La respuesta automática es que aún falta conocer el detalle del acuerdo, pero en Juntos Por el Cambio ya existe un relativo consenso: no firmar con el Fondo Monetario Internacional no es una opción. Hay matices, nadie quiere quedar como el perro faldero del gobierno. Hay referentes que se plantan duro y sostienen que no votarán nada a libro cerrado, otros que insisten que la oposición debe ser constructiva. Muchos plantean que existen límites que no están dispuestos a cruzar, como la suba de impuestos, y le tiran la pelota al Frente de Todos, a quien le exigen que resuelva sus propias internas antes de ir a "convencerlos" a ellos. Pero casi todes, ya sea palomas o halcones, coinciden en que no lograr un acuerdo con el Fondo en la renegociación de la deuda sería traumático, especialmente para aquellos que pretenden ocupar el sillón presidencial en el 2023. Más de uno reclama, incluso, acelerar el plan de ajuste fiscal que demandará el organismo, de modo que el costo político lo pague el gobierno nacional y no la próxima gestión (a la que ya se imaginan encabezando).

"Nosotros no vamos a ser volteadores de un acuerdo que necesita el país", sostiene una figura del radicalismo sintetizando, así, lo que diferentes figuras de JxC han ido expresando, explícitamente o no, durante las últimas semanas. El mismo Mauricio Macri, responsable de tomar los más de 44 mil millones de dólares de deuda con el Fondo Monetario, sostuvo a través de Twitter que había que "honrar nuestras deudas" y "respetar las instituciones". El día anterior, durante el acto de la Coalición Cívica que desató la furiosa interna radical, Elisa Carrió mandó un contundente mensaje al interior de la coalición: "Hay que acordar". Hernán Lacunza, último ministro de Economía de Macri y quien hoy ocupa la mesa chica económica de Horacio Rodríguez Larreta, repitió lo mismo en más de una ocasión: "No firmar con el FMI no es una opción".

"Todavía no conocemos el detalle, pero la oposición va a ser constructiva. Si el acuerdo con el Fondo es razonable vamos a acompañar. Pero no puede pasar que el acuerdo implique nuevos impuestos, esa es nuestra única objeción", afirma Martín Tetaz, diputado que integra el bloque radical Evolución, en diálogo con Página 12. Y es que incluso los legisladores más duros de JxC advierten que no hay mucho margen para no acordar un programa que permita refinanciar los vencimientos de deuda. Aunque todes tienen un pero. "No le vamos a firmar el acuerdo con el Fondo a libro cerrado", declaró Patricia Bullrich, que también sueña con ser presidenta en dos años, en una entrevista en TN en la sostuvo que "tiene que haber menos impuestos, hacer temporales los planes sociales y bajar los subsidios al transporte". "Nuestra idea es que el ajuste no lo pague la clase media. Si hay una propuesta de acuerdo con el Fondo obviamente lo tenés que acompañar, pero el esfuerzo pedíselo al Estado y a las provincias con déficit", matiza un funcionario del Pro muy cercano a Bullrich.

"No podemos votar el Plurianual si no conocemos qué dice el acuerdo. Que le digan a la gente qué quieren acordar con el Fondo y ahí lo discutimos, pero que no nos quieran sacar una aprobación anticipada de algo que no conocemos. Porque el tema acá es que no quieren trasladar a nosotros un problema interno que tienen ellos", se irrita una de las principales espadas larretistas en el Congreso. Ni lentos ni perezosos, en JxC echan mano a las internas que hay en el oficialismo en torno a las negociaciones con el Fondo y tiran hacia allí la pelota de la responsabilidad de un acuerdo. "Si la vicepresidenta en esa sesión del Senado en la que se tenga que votar un acuerdo con el FMI no firma de manera específica que apoya ese acuerdo, porque es ella la que tiene la lapicera, nosotros desde la oposición no lo vamos a votar", amenazó el flamante presidente del interbloque en el Senado, Alfredo Cornejo, y agregó: "No nos quieran correr con esto de que el acuerdo se va a firmar por el presidente Alberto Fernández y los 'traidores' de la oposición, mientras después Cristina Kirchner dice que ella no tuvo nada que ver".

El meollo de la cuestión es quién asume el costo político. Si bien Martín Guzmán no se cansa de repetir que no firmará ningún "acuerdo de ajuste", se prevé que el Plan Plurianual - que se debatirá a fin de año en el Congreso y que incluye las metas macroeconómicas que el gobierno está negociando con el staff del FMI - presentará una proyección de reducción del déficit fiscal que afectará el crecimiento del país. "El tema es que el gobierno no le tire la bomba al próximo gobierno, como hizo Cristina con Macri en el 2015. Que no dejen para después todas las correcciones dolorosas como hicieron con nosotros, que nos dejaron 5 puntos de déficit fiscal primario, tarifas que solo llegaban a cubrir el 20 por ciento del costo de producción de energía y una brecha cambiaria enorme, que tuvimos que ir desactivando y eso nos costó el gobierno", advierte una de las principales voces económicas de la oposición en la Cámara de Diputados.

JxC ya se imagina ocupando la Casa Rosada en el 2023 - no importa si es Bullrich, Larreta, Macri o Gerardo Morales - y por eso insiste que el ajuste se haga lo más rápidamente posible. "El gobierno tiene que unificar todas sus voces detrás de un programa en el que todo el oficialismo esté convencido, pero que este programa no implique arrastrarse en el barro por dos años para tirarle la pelota al próximo gobierno", sostiene un diputado Pro "duro" que, si bien admite la necesidad de llegar a un acuerdo, advierte que la discusión política al interior de la coalición opositora no será sencilla. El legislador señala una diferencia entre el Plan Plurianual - "el Congreso no debate planes económicos, eso es potestad del Ejecutivo" - y el acompañamiento o no de la autorización de crédito del Fondo, que será votado en marzo. "Estamos en una etapa de preacuerdo ahora. Pero si el Fondo quiere nuestro apoyo tendrá que escuchar también lo que nosotros tenemos que decir", advierte y, provocador, agrega: "A Macri el Fondo le hizo perder las elecciones porque no le dejaba intervenir el dólar. El Fondo no nos va a venir a correr a nosotros".

Los porotos de Massa

En la oficina de la Presidencia de la Cámara de Diputados no quieren dar nombres para "no quemar a nadie", pero Sergio Massa avanza en conversaciones con distintos sectores de la oposición para cosechar avales para el tratamiento del Presupuesto y el acuerdo con el Fondo. Ambos temas están conectados, ya que el debate por el Plan Plurianual forma parte de las negociaciones por el Presupuesto, especialmente con los gobiernos provinciales. Con un optimismo a prueba de balas, Massa asegura a quien quiera escucharlo que el oficialismo cuenta con 131-133 votos en la Cámara de Diputados - 116 serían del FdT - y en su entorno se pavonean con que no necesitan del apoyo de JxC para aprobar el acuerdo. "Lo mejor que nos podría pasar es que JxC se oponga porque van a quedar como unos irresponsables, pero no van a votar en contra", deslizan.

En el oficialismo se resisten a blanquear quienes serían los potenciales aliados, en parte para no escracharlos y en parte porque todo el debate está aún en un estado embrionario. Pero es posible encontrarlos en ese mar de 23 diputados no alineados que inclinarán la balanza tanto para esta ley como para todas las que se debatan en los próximos dos años: ocho del interbloque Federal, cuatro libertarios de derecha, cuatro de la izquierda (que ya anticiparon su negativa a un acuerdo con el Fondo), cinco del bloque "Provincias Unidas" (integrado por muchos de los ex "ramones", aliados recurrentes del oficialismo) y dos del bloque "Ser". Allí es en donde el oficialismo irá a la pesca de voluntades en las próximas dos semanas.