En octubre de 2020 un temporal arrasó con 28 viviendas y todo lo que allí tenían en las comunidades wichí Misión Salim I y II, y La Esperanza, en jurisdicción del municipio de Embarcación, del departamento San Martín, en el norte de la provincia.
La fuerte tormenta, a la que los lugareños compararon con un tornado, no solo generó destrozos en sus casas, sino que estropeó ropa, colchones, y demás elementos de valor que allí tenían. También volteó árboles y arruinó las chacras de la zona.
Hace apenas unos días, el 28 de noviembre, lo mismo sucedió esta vez sobre la comunidad kolla Los Naranjos, en el departamento Orán y afectó a 100 familias. En ambos casos, las cuadrillas municipales y provinciales no tardaron en llegar para realizar un relevamiento de las pérdidas y prometieron regresar con asistencia. Pero en el caso de las comunidades wichí de Embaración, a más de un año de lo sucedido, “ni el municipio ni la provincia volvieron a entregar nada”, dijo a Salta/12 Alejandro Vásquez, hijo del cacique de la comunidad Misión Salim, Facundo Vásquez.
En ese momento los primeros en llegar fueron los funcionarios municipales, encabezados por la coordinadora de Desarrollo Humano, Mónica Goicochea, que les adelantaron que el municipio no contaba con disponibilidad para darles una ayuda inmediata, pero que el Ejecutivo, a cargo de Carlos Funes, iba gestionar ante la Nación y la provincia colchones, chapas y otros elementos que necesitaban de manera urgente. También pasaron concejales, técnicos provinciales y de organismos nacionales como el técnico Javier Pinto, del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), “pero han venido a ver nomás, han sacado fotos y se han ido. Y han dicho que hay que gestionar, pedir a la Nación, a la provincia", se lamentaba por aquel entonces el cacique de Salim II, Leonardo Simplicio.
La fiscalía de Embarcación, a cargo de Gabriela Souto, había tomado cartas en el asunto, y los primeros días de noviembre consiguió que el municipio y el cacique de la comunidad firmen un acta por la que el intendente de Embarcación se comprometía a acercar ayuda y contactar a los organismos nacionales y provinciales para, entre otras cosas, avanzar en la construcción de módulos habitacionales que resuelvan la situación de precariedad en sus viviendas.
“A la Fiscalía llegó un papel del INAI que dice que la gente ya recibió la ayuda, pero resulta que por ahora no llegó nada”, manifestó Alejandro Vásquez, quien añadió que eso es lo que les informó la fiscala Souto, “que dice que la provincia también ya mandó ayuda, pero yo te digo que no hay nada”, insistió.
Vásquez contó que la única ayuda que recibieron fue de un particular, Chris Van Dam, que les giró $120.000 a modo de gentileza “porque con él tenemos amistad de hace tiempo y nos compra artesanías”. Y detalló que con ese dinero compraron algunos elementos y lo distribuyeron entre los damnificados, “pero con $120.000 para más de 60 personas, no podemos levantar una casa”.
“Al único que le podemos agradecer es a Chris Van Dam y a nuestro esfuerzo, que con eso pudimos levantar nuestros techitos, pero vivimos con miedo que vuelva a pasar un tornado así ahora que volvieron las lluvias y las tormentas”, sostuvo el hijo del cacique, también referente local.
Los dichos de Vásquez fueron confirmaron por los referentes de otra comunidad afectada, Misión Carboncito, entre ellos el vocal del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta por el Pueblo wichí, Jorge Rodríguez. "Las cosas siguieron igual, todas promesas nomás, pero quedó ahí nomás, y la gente tuvo que levantar sus casas sola, con unos palos y unas lonas como siempre", contó Sergio Simplicio.
En Mosconi piden trabajo
Las comunidades wichí de General Mosconi, también en el departamento San Martín, están reclamando a la empresa Refinor que distribuya de manera equitativa al menos el trabajo temporario de limpieza y puesta a punto de la cañería de gas y gasoil que pasa a metros de sus viviendas.
Uno de los referentes de la zona, Ramón Tolaba, dijo a Salta/12 que los directivos de la empresa convocaron a los caciques de Misión Wichí “y ellos se repartieron los cinco puestos que les dieron sin pensar en los demás”. Por eso el martes, un grupo de vecinos decidió impedir las operaciones en el lugar como señal de protesta y exigiendo una nueva mesa de negociación.
Tolaba sindicó a los caciques Juan Méndez y Victorino Lorenzo como quienes negociaron los puestos laborales “y no nos dejaron participar a nosotros, que hace años vivimos ahí”. En esa sola comunidad viven más de 200 personas que subsisten de las pocas changas que consiguen de la municipalidad o de las petroleras, y constantemente surgen estos inconvenientes por la falta de trabajo. A la vez, exigen que sean los primeros a tener en cuenta a la hora de realizar nuevos contratos “porque vivimos con los caños al lado de nuestras casas, sacan de acá el petróleo y a nosotros no nos queda nada”.
Los integrantes de comunidades aledañas como Misión Pérez, El Tuscal, y El Cebilar, se organizaron para impedir las labores de los operarios, exigiendo nuevos puestos laborales, algo que consiguieron pero a medias, “a ellos les dieron cinco lugares más, pero nosotros seguimos esperando”, manifestó Tolaba. Es decir, en total hubo solo 10 contratos temporarios. Esta vez, los trabajos son de unos 15 días, en los que tienen que descubrir la cañería para revestirla.
Tolaba adelantó que las protestas continuarán en los próximos días “porque parece que sacaron a otra gente y necesitamos más trabajo”.