El presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y el expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica celebraron, ante una Plaza de Mayo colmada, el Día de la Democracia y los Derechos Humanos. Además, se cumplieron dos años del gobierno del Frente de Todos y el Presidente y su vice decidieron festejarlo dejando una gran foto de unidad. En la histórica plaza volvieron los abrazos, el baile, el festival, los cantos y las lágrimas. Si bien el día de la militancia hubo una movilización similar, esta fue la primera en Plaza de Mayo después de la pandemia en la que, además del Presidente, estuvo CFK.
Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo acompañaron a los cuatro dirigentes, que en sus discursos destacaron la importancia de la unidad latinoamericana y alertaron sobre los nuevos peligros que acechan a las democracias de los países de la región, signados por los golpes orquestados desde los medios de comunicación en complicidad con el poder judicial. Además, en reiteradas ocasiones el Presidente y la vicepresidenta se refirieron al acuerdo con el FMI. Ambos prometieron que se negociará sin perjudicar el crecimiento del país. “La Argentina del ajuste es historia”, dijo Fernández.
El diálogo sobre el FMI
“Presidente, yo sé que tenemos muchas dificultades, pero siempre digo que ante las grandes adversidades grandes acciones”, dijo CFK y le pidió a Fernández “que los partidos le digan al FMI que no se va a aprobar ningún acuerdo que no contemple la recuperación de la economía”. A su turno, el Presidente se dio vuelta, la miró a los ojos y le respondió: “Tranquila, Cristina, no vamos a negociar nada que ponga en riesgo eso; no tengas miedo”. Fernández también retomó otra parte del discurso de la vicepresidenta en el que dijo que el FMI “les soltó la mano a muchos presidentes”, y el mandatario destacó que “muchas veces el FMI les soltó la mano a presidentes y así puso en crisis la institucionalidad de la Argentina. Si el FMI me suelta la mano, voy a estar tomado de la mano de cada uno de ustedes, de cada argentino y argentina”.
La vicepresidenta dijo que se debe llegar a un acuerdo con el FMI que contemple que “cada dólar que se encuentre en el exterior”, producto de la fuga de capitales durante el gobierno de Cambiemos, “se lo lleve para pagar la deuda con el Fondo”. “El FMI le soltó la mano al gobierno naciente de la democracia, pero no lo hizo con el que vino después de nosotros, al que le pusieron toda la tarasca”, dijo en referencia a la administración de Mauricio Macri. Además, agregó que “pusieron 57 mil millones de dólares para ganar las elecciones y no pudieron torcer la voluntad del pueblo”. Mientras CFK hablaba, el ministro de Economía, Martín Guzmán –de pie a un costado del escenario– la aplaudía.
El Presidente reivindicó el pago de la totalidad de la deuda externa con el FMI en 2005, realizada por el expresidente Néstor Kirchner, y aseguró que los gobiernos peronistas “no somos los que no queremos pagar deuda, tampoco somos los que la tomamos, somos los que tenemos que hacernos cargo de la deuda que nos dejan a nosotros”. Sobre los riesgos que sufren hoy las democracias señaló que “bajo el rótulo de los libertarios aparecen los xenófobos. La democracia es también no olvidar a los genocidas y a los que nos endeudaron”.
La celebración había comenzado el día anterior por la noche, cuando el Presidente, CFK, Lula, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, cenaron en Olivos. Allí conversaron de la persecución que Lula y Cristina sufrieron en sus países y recordaron muchos momentos vividos juntos, como los festejos del Bicentenario de la Argentina, cuando Lula, Mujica y otros presidentes latinoamericanos vinieron al país.
CFK retomó parte de esa conversación y en el escenario les dijo: “Bienvenidos a la Argentina y a la Plaza de Mayo, el escenario donde transcurrieron nuestras grandes alegrías y tragedias. Pepe y Lula, no se sientan extranjeros porque ustedes también caminaron esta plaza. Con ellos y NK la cruzamos entre millones de argentinos. No había custodia porque éramos presidentes de gobiernos populares y democráticos que caminábamos las calles”.
Encuentro en la Rosada
Lula llegó a la Casa de Gobierno cerca de las 15.30 y el Presidente lo recibió en el Salón de los Bustos. De allí subieron al despacho del mandatario donde conversaron un largo rato. Minutos antes que Lula, también ingresó por el mismo sitio el director estadounidense Oliver Stone, que está filmando un documental sobre el expresidente brasileño. A las 16.30, llegó la vicepresidenta que primero se dirigió al Ministerio del Interior, donde el ministro Eduardo de Pedro ya no estaba porque había viajado junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, a la asunción del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Luego –por primera vez desde que Alberto Fernández asumió–, CFK subió al despacho del Presidente, donde se sumó a la reunión con Lula. Más tarde se incorporó Kicillof y a las 17.30, se unieron Mujica y su esposa, Lucía Topolansky. El clima del encuentro fue distendido. Unos minutos después bajaron al Museo del Bicentenario donde entregaron los premios Azucena Villaflor. En el escenario, mientras tanto, sonaban las distintas bandas.
Tras la ceremonia, los líderes se dirigieron al escenario todos juntos. Entre el público podían verse banderas de La Cámpora, del Movimiento Evita, de Barrios de Pie, de la CTA, entre otras. También había banderas con la cara de Néstor Kirchner, de Lula y de Chávez, cuando dijeron no al ALCA. “Me acuerdo cuando terminamos con el ALCA y creamos Unasur y Celac. Me acuerdo cuando viajamos con Cristina a las cumbres donde planteamos nuestras propuestas ante la crisis financiera internacional”, dijo Lula al tomar la palabra. También agradeció al pueblo argentino por la solidaridad cuando estuvo preso. El líder del PT agregó: “Agradezco a diputados, senadores, estudiantes, y sobre todo al compañero Alberto Fernández, que en ese momento era candidato a presidente de la Argentina. Tuvo el coraje de visitarme”.
“Vine aquí para agradecer con lo más profundo de mi corazón”, dijo el líder del PT, que por momentos se mostró muy emocionado. Los presentes comenzaron a cantarle “vamos a volver” y Cristina le dijo: “No quiero hacer predicciones, pero mirá que cada vez que cantaron eso no se equivocaron”. Cuando estaban sentados uno al lado del otro, Lula le pidió su celular a un fotógrafo y le mostró a Cristina una foto de la Plaza de Mayo llena de gente tomada con un drone. Ambos la contemplaron y luego CFK le mostró la imagen a Mujica.
Nuevo golpismo
“En Latinoamérica vino la noche y a diferencia, Lula, de lo que pasaba cuando nosotros éramos jóvenes, que los gobiernos nacionales y populares eran desalojados por golpes de Estado, esta vez no vinieron con uniformes ni con botas, vinieron con togas de jueces y medios hegemónicos para construir imágenes y juzgar en los medios”, dijo CFK sobre las nuevas formas de atacar a las democracias. “Ahora no es necesario desaparecer a nadie, ni torturarlo con la picana, sino que lo hacen todos los días con tinta en los diarios o con micrófonos en la TV. No logran la desaparición física, sino política de los dirigentes”, añadió la vicepresidenta y concluyó que aquello “no importa” porque “acá estamos otra vez”. “Esto no es cuestión de personas, el pueblo siempre vuelve y encuentra los caminos para hacerlo”, señaló.
Finalmente, para cerrar su discurso, Alberto Fernández dijo: “Lula, siempre que un hombre pase lo que te tocó pasar voy a estar al lado de ese hombre, porque nadie merece la cárcel injusta. También estoy con vos, Cristina, porque sé de tu inocencia y tu honestidad. No esperen que me pare en otro lado”.