quince balazos en suma.

El acta de la audiencia imputativa constata que el dinero que en Cofyrco aceptaron de Medrano "era el fruto de las actividades criminales en las que él mismo se encontraba involucrado". No se descarta que éste hombre fuera cliente habitual de esa cueva. 

De acuerdo a registros de la Afip, Medrano "no registraba en sus 45 años de vida, actividades económicas lícitas, susceptibles de ser declaradas activas". Y le atribuye al momento de su muerte dedicarse al "cambio ilegal de divisas, comercio de narcóticos, compraventa ilegal de armas de fuego. delitos violentos cometidos con armas de fuego". 

En cuanto a la empresa conducida por Vercesi, Carey, Garay y Fracassi, el fiscal Narvaja comprobó que "no contaba con autorizaciones del BCRA para operar en la compraventa de divisas, ni para tomar ahorro público o hacer intermediación financiera. Tampoco contaba con habilitación de la Comisión Nacional de Valores para operar bajo ninguno de los regímenes previstos por la Ley 26.831".

Al examinar el teléfono celular de Medrano surgió que ese mediodía había comprado dólares en Cofyrco, y de allí surgió la pista que desembocó una semana más tarde en el allanamiento a la sede del microcentro: entonces aparecieron los 174 DNI, y mucho dinero ($5,3 millones; U$D 60.200 y 33.600 euros, entre otras divisas). Vercesi declaró esa vez que todo ese dinero era de Carey. 

La investigación recopiló las numerosas compras oficiales de dólar que Cofyrco realizó entre enero de 2018 y setiembre de 2020 valiéndose de los DNI extraviados en los boliches. Operaciones que se hicieron con la agencia Cambio Terranova SA, según consta en el acta del juicio abreviado.

Vercesi y Garay, por consejo de sus abogados Carlos Varela, Adrián Martínez, aceptaron el acuerdo y admitieron haber lavado dinero sucio. Carey, Fracassi y Zapata no. Están imputados y a la espera de un juicio oral, o quizás de otro abreviado como este.