El presidente de Brasil, Michel Temer, quedó ayer más debilitado y con menos aliados en el Congreso, a partir de la denuncia en su contra del fiscal general, Rodrigo Janot, que lo acusó por corrupción, obstrucción de la justicia y asociación ilícita. Esto sucedió en medio del nuevo tsunami del escándalo brasileño derivado de la revelación de las delaciones de los empresarios de JBS, el frigorífico más grande del mundo, que incluyen el pago de sobornos.
Un día después de que Temer negase su renuncia frente al avance de las negociaciones, Brasil vivió otra jornada plena de sorpresas por las relaciones inconfesables entre empresarios y políticos y la financiación de la política. Janot fundamentó su pedido además con indicios de corrupción pasiva y organización criminal en el caso del presidente, señalaron los documentos. El Tribunal Supremo de Brasil (STF) aceptó la solicitud de Janot y autorizó con ello la apertura de investigaciones formales contra Temer.
En el expediente, el fiscal general acusó al presidente Temer de corrupción, obstrucción de la justicia y de actuar junto con el senador suspendido Aécio Neves a favor de interrumpir el avance de la investigación de la operación Lava Jato. “Se verifica que Aécio Neves, en articulación, entre otros, con el presidente Michel Temer, buscaron impedir que avancen las investigaciones de Lava Jato, sea por medio de medidas legislativas o por medio del control de nombramientos de los comisarios de la policía que conducirían las investigaciones. De esta manera, se vislumbra igualmente la posible práctica de crimen de obstrucción a la Justicia”, señala el texto.
El caso, vinculado con la aparición de un audio en que Temer parece avalar el pago de sobornos, podría llevar a la destitución del mandatario, considerada sin embargo difícil porque el proceso tendría que superar varios escollos a lo largo de meses. La denuncia del empresario Joesley Batista, que grabó a comienzos de marzo a escondidas a Temer en una visita que le hizo en su residencia, el Palacio de Jaburu, causó esta semana un terremoto político en Brasil. El escándalo dejó al presidente al filo de la renuncia el jueves.
“Resistiré” dijo Temer y agregó que saldrá de esta crisis más rápido de lo que se piensa, en declaraciones a una web brasileña. En declaraciones realizadas al periodista Gerson Camarotti y publicadas ayer en el blog del columnista del grupo O Globo, Temer insistió en su voluntad de permanecer en la Presidencia y negó que haya recibido presiones para dejar el cargo. “Nadie llega aquí para pedirme la renuncia. Por el contrario, todos me piden que resista”, aseguró el mandatario. “No estoy comprando el silencio de nadie, esto no es verdad. Los audios comprueban esto”, insistió el presidente, que calificó como una “irresponsabilidad” la difusión de las grabaciones.
A su vez, el senador y ex candidato presidencial Aécio Neves fue grabado también por Batista, a quien le dijo que estaba negociando con Temer y el nuevo juez de la corte Alexandre de Moraes cambiar la cúpula policial para frenar la Operación Lava Jato. Moraes, ex ministro de Temer y del partido de Neves, reemplazó al juez Teori Zavascki, fallecido en un accidente de aviación. El director de Relaciones Institucionales de JBS, Ricardo Saud, dijo a la justicia que Temer recibió unos cinco millones de dólares en el 2015, cuando era vicepresidente, para reducir problemas de la empresa con el fisco y con los pagos de impuestos en diferentes estados del país.
Saud dijo que Neves, cuya hermana y primo fueron arrestados el jueves, recibió 20 millones de dólares de sobornos en el 2014 a cambio de haber trabajado a favor de la reducción de impuestos de la empresa y subsidiarias de JBS en su estado, Minas Gerais. El pago de un soborno de dos millones de dólares para Neves fue filmado y seguido por una entrega controlada por la policía federal. El senador suspendido dijo ayer que se trató de un préstamo.
En la jornada de ayer en la que el diario O Globo, editado por el mayor conglomerado de medios de América Latina, lanzó un editorial online a media tarde pidiendo la renuncia de Temer, el presidente se refugió en el Palacio del Planalto para hablar con aliados y hacer las cuentas sobre su permanencia en el Congreso.
El movimiento político fue incesante ayer en Brasilia y San Pablo frente a la caída de los principales tres partidos, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño de Temer, el Partido de la Social Democracia Brasileña de Neves y del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, y el Partido de los Trabajadores de Lula y de Rousseff . En el departamento del barrio de Higienópolis de San Pablo, Cardoso actuó como uno de los principales negociadores sobre la transición en caso de que Temer renuncie.
Para el martes, la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados agendó una reunión para estudiar una enmienda constitucional para anticipar elecciones. Pero antes, el domingo, habrá marchas en todo el país para pedir la salida de Temer del cargo. De renunciar Temer, el presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, debería sustituirlo durante un mes mientras el Congreso decide quién concluye el mandato. Maia está siendo investigado por corrupción.